Capítulo 37

248 40 3
                                    

Me quedé rezagada mientras los invitados hablaban entre sí, y la nueva pareja se integraba con ellos. Yo observaba las reacciones de la gente, sobre todo las de Suzzanne. ¿Cómo se sentiría? Casarse no era poca cosa, en realidad. Él no se parecía mucho a ella, me preguntaba seriamente si de verdad tenían algo en común. Tal vez sí, o tal vez ambos se aportaban algo bueno el uno al otro que nadie más podía comprender. Suspiré y asentí un poco para mí misma. Al fin y al cabo, si ella había dado ese paso debía de ser por algo, ¿no? Estoy contenta por Suzzi. Collin se alejó en dirección a la mesa de catering, junto a la que yo estaba.

—¡Hola, Amanda! —me saludó al aproximarse a mí. No habíamos hablado tanto desde que nos habían presentado hacía un tiempo, pero siempre era educado y afable.

—Hola, Collin —me aparté un poco para dejarle paso libre a la mesa.

Se sirvió un poco de champán girándose a mí— ¿Cómo lo estás pasando?

—Bien, bien. Una boda preciosa, ¡enhorabuena! —dije con una sonrisa torpemente cordial.

—Muchas gracias —parecía pletórico por todo lo acontecido, se podía notar. Llevó la vista a la novia, que charlaba animadamente con algunos invitados a la fiesta. Los ojos de Collin brillaron con intensidad—. Suzzanne se alegra mucho de que hayas venido. Y yo, claro. De que hayáis venido todos. La pobre estaba tan nerviosa que no podía dejar de pensar en que alguien no fuera a venir y todo acabara en un desastre.

Solté una risilla y me agarré un mechón de pelo sin motivo alguno, para ocupar las manos— No me lo habría perdido por nada.

Sonrió complacido. Alguien en la lejanía le reclamó, y le hizo un gesto con la mano. Me pareció que era su hermana, a la que me habían presentado hacía unas horas. No recordaba su nombre. ¿Marline?— Parece que me necesitan por allí.

—Ve, ve. No te preocupes —dije ante la mirada apurada de Collin por dejarme sola.

—Está bien, hablaremos más tarde —sonrió de nuevo y se alejó, señalando antes la mesa de comida—. Tienes que probar los canapés, ¡son una delicia!

Asentí y le despedí con la mano. Devolví mi atención a los participantes de la velada. Tomé aire levemente, y me sumergí en mis cavilaciones una vez más. Me pregunto si Collin es un agente infiltrado de alguna organización secreta y por eso actúa con tal perfección. Porque... es inquietante. Me reí en soledad por mi absurda ocurrencia.

—¿Aburrida? —oí a mi lado repentinamente, asustándome un poco.

—Eh... No —respondí con una pequeña sonrisa. Giré la cabeza y allí estaba, junto a mí, mirando al frente. Devolví mi mirada hacia los demás—. Sólo estoy pensando.

—Ya veo —dijo sin más, apartándose el pelo.

—Ha sido una bonita ceremonia... —comenté viendo a Evelyne acercándose para abrazar a Suzzanne a lo lejos.

—Sí, no ha estado mal... Aunque un poco lenta —comentó burlón.

—Bueno... Un poco —solté una risilla.

—¿Estás bien? —preguntó de repente mirándome con el ceño ligeramente fruncido.

—¿Yo? Estoy perfectamente —respondí sin convencerlo.

—¿Seguro? Anda, ven. Vámonos de aquí —me agarró del brazo y me condujo a alguna parte.

—Freddie, estoy bien. No hace falta —dije sin conseguir evitar que empezáramos a salir por la salida trasera de la iglesia. Dichosos tacones...

Antes de que me diera cuenta ya me había llevado fuera. La brisa removía un par de matorrales y árboles cerca de allí. Inspiré y expiré profundamente. Tal vez sí que era eso lo que necesitaba. Había olvidado lo mal que se me daba estar entre multitudes. Freddie se alejó silbando hasta llegar a un banco, y allí se sentó a ojear el lugar. Me acerqué y me senté a su lado. Volví a coger aire con profundidad y pestañeé varias veces.

—Oye, Freddie.

—¿Amanda? —se incorporó levemente en el asiento para atenderme.

—¿Qué empuja a alguien a casarse? —pregunté en realidad más para mí misma que para él.

—Supongo que básicamente el amor, ¿no? —dijo apoyando los antebrazos en el respaldo del banco.

—Amor —repetí sin alzar la mirada—... ¿Crees que Suzzanne y Collin se aman?

—Es bastante probable, dado que se han casado —hablaba con más guasa que con seriedad.

—¿Y si no se quieren lo suficiente? ¿Y si han cometido el mayor error de su vida y viven en la amargura para los restos? —dije preocupándome verdaderamente por el tema. Lo miré inquisidora frunciendo el ceño.

Esperaba una respuesta, pero sólo conseguí que se riera con fuerza.

—¿P-por qué te ríes? —lo miré directamente y una extraña sonrisa estaba en su cara, además de una risilla floja que se incrementó con mi pregunta.

—Ay, Amanda —se rascó la nariz aún riendo—... Pero qué boba eres.

Hice un mohín y jugueteé con una hoja que había llegado a parar sobre mi regazo.

—¿Cómo has llegado a esa conclusión, querida? —dijo dejando de reír pero aún con una sonrisa—. Ese Collin es bastante recatado e inglés, lo admito. Pero es un buen hombre. Seguramente Suzzanne y él se compenetran y se quieren, aunque no lo veamos a simple vista.

Eso es lo que yo pensé antes. Tal vez... ¿tengo razón? Miré adelante un poco aturullada.

—No te pares a pensar tanto en esas cosas. Suzzanne no es tan tonta como para casarse con alguien que no le guste.

—Sí, pero...

—Aunque seguro que ella estaría contenta porque estás tan intranquila por ella. A lo mejor debería decírselo —se puso la mano en la barbilla sonriendo.

—¡No! ¡Creerá que soy una paranoica! —exclamé girándome a él de nuevo.

—Creerá que eres una buena amiga que se preocupa por todo en demasía —me miró de lado afectuoso, torciendo la sonrisa.

—¿Buena amiga... por imaginar cosas raras y exagerar? Yo a eso lo llamo haber pasado tiempo de más con Evelyne —dije desengañada. Freddie soltó una carcajada sonora que ahuyentó a un par de pajarillos.

—¿Tanto miedo te dan las bodas? —hizo una mueca divertida y suspicaz—. Qué desilusión...

Abrí los ojos como platos. Mi cara debió ser muy exagerada, porque Freddie volvió a partirse.

—¿Qué quieres decir con eso? —pregunté directamente, girándome en el asiento hacia él.

—Nada, nada... —se levantó y me sacó la lengua.

—¿Cómo que nada? ¡Freddie! —abrí la boca hasta el suelo y le seguí. Salió corriendo soltando risotadas malignas y le perseguí riendo.

<...>

—¡Eh, chicos! —Suzzanne se encaminó agarrando su blanco vestido hacia donde sus amigos se encontraban.

—Hey, Fufhanne, eftaf gambaf eftán de muehrhte —le comentó Roger con la boca llena.

—Debimos haberte dejado en el coche cuando pudimos —murmuró Brian, a lo que John, que lo había oído, sólo pudo responder con un ataque de risa.

—Va de las gambas al champán, es un auténtico show —Mary se unió a las carcajadas de Deacon.

—Me alegro de que te gusten, Rog —dijo Suzzanne riendo—. ¿Lo estáis pasando bien?

—Claro, genial —dijeron todos, con un tono no demasiado creíble.

—Estupendo —su hermana la llamó desde otra de las mesas para que acudiera—. ¡Voy para allá! Hasta ahora, chicos —la recién casada les sonrió satisfecha y se alejó.

—... Pero fi la fiefta eftá fienndo un muermafo —dijo Roger aún engullendo. 

KEEP YOURSELF ALIVE #2: Let Me In Your Heart ♕Where stories live. Discover now