Capítulo 22

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Bajamos las dos del coche de Evelyne. Tomé aire antes de seguirla hacia la entrada del piso de Suzzanne.

—Es una pena que Curtis no haya podido venir, ¿verdad...? —comenté con cuidado, después de que ella marcara el piso en el portero electrónico.

—Sí, verdad —dijo algo seca. Se acicaló el pelo mirándose en el reflejo del cristal de la puerta—. ¿Tengo bien el maquillaje?

—Está estupendo —asentí después de comprobarlo. Sonrió satisfecha.

¿Quién es? —la voz de John Deacon sonó a través del altavoz.

—Ev y Amanda —respondió mi amiga.

Nos abrió y subimos hasta el segundo piso por las escaleras. Me encontraba inquieta en cuanto a lo de Freddie. No había vuelto a hablar con él desde que aparecieron en la tienda hacía dos días. ¿Tal vez estaba enfadado conmigo por no haberle contactado en todo ese tiempo? Aunque él tampoco lo había hecho. Sacudí la cabeza. Ya habíamos llegado hasta la puerta del apartamento de Suzzanne.

—Amanda, ¿estás bien? —Evelyne me puso una mano en el hombro antes de tocar al timbre.

—S-sí, ¿por qué lo dices?

Me escudriñó y entornó los ojos— ¿Seguro?

Asentí con la cabeza. Suspiró y me dio un par de palmaditas en el hombro. Hizo sonar el timbre, y enseguida se abrió la puerta. La abrió Mary.

—¡Hola, chicas! Pasad.

Entramos después de saludarla. Se oía jaleo en el salón. El piso de Suzzi era encantador, bastante bohemio y muy bien decorado. Había adornos navideños por toda la casa, y un bonito árbol a un lado de la sala. Sonaba el álbum "Quadrophenia" de The Who.

—¡Bienvenidas! —Brian se nos acercó y nos trajo un par de vasos con chocolate caliente.

—¡Oh, gracias! Hace tanto frío afuera que se agradece beber algo calentito —Evelyne juntó las manos alrededor de la bebida. Hice lo mismo. En mi caso estaba agradecida por tomar chocolate para calmar mis nervios. Ya había localizado a Freddie en un lado de la sala, hablando con Roger y John.

—¡Amanda! ¡Evelyne! —Suzzanne se nos acercó con una chica al lado—. Esta es Regina.

La muchacha de pelo corto negro oscuro alzó una mano para saludar. Conocía a Regina de mis clases de mecanografía, compartíamos asiento. Resultó ser una vieja amiga de Suzzanne. El mundo es un pañuelo. Empezaron a conversar. Ella siempre había sido amable conmigo, pero yo no me encontraba en disposición de ser sociable. Estaba ocupada comiéndome el tarro hasta la saciedad. ¿Voy directamente hacia Freddie y le pregunto? ¿Me disculpo sin rodeos? ¿Espero a que él venga a decirme algo? ¿Me encierro en el baño? Ninguna de las opciones parecía precisamente buena. Si le hubiera preguntado a Evelyne, tal vez podría haberme aconsejado. Aunque conociéndola, me habría dicho que no le hablara hasta que no me pidiera disculpas él. O algo así. Bebí mi chocolate sintiéndome miserable. Todo me iba mejor antes de tener vida social.

—Qué hay, Amanda —casi me atraganto, pero a diferencia de estar al borde de la muerte sólo hice un ruido absurdo con el chocolate. Era Roger, por suerte, y mi corazón continuó en su sitio—. ¿Sobreviviste a la resaca?

Brian también se giró a mí— No parecía que te hubiera sentado muy bien beber.

—Bueno, me dolió la cabeza bastante, pero seguí en pie después de dormir —hablé con pausas para no trabarme con las palabras. Los dos se echaron a reír.

—Suzzi dice que has estado enferma. ¿Cómo te encuentras? —añadió Brian después.

—Un resfriado largo, pero todo bien ahora —expliqué escuetamente. Di otro sorbo al chocolate—. Gracias por preguntar.

KEEP YOURSELF ALIVE #2: Let Me In Your Heart ♕Where stories live. Discover now