Capítulo 36

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—Eh... Oye... Deacy... ¡John...!

—¿Qué...? —John giró la cabeza y buscó la procedencia de esa llamada. Sus ojos se toparon con la mesa de catering. Observó la gran figura decorativa que en ella estaba—. No he bebido tanto como para que ese cisne de hielo me esté hablando a mí...

—Idiota, soy yo —dijo Roger apareciendo a su lado y golpeándole en el brazo.

—Ah... ¡Auch!

—Cállate. ¿Has probado las gambas? Adoro las bodas —comentó con ilusión el rubio agarrando un plato lleno de las mencionadas.

John le miró con burla— ¿Lo comprobaste en la mía?

—¿Gambas? Roger, no puedes comerte todo eso —Brian se acercó a ellos acompañado de Evelyne, ambos con una copa en la mano.

—Roggie, ¿no crees que te estás pasando un poco? Desde que hemos llegado no has hecho más que comer —añadió Ev entre enternecida y abrumada.

—Si no estuviera zampando, me estaría aburriendo como una ostra. Tal y como hacéis vosotros —se metió otra gamba en la boca de forma desafiante. Todos negaron con la cabeza y miraron a otra parte. Yo miré alrededor, observando al resto de invitados.

Roger tenía razón en realidad; aquella fiesta era un completo aburrimiento. Después de la ceremonia, todos los invitados habían llegado a aquel jardín decorado para la ocasión con flores y guirnaldas. Y el que más se entretenía desde entonces era el cisne de hielo de la mesa de comida.

<...>

—Qué nerviosa estoy... —murmuró arreglando su pelo por decimoquinta vez ante el espejo.

—Tranquila, Suzzi. Todo va ir bien —la animó Mary, contemplando extasiada su bello vestido blanco.

—Ni que el Collin ese fuera a salir huyendo —bromeó la hermana de Suzzanne, Helena, mientras bebía algún licor de desconocida procedencia. Desde que la había conocido hacía un día, había notado que era una chica tenaz. Era mucho más joven que nosotros, al parecer tenía sólo 22 años. Aún así, su carácter era fuerte. No llegué a conversar con ella, así que sólo me llevaba una impresión exterior.

Las chicas y yo habíamos ayudado a Suzzanne a vestirse y prepararse para el gran momento. Ahora Suzzanne, Mary, Helena y yo estábamos haciendo tiempo en la misma sala.

—Ja, ja, qué agradable —dijo sarcástica Suzzanne por el comentario de su hermana.

—Vamos, era broma —dijo acercándose aún con la copa en la mano. Me daba la sensación de que estaba malhumorada, pero apartó el gesto recio y sonrió—. Todo va a ir como la seda, yo me aseguraré de ello.

—Estoy muy, muy nerviosa... No creo que pueda hacerlo. Me va a dar algo —la novia dio un par de paseos por la habitación. Me impresionó que alguien como ella pudiera estar en ese estado.

—Claro que puedes —Mary le puso una mano en el hombro dándole fuerza, me acerqué para secundarla.

—Tú respira hondo y no pienses demasiado, Suzzi —dije como consejo de mi propia cosecha para situaciones de emergencia. Parecía el consejo de una descerebrada, y más teniendo en cuenta el resultado que me daba, pero no era el momento de preocuparse por eso.

—Todo va a salir perfecto.

—Sí... Puedo hacerlo... ¡Sí! —nos miró con energía y alzó los puños con confianza. Le sonreímos de vuelta.

Conseguí encontrar un momento para escaquearme y salir de la sala. Cerré la puerta con cuidado y me apoyé en la pared con cansancio. Ni me imaginaba cómo debía estar Suzzanne. Celebrar una boda es un tostón... Tanta gente, tantos preparativos... Suspiré. Además yo era dama de honor en esta ocasión. ¿Para qué puñetas se necesitan damas de honor? Vi a Evelyne y Veronica pasar a lo lejos, entreteniéndose dando un paseo. Me saludaron en la distancia con aire divertido. Habría querido arrastrar a Ev al baño y pedirle que se hiciera pasar por mí durante la ceremonia.

Antes de que me diera cuenta (y esto es en serio, porque me siento muy confundida), ya era la hora. Más bien... la pareja ya estaba en el altar. De verdad, aún no recuerdo cuándo acabó aquel concierto de Pink Floyd que me ha metido en todo esto...

Miré a mi alrededor y analicé la situación. A mis lados estaban Mary y Helena. La primera parecía estar llorando, conmovida por la escena, mientras que Helena parecía preocupada y hastiada. Me imaginé que no estaba teniendo un buen día. Su cara delataba que algo no estaba bien con ella, pero aún así observaba atentamente a su hermana.

Llevé la vista hasta la primera banca que observaba la unión, en la que estaban Brian, Veronica, John, Roger y Evelyne respectivamente. Roger gimoteaba y mi mejor amiga le consolaba con lágrimas en los ojos también. Un verdadero cuadro.

Freddie era el padrino, ya que los padres de Suzzanne fallecieron hacía tiempo, por lo tanto estaba en el otro extremo junto a la pareja. Se encontraba al lado de un amigo de Collin, que también era padrino. Vaya tío más indiscreto, bostezando de forma tan exagerada. Freddie simplemente estaba ahí, muy serio y quieto. Me topé con sus ojos. Me tranquilicé cuando vi su sonrisa. Su apacible sonrisa. Realmente estaba contento porque aquello estuviera pasando. Observó con desagrado por unos segundos al amigo de Collin y luego me hizo una mueca para que me riera. Siempre conseguía hacer cualquier situación mejor. Incluso una situación en la que no podía hacer más que quedarse ahí sin decir nada.

—Suzzanne Jane Ross —la voz del cura llamó nuestra atención. Al parecer, mientras yo me entretenía mirando a todos lados, la parte de Collin ya había concluido y era el turno de Suzzi. Aquí estaba su momento—..., ¿quieres tomar por esposo a Collin James Browning..., para amarle y respetarle..., en la salud y en la enfermedad..., en la riqueza o en la pobreza..., hasta que la muerte os separe?

El silencio se hizo en la iglesia. Todos tragamos saliva.

—¿... También esta parte va a ser aburrida?... —le susurró Roger, aún con lágrimas en los ojos, a Evelyne. Ésta y John le hicieron callar.

—Yo —me dio la sensación de haber notado cierta duda y desasosiego en su voz. Casi creí ver que le lanzaba una mirada en busca de auxilio a alguien, pero enseguida devolvió los ojos a Collin—... Sí quiero.

Todos soltamos aire. Aquel había sido "el momento".

—Entonces, yo os declaro marido y mujer —dijo el cura con una sonrisa. Alzó ambas manos—. Ya puedes besar a la novia.

Collin se aproximó a Suzzanne y, tras levantar el velo que cubría la cara de la joven, la besó.

KEEP YOURSELF ALIVE #2: Let Me In Your Heart ♕Where stories live. Discover now