Capítulo 18

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Nota mental: no volver a esconder los regalos debajo de la cama. Evelyne también ha descubierto ese escondite. Pensar en otro lugar donde meterlos para que no los encuentre.

Nota mental nº 2: no regalarle a Curtis más manoplas para cocinar. Ya tiene tres pares.

Nota mental nº 3: no gastar nada de dinero a partir de principios de año. Me he quedado sin ahorros.



Cerré el diario y agarré una galleta decorada del plato. Qué ricas están, me las comería todas así sin pensarlo.

—Yo soy Beatrice, que a noble acción te incito —Evelyne se paseaba por el salón con el guión en la mano, al que ni siquiera le echaba un vistazo—. Vengo de lo alto do tornar anhelo... Amor me mueve, y en su hablar palpito...

Miré con deseo la bandeja. No pasará nada si me como otra...

—¡ALMA VIRTUD! —exclamó de repente, haciendo que casi me atragantara con la galleta—, que sola hace más grande al hombre sobre todos los nacidos...

Tosí un par de veces. Me echó una mirada molesta.

—¡Mas dime! —estiró una mano y cambió su expresión a una dolida—, ¿cómo y por qué raro efecto has descendido hasta este bajo centro, del amplio sitio para tí dilecto?

—Penfé que eftaba adaftado a la actualifaf —dije con la boca llena.

—Después de este soliloquio de Beatrice, Dante y ella cantan "Ain't No Mountain High Enough" —se dejó caer en el sofá a mi lado con disgusto—. Además tendré que ponerme un sombrero de cocos y plátanos y una piña..., y no sé qué frutas más.

Casi escupí la galleta por reírme— ¿¡No es eso un poco ambicioso!? ¿¡Y vas a tener que cantar!?

—Tengo una crisis profesional desde que empezaron los ensayos —hizo un puchero—. ¡No quiero hacer una estúpida obra de pacotilla como esta! El director es un payaso. Ha destruido la Divina Comedia en un abrir y cerrar de ojos.

Le acerqué el plato de galletas y, después de mirarlas con tiento, cogió una.

—¡Yo quiero salir en una película de verdad! —se quejó dando un bocado.

—Ten paciencia, seguro que pronto consigues un papel que te guste —la animé con una sonrisa tranquilizadora.

Pensó por un segundo y volvió a dar un mordisco a la galleta— A ver si escribes un best seller pronto, adaptan la historia para una película y consigues que me den el rol protagonista.

Fruncí el ceño con una nueva galleta en la boca— ¿Fero fien que haf creífo que foy? —terminé de masticar—, ¿Peter Benchley?

—¿Quién es ese?

—El que escribió Jaws.

—Ah —se llevó la mano a la barbilla—. No quiero que me coma un tiburón. Piensa en otra cosa.

Murmuré una réplica mientras seguía comiendo.

—Oye, por cierto —cogió otra galleta del plato que aún sujetaba en mi mano—. ¿No has vuelto a salir con Freddie?

Volví a atragantarme— ... Vas a conseguir que me muera hoy.

—¿Por qué no os habéis vuelto a ver? —preguntó con una expresión inquietante.

—Están ocupados con la grabación del nuevo álbum..., y eso.

—¿"Y eso"?

—Pero me dijo que Suzzanne quería organizar una fiesta de Navidad —dije, recordándolo de repente.

—¡Ah, qué divertido! —dio un par de palmadas. Asentí.

—También me dijo que Curtis debería venir también, todos quieren conocerle —cogí una galleta, jurándome que sería la última.

Evelyne asintió sonriendo, pero no parecía tan emocionada con la idea. Pensé que serían imaginaciones mías.

<...>

Mandy.

—Dime —estaba tumbada boca arriba en mi cama, con la cabeza colgando por el borde.

—No sé qué ponerme esta noche.

—... Ropa —chasqueé los dedos.

—Yo pensaba colgarme una lámpara del cuello, gracias por esa otra opción —entornó los ojos y se volvió hacia su cuarto.

—Ponte cualquier cosa, Ev —bostecé y giré sobre mí misma—. Qué más dará.

—¡Es una fiesta, Mandy! ¡Claro que da! Viste vulgar, y sólo verán el vestido. ¡Viste elegante, y verán a la mujer!

Bufé ante aquella cita profunda y vanidosa que no sabía de dónde había sacado —Pues ponte un traje de boda, yo qué sé.

—¡Ya lo tengo! —volvió a asomarse a mi dormitorio—. Me pondré tu vestido lavanda.

Permanecí en silencio con una expresión que creí imperturbable, pero probablemente no lo era.

—¿Alguna objeción? —se paró ante mi armario y comenzó a rebuscar, sonriendo sarcásticamente—. ¿No dices que da lo mismo?

—Exactamente —me senté en la cama y me crucé de brazos con dignidad.

—Te lo ibas a poner tú —señaló a la silla de mi escritorio de la que colgaba ese vestido. Demonios, he quedado expuesta—. No te da igual porque Freddie también va. rió como una bruja.

—¿Y eso q-qué tendrá que ver?

—No lo sé. Dímelo tú —salió de mi cuarto riendo como una bruja, con ambas manos alzadas. Hmmm, con que sí...

—Pues Roger también va —dije sintiéndome poderosa. Oí unos pasos silenciosos retrocediendo—. Y Curtis.

—Cuidado con lo que dices —me señaló acusadora con ambos dedos. Sonreí dentuda, y gruñendo se fue de nuevo.

Volví hacia la mesa y abrí mi diario.



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Esta noche es la fiesta navideña que quería organizar Suzzi. Estoy atacada a los nervios. Otra vez. Y por culpa de... Freddie. Ese ser falto de una descripción clara porque es demasiado (?) para definirlo. El señor incógnita, si esto fuera una novela de Agatha Christie. Me va a volver loca... En el buen sentido, si es que existe. Creo... Creo que me gusta. Una vocecita sarcástica dentro de mi cabeza se está burlando de mí en estos momentos. ¡Pero diré algo en mi defensa! Bueno, lo escribiré. No estoy segura porque no me había enamorado nunca antes. Estoy confundida... A lo mejor sólo es admiración, ¿sabes? Él es un cantante increíble, es muy amable y me trata bien. Puede que sólo sea eso... O tal vez sólo estoy intentando ignorar la verdad. Maldita sea, ¡escribir un diario no sirve para nada! ¡No me estás ayudando!

KEEP YOURSELF ALIVE #2: Let Me In Your Heart ♕Where stories live. Discover now