Capítulo 32

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Freddie se había marchado hacía unas horas. Por suerte Evelyne no le dio ningún mordisco, pero aún así no parecía conforme con el tema. Curtis y ella llevaban un rato hablando en su dormitorio desde que mi hermano había vuelto del trabajo. Yo estaba sentada en mi cama viendo los minutos pasar e intentando oír algo de lo que decían. Mientras tanto, acariciaba a Lily en mi regazo. Segundos después oí un clic en el pasillo. La puerta se estaba abriendo.

—Entonces ya está todo aclarado —decía mi hermano sin demasiada emoción.

—Sí... —respondía Evelyne.

Me levanté dejando a Lily en mi cama, y fui hasta mi puerta que se encontraba abierta. Desde allí los observé.

—Me voy. Mañana me llevaré todas las cosas...

—No —Evelyne estaba tranquila pero lo más seria que la había visto nunca—. No, de eso nada. Me iré yo.

—Me voy yo, buscaré un apartamento y...

—Eso lo haré yo. Esta casa es más tuya que mía. Y no quiero causarte más molestias, Curtis.

—Pero...

—Está bien, de verdad. Es lo justo.

Después de un rato, Ev recogió sus cosas y salió. Supuse que iría con Roger. Curtis parecía pensativo más que triste. Como confundido. Me mordí el labio pensando en qué podía decir para romper el hielo sin tocar el tema.

—Ey —salté desde atrás del sofá y me senté a su lado.

—Ey... —respondió sin moverse. Lo observé por unos momentos.

—¿... Te apetece... ir a ver una peli? Creo que aún está en el cine Psicomanía —dije moviendo los brazos de forma misteriosa para intentar hacerle reír.

—Nah, no tengo ganas de salir —murmuró rascándose la cabeza. Quería hacer que se sintiera mejor, aunque no sabía hasta que punto se sentía mal. Él siempre intentaba ayudarme en las malas situaciones, así que era mi misión.

—Entonces... ¿quieres que fundamos chocolate? —me miró alzando una ceja y soltó una risilla dejada. Algo es algo.

Me puse de pie y di vueltas por el salón pensando en algo. ¡Ya sé! Corrí hacia mi dormitorio y me agaché frente a la cama. Me metí bajo el somier y rebusqué lo que necesitaba.

—¡Ajá! —por fin lo tenía en la mano.

Volví a la sala. Me coloqué detrás del sofá y saqué de su paquete de papel marrón lo que había cogido de debajo de la cama . Lily me siguió y se tumbó en el sofá.

—¿Y si... te adelanto tu regalo de cumpleaños? Aunque sólo queda una semana —le puse el presunto objeto cuadrado y plano frente a su cara. Tardó unos segundos en reaccionar.

—Pero..., ¿qué? —lo agarró con cuidado y lo observó con conmoción.

—Lo compré antes de irnos a Dublín. Pensaba dártelo en las Navidades pasadas, pero no me alcanzó el dinero entonces, así que es tu regalo de tu 30 cumpleaños —reí sacando la lengua y me volví a sentar a su lado.

—Cuesta un pastón... Caramba —observaba con ojos desorbitados el último álbum lanzado por Pink Floyd, "A Nice Pair".

—Ahora no tienes regalo de cumpleaños, pero bueno. Ya pensaré en algo —reí mirando también el disco.

—Vamos a ponerlo —se levantó y lo colocó en el tocadiscos con entusiasmo. Parecía haber dejado a parte lo ocurrido.

—Qué emocionante —dije compartiendo la alegría por ambas victorias. ¡Misión cumplida, Amanda!

KEEP YOURSELF ALIVE #2: Let Me In Your Heart ♕Where stories live. Discover now