Capítulo 12

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Hacía rato que no prestaba atención a lo que sonaba en la radio, lo cual era muy raro en mí. Estaba ocupada sufriendo un ataque de agonía nerviosa. ¿Que por qué? Yo te lo explico. Estamos en un cubículo minúsculo, Freddie está sentado a mi lado y hay unos escasos 30 centímetros entre nosotros. ESE ES EL POR QUÉ.

¿Que por qué estaba tan nerviosa? Porque sí. Porque ese chico me ponía nerviosa, y no creo que ni siquiera se lo propusiera. No se si era por cómo me miraba SÍ, ¡SEGURO QUE ES ESO...!, o por la manera en la que hablaba ¡NO, NO! ¡ES ESO...!, o por todo en general... ¡SÍ!

Él estaba mirando por la ventanilla del coche. Decidí hacer lo mismo, giré la cabeza a la derecha para centrarme en la calle. No me saldrían las palabras para iniciar una conversación de todos modos. ¡Simplemente estaba histérica! Si le dijera algo en ese momento probablemente lo hiciera gritando, algo como: "¿¡SABES QUÉ HORA ES!?".

Traté relajarme mirando a una mota que había pegada en la parte exterior del cristal de la ventana, y luego opté por observar a los transeúntes. Mmm, mira esa señora con su perrito... Quisiera ser ese perro y huir del país a cuatro patas...

—¡MIERDA!

—¿¡Q-qué ocurre!? —pregunté sobresaltada por el golpe y el frenazo que había dado el coche, y por el grito de Suzzanne.

—¿Qué ha...?

—Algo le ha pasado al coche... Voy a ver —la pelirroja salió apresurada.

—Te ayudaré —dijo John servicial. No, no. De eso nada, yo aquí no me quedo.

—¡Y yo! —añadí veloz abriendo la puerta del coche. Freddie hizo lo mismo.

Ambos salimos después que Suzzi y John. Ellos ya estaban mirando dentro del capó del coche. Freddie y yo permanecimos a un lado. Al parecer tampoco tenía ni idea de mecánica.

—Ha reventado algo, ¿cierto? —Suzzanne cruzó los brazos con un mohín de preocupación. A juzgar por su veredicto, mucho no sabría sobre coches.

—No sé cuál es la avería. Tiene que verlo un mecánico.

—Joder —exclamó frustrada la chica—. Lo que me faltaba. Mierda. Joder. ¡Ah, demonios! ¿Y ahora cómo vamos hasta allí con mi coche aquí y en este estado?

—Me parece que cerca de aquí hay un taller.

—¿Podríamos empujarlo? —dijo Suzzanne esperanzada.

John hizo acopio de fuerza y comenzó mover el coche calle abajo. Comprobó que sí podían. Se volvió a nosotros— Id a avisar a los demás de esto.

Suzzanne se puso al lado de John y empujó también.

—Pero n-necesitaréis a-ayuda —me acerqué a los dos. Freddie asintió y se acercó.

—Entre los cuatro será más sencillo, ¿no? —añadió él.

—No... hace... falta —dijo Suzzi entre empujones.

—Adiós, chicos —las palabras de John se camuflaron con el ruido que hacía el coche al moverse.

—Está bien —dijo Freddie felizmente resignado, lo cual me escamaba—, nos vemos allí después.

—Hasta luego —dijo Suzzanne separando una mano por un segundo para alzar el pulgar en nuestra dirección.

Freddie y yo comenzamos a caminar. Yo no sabía dónde estaba la cafetería esa, pero esperaba que no fuera demasiado lejos. Al final me había quedado sola con Freddie. Ahora sí que quería salir corriendo. Estúpido destino y estúpido coche de Suzzanne. 

KEEP YOURSELF ALIVE #2: Let Me In Your Heart ♕Kde žijí příběhy. Začni objevovat