Capítulo 31

277 52 38
                                    

¡Amanda, ábreme! ¡Abre la puerta! —se oía tras el pedazo de madera que nos separaba.

—¿¡Pero qué mierda se ha creído!? —soltó iracunda Evelyne, dirigiéndose hacia la puerta con los puños apretados.

—¡No, no, no! —salté de la cama y me deshice de las mantas. Con una agilidad desconocida me lancé sobre ella, parando su paso.

—¡Amanda, suelta...! ¡Suéltate! ¡Le voy a decir cuatro cosas! —Evelyne trató de quitarme de encima, pero me colgué como un mono y le fue imposible.

—No vas a... abrir esa puerta —dije costosamente, señalando a la susodicha con el dedo.

—No, que va. Abrirla no —caminó hacia el salón tambaleándose conmigo encima y me tiró en el sofá. No sé de dónde sacó fuerza para algo así, estaba desbocada—. ¡Voy a estampársela en la cara a ese cretino!

—¡No! —me encontré tirada en el sofá como un feto, y al moverme me caí al suelo torpemente. De un salto me puse de pie y corrí hacia ella, que ya estaba buscando la llave correcta.

¿Evelyne? ¡Ábreme, soy Freddie! ¡Necesito hablar con Amanda!

—¡Ya sé quién eres, capullo! —exclamó Evelyne conmigo a la espalda, tratando de quitarle el manojo de llaves.

—¡Dame esas llaves, Evelyne! —grité en un susurro, si es que se puede denominar así. Me puso la zancadilla y me empujó lejos de ella, dándole tiempo a agarrar el pomo de la puerta y a abrir. Estaba fuera de control.

—¡ASQUEROSO! ¡INFAME! ¡MALDITO MENTIROSO Y MANIPULADOR! —Evelyne avanzó amenazante hacia Freddie, que parecía aterrado por la cara de enfado de mi amiga.

—Oye, Evelyne, esto no...

—¿¡TE CREES QUE PUEDES IR POR AHÍ MINTIENDO Y HACIENDO LO QUE TE VIENE EN GANA!? —Freddie chocó con la pared del otro lado del descansillo. Aquellas palabras eran irónicas, dado que su propia situación sentimental se basaba en eso mismo..., pero no hablábamos de ella ahora. A lo mejor estaba usando la circunstancia para desquitarse con Freddie.

—Espera un...

—¡NO TIENES DERECHO A...! ¡Auch! —le di un pellizco en el brazo para apagarle el motor.

—Entra —le dije con seriedad señalando la puerta del apartamento. De pronto me fijé en que los tres estábamos fuera de él, y Ev andaba en pijama.

—¡Pero no...!

—Esto es cosa mía, Evelyne. Tranquila Ve dentro.

Le insté a entrar de nuevo y finalmente me hizo caso. Se giró clavando una mirada agresiva en Freddie antes de irse. Me quedé meditando unos segundos mirando a mis pies, y luego me armé de valor para mirarle a él.

—Amanda... Escúchame por favor —dijo en voz drásticamente baja y mirándome apenado.

Fruncí el ceño con frustración. Quería llorar otra vez. Abrí más los ojos para evitarlo. Me crucé de brazos y miré al suelo. Tampoco pierdo nada por oír una explicación...

—... Sé que lo que has escuchado te ha podido crear una idea de lo que está ocurriendo entre tú y yo... y Suzzanne... Pero te juro que no se trata de eso.

Bufé incrédula.

—Verás, Suzzanne y yo nos conocemos desde hace muchos años... y siempre hemos tenido una relación especial... Pero...

¿Pero qué? Sentía una impaciencia invasiva cruzar fugaz mi mente de un lado a otro.

—... Cuando te conocí, algo me pasó. Algo cambió esa relación especial que tenía con Suzzanne y algo... algo cambió en mí.

Lo miré por primera vez a los ojos.

—Antes... de verdad pensé que estaba... estaba enamorado de Suzzanne... y que algún día acabaríamos juntos... Pero ya no. Tú has cambiado eso —volví a apartar la mirada—. Aún así he estado confundido este tiempo y no sabía qué sentía. No sabía si quería quedarme con Suzzanne y dejar esto como algo pasajero... O si realmente tú... tú eras diferente... Luego vino la gira y estuvimos mucho tiempo sin vernos. Intenté olvidarme de todo. Volví a ver a Suzzanne y creí volver a ser el mismo.

Alcé la mirada de nuevo con tristeza.

—Entonces volviste a Londres —Freddie sonrió por primera vez—... Cuando te vi en el bar... simplemente me di cuenta de que estaba siendo un tonto. Un auténtico estúpido egoísta que sólo estaba pensando en sí mismo.

Rápidamente volvió a mi mente su conversación con Suzzanne de esa mañana... "Al fin y al cabo, es un buen partido. Tenías razón. Debería salir con él.". Volví a recordar la expresión de Suzzi.

—Ya, y... ¿p-por eso le dijiste a Suzzanne que debía salir con ese otro tipo? —dije con nerviosismo pero con la mirada firme.

Me miró con reparo y suspiró.

—También escuchaste esa desfachatez —se rascó la nuca algo avergonzado—... Es cierto que lo hice... pero porque me sentía culpable. Sentía que estaba jugando con sus sentimientos, porque yo mismo no entendía los míos... Prefería que me olvidara y pasara página, pero no lo hice bien...

Medité su respuesta. No me encajaba aún. Negué con la cabeza, volviendo a sentir ganas de llorar.

—¿Y por eso rechazaste a Suzzanne de ese modo? —dije inquisidora, sintiéndome mal por mis modos. Ya ni siquiera sabía lo que quería de Freddie.

Se aclaró la garganta y miró al suelo— He cometido muchos errores en todo esto..., excepto el haberte conocido.

Finalmente se me aguaron los ojos. Lo miré dolida. No quería oír eso. No sabía qué quería oír, pero eso no era una de las cosas que sí.

—Todo esto es culpa mía —sentencié con las palabras que habían estado en mi mente todo el tiempo—. Si yo no hubiera aparecido, nada de esto...

—¡No digas eso! —negó con rotundidad—. ¡Claro que no es tu culpa!

—Sí que lo es... Suzzanne... Ella lo está pasando mal por mi culpa... No tendríamos que habernos cruzado nunca... Yo no... —no podía seguir hablando. Rompí en llanto.

—Amanda —Freddie se me aproximó con reparo—... No es así. Me siento agradecido por haberte conocido. Eres muy importante para mí.

Intentaba retirar las lágrimas con el dorso de mi mano, pero no funcionaba demasiado bien. Me puso una mano en el hombro para calmarme.

—Pero —no me salían las palabras. Intenté respirar más despacio—..., ¿qué pasa c-con Suzzanne?

Suspiró de nuevo— No puedo decidir lo que pasa en mi corazón.

Recordé mis propios pensamientos de esa mañana después de oír la historia de Evelyne. Eso mismo era lo que había reflexionado yo. Uno no decide lo que pasa en su corazón...

—Lo siento, Amanda. Siento todo esto, y siento que te sientas así. Es culpa mía por no haber sabido ver lo que tenía delante de mis narices todo este tiempo —buscó mi mirada con los ojos—. Perdóname.

Cogí aire, haciendo ruido por la acumulación de mucosa después de tanto llorar.

Yo... siento que Evelyne quisiera matarte —solté lo primero que me vino a la cabeza. No pudo evitar reírse.

—No importa, yo en su posición también lo habría querido. Soy un asqueroso infame —hubo un momento de silencio, y después los dos nos reímos.

—No lo eres... Supongo que juzgué la situación demasiado rápido... Perdón por eso —admití.

—Lo soy por no haber puesto mis sentimientos en orden antes. Un maldito asqueroso infame.

Rió un poco y me miró a los ojos. Evité apartar la mirada. Avanzó un par de pasos y me abrazó. Segundos después el abrazo se hizo real, y no la cosa desproporcionada que había ocurrido al no saber por dónde meter los brazos. Me agarró la espalda con firmeza, como si pudiera caerme. Tras un minuto se separó de mí, y me miró a los ojos de nuevo. Tenía miles de cosas que decir, y supuse que él también... pero éramos dos cobardes con demasiados sentimientos que mostrar... Así que simplemente me besó. 

KEEP YOURSELF ALIVE #2: Let Me In Your Heart ♕Where stories live. Discover now