Capítulo 11

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Salió de su departamento, subió a su moto y arrancó esta. Elliot y Dylan lo esperaban en el callejón de las carreras según el mensaje que le habían mandado. Ya había oscurecido, el cielo estaba negro pero despejado, dejando que se reflejara la luz de la luna llena, las calles estaban vacías y más en su barrio. Ese barrio donde nadie tenía buenas intenciones, nadie se arriesgaba por el otro... al fín y al cabo ese era el barrio donde él vivió toda su adolescencia y esa era la gente con la cual lidió.

Bajó la velocidad cuando ya estaba acercándose al callejón. Había un portón negro de unos dos metros de alto. Él estacionó su moto a un costado y se bajó de esta. Se dirigió al portón, metió el dedo en un pequeño agujero que había de la cerradura e hizo fuerza para abrirlo. Mucha fuerza. Era tan pesado que tuvo que ayudarse con el cuerpo para que al final se abriera. Se adentró al lugar. Todo el gentío estaba ahí, de ese lado del portón. Las personas sentadas en sus respectivas motos, otros riendo con bebida en la mano, chicas que no dejaban nada a la imaginación con esos shorts cortitos. Otros estaban apostando por cuál moto ganaría hoy. Divisó a Dylan y a Elliot entre la gente, de espaldas a él y se acercó. Le dio un puñe.tazo a Elliot en la espalda por lo que su amigo se dió vuelta con la mandíbula apretada para matar al idio.ta que le había pegado pero cuando vio que se trataba de Justin, relajó los músculos tanto de sus brazos como de su cara y esbozó una sonrisa.

-En realidad pensé que no ibas a venir. Pensé que tenía que ir a buscarte a tu departamento y traerte a patadas.- Confesó su amigo morocho. Él sonrió ampliamente.

-Bueno, quería divertirme.- Le contestó Justin. Elliot se sorprendió. Hacía mucho que no veía a su mejor amigo sonriendo así. Pasó un brazo por su espalda.

-Justin, ella es Melissa.- Le presentó a una pelirroja que lo miraba deseosa, sus curvas eran extremadamente sensuales, la pollera que estaba usando en ese momento podía excitar a cualquier hombre. Tenía la boca pintada de un color muy rojo, como la sangre misma. Ella sonrió y levanto una de sus cejas, mirándolo coqueta.- Melissa, él es el gili.pollas de mi amigo, Justin.- volvió a hablar Elliot. La pelirroja se acercó a él.

-Un gusto.- Habló poniendo una voz femenina, sensual. Depositó un beso en su mejilla y se separó poco a poco. Tenía la boca de aquella pelirroja demasiado cerca y se alejaba muy lentamente.

-Viniste.- Escuchó una voz detrás. Era Dylan. Se separó bruscamente, giró sobre sus talones dejándole ver la espalda a la pelirroja. La había dejado con ganas de besarlo y eso lo sabía, solo que amaba hacer que se desesperaran por probar su boca. Miró a su amigo que lo veía sorprendido.

-¿Por qué les causa tanta sorpresa verme?- preguntó sonriéndole. Dylan le pegó en el hombro jugueteando y él se la devolvió más fuerte.

-Porque en este último tiempo te has vuelto un mal.dito aburrido.- Contestó como si fuera obvio. Él solo sonrió.

-Bueno, aquí estoy.- Sintió una mano en su hombro, giró un poco la cabeza y por sobre su hombro vió a la pelirroja poniéndose a su lado.

-Veo que no pierdes el tiempo.- le dijo Dylan con una sonrisa pícara.

-Nos presentó Elliot, ¿Cierto Melissa?- Preguntó mirándola a ella ahora, quién sonrió y asintió. Se acercó a Dylan y lo saludó con un beso en la mejilla. Su amigo miró a Justin y le guiñó el ojo sin que ella lo viera. Él rió.

-Están buscando gente para que corran. ¿Tú quieres?- Le preguntó después de unos segundos. Justin negó con la cabeza.- ¿Por qué? Siempre ganabas.

-Pero ahora no tengo ganas, además las apuestas no son tan buenas.

-Si tú lo dices...- Dylan dio un trago a su cerveza.- Estamos con Mike, ¿quieres venir?- Justin hizo una mueca.

-¿Mike te pago lo que te debía?- preguntó. Su amigo asintió. Era increíble cómo podían llegar a odiar a alguien porque le debía algo, llegar hasta pensar en matarlo por eso y luego cuando se lo daba, estaban de amigos. Amigos falsos porque si tenían que darte un puñal por la espalda, lo hacían. Por eso él no quería saber mucho de amistades ni reuniones. Sus únicos dos amigos eran Dylan y Elliot.

-Después voy.- Dylan volvió a asentir. Justin giró su cuerpo y le sonrió a la pelirroja. Ella acercó desesperadamente su boca a la de él, haciéndolo sorprender por su atrevimiento. Melissa introdujo su lengua, exigiendo más. Era un beso salvaje, desesperado. Y lo más lindo era que a él no le movía ni un pelo. Melissa seguro estaba desesperada por tenerlo en la cama y excitada pero él estaba fresco como una lechuga. ¿Por qué no le causaba nada? Y ahora pensó en Celia. Ese era el puto problema y el por qué no había estado con ninguna mujer en el último año. Nada se comparaba con estar tocando su cuerpo y besando sus adictivos labios. Se separó bruscamente de Melissa, esta lo miró confundida e intentó volver a acercar su boca a la de él, pero volvió a alejarse.

-¿Te pasa algo?- Le preguntó aquella mujer. Él la miro a los ojos, con el semblante duro y negó con la cabeza. Ya no estaba sonriente como cuando había llegado, ahora estaba serio y molesto. Molesto con la mujer a la que amaba y con él mismo. Se dio la vuelta y empezó a caminar en dirección a donde estaban sus amigos riendo.- Espera... ¿A dónde vas?- volvió a hablar la pelirroja. Justin miró por sobre su hombro divisándola con una mueca de disgusto y confusión.

-Un gusto conocerte, nena.- Sentenció ignorando su pregunta para después seguir caminando. Escucho los refunfuñones e insultos de ella, era toda una histérica. Seguro porque la había dejado con las ganas. Pasó entre medio de algunas personas y llegó donde estaban Dylan, Elliot, Mike y otros dos que no conocía. Elliot sonrió cuando lo diviso y le hizo una seña, él se acercó.

-Bieber.- Pronunció Mike sorprendido mirándolo desde abajo ya que estaba sentado plácidamente en su moto.- ¿Hace cuánto no te pasas por aquí?- él agitó los hombros con desinterés.

-Vino porque yo lo obligue.- intervino Elliot con una sonrisa.- Si no este gili.pollas no hubiera venido.

-¿Y porque es eso? Antes te encantaba venir.- preguntó Mike mirándolo confundido.

-Ya no.- Contestó sin ganas de hablar sobre el tema. Los otros dos que no conocía, rieron.

-Me entere que andabas con la amiga de Jonathan.- le dijo Mike con una sonrisa algo malévola. Justin apretó la mandíbula.

-No es de tu incumbencia.- Respondió entre dientes. Dylan y Elliot dejaron de reír y se pusieron en alerta cuando lo vieron apretar los puños.

-Oh, vamos.- siguió molestándolo.- Según lo que dicen, esta buena.- le guiñó el ojo con picardía.

-Cállate, Mike.-Dijo Elliot y se acercó pero Mike hizo lo contrario; se paró de la moto y miró desafiante a Justin.

-Hace mucho que no se la ve. Dicen que fo.lla bien, todos la conocen aunque Jonathan no quiere mostrarla mucho.- Su amigo se acercó aún más e intentó alejar a Justin de allí, pero él estaba duro y estático como una piedra en el lugar, mirando fijamente al estu.pido de Mike que lo único que iba a ganar esa noche era un puñe.tazo o varios.- Deberías darme su número ¿sabes? Así abre las piernas para mi hoy.- Y eso bastó. El puño de Justin fue a parar a su mandíbula con fuerza. El impulso le había ganado una vez más. Mike giró la cabeza a un lado y se tocó la zona golpeada. Soltó un gemido de dolor. Elliot agarró a Justin por los brazos antes de que volviera a pegarle de nuevo y lo empujó con el cuerpo para alejarlo. Dylan también intervino y se puso entre medio de Justin y Mike.

-No vuelvas a hablar así de ella.- le advirtió Justin, aún forcejeando para poder soltarse del agarre de Elliot y poder moler a golpeas al idi.ota de Mike.

-Justin déjalo, es un estu.pido.- le dijo su amigo para calmarlo, cuando estaban lo suficientemente lejos. Él miro atrás, hacia donde estaba Mike riendo junto a los otros dos y a la vez sobándose la mandíbula.

-Me voy.- Soltó con los dientes apretados y le dió la espalda a su amigo para caminar cabre.ado, intentando retener el impulso de girarse y terminar con Mike.

Without control 2Where stories live. Discover now