Capítulo 15

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Levantó su mano y la apoyó en su mejilla. Ella cerró los ojos sutilmente cuando hizo esto y después sintió que él volvía a besarla. Respondió al beso sin problema alguno. Justin recorrió el muslo con la otra mano. Las manos de él eran fuego. Puro fuego que quemaban cada vez que la tocaban, que la encendían como ningún hombre lo había logrado. Su forma de tratarla era sumamente especial.

-Eres hermosa.- Soltó después de haberse separado. Los ojos de ella destellaron, él le dedico una sonrisa y tomo su mano. Caminó en dirección a las escaleras. Subieron estas apresurados, Justin abrió la puerta e hizo que Celia entrara primero a la habitación. Cerró la puerta rápidamente, se giró para verla, la envolvió con uno de sus fuertes brazos y la apegó contra la pared. Él se acercó más, encerrando cada espacio que quedara entre ellos. Volvió a besarla pero esta vez más fuerte, con más deseo, con más lujuria y salvajismo. Su po.lla comenzaba a doler. Necesitaba hacerle el amor. Él levanto la remera de la chica y ella alzó los brazos para ayudarlo a que lo hiciera, la revoleó por algún lugar de la habitación. Con sus manos buscó el borde de la calza que estaba usando y cuando lo hizo, las fue bajando lentamente, dejándola solo en ropa interior. Ella levanto un pie y después el otro para que al fin la calza desapareciera como obstáculo. Él levanto la vista y contempló su precioso cuerpo. Se relamió los labios. Su pe.ne realmente necesitaba meterse dentro suyo y bombearla con placer sin piedad.

Empujó su anatomía bruscamente contra el cuerpo de ella. Estaban tan pegados que ella pudo sentir lo excitado que estaba. La po.lla de Justin estaba dura como una roca y eso la hizo soltar un gemido. Él volvió a separarse para quitarse los pantalones. Ella se mordió el labio mientras lo veía bajarse el cierre. Lo ansiaba con todas sus fuerzas pero quería probar algo mejor con él. Quería hacerlo disfrutar al punto máximo. Puso una de sus manos encima de las de Justin, impidiéndole que se terminara de bajara el pantalón por lo que él subió la mirada y la observó con el ceño fruncido.

-Déjame hacerlo a mi.- le pidió en un jadeo. Justin sintió su pe.ne volver a palpitar esta vez mas fuerte cuando escuchó su dulce voz diciéndole aquello. Quitó lentamente las manos de la bragueta, observó cómo Celia se acercaba aún más y bajaba sus delicadas manos acariciando sus abdominales, luego bajaron hasta llegar al borde de la tela. Todo sin dejar de mirarlo a los ojos. Color miel contra verde. Ambos mirándose con lujuria. Ella dejo de ver sus ojos y ahora se agachó para bajarle los pantalones. Una prenda menos. Contempló el bulto de él muy crecido y solo cubierto por los mal.ditos boxers que obstaculizaban a lo que quería hacerle. Acarició este por sobre la tela.

Justin hecho la cabeza hacia atrás y soltó un gemido.

-Nena, no...- le dijo queriendo que se pusiera de pie.

-Shh...- lo acalló ella. Siendo quien dominaba en ese momento. Agarró el borde de la última prenda que quedaba por quitarle y bajo esta lentamente. Justin estaba sufriendo en ese momento ¡Por el amor de dios! Era una tortura lenta. Si no le sacaba el estu.pido boxer cuanto antes estaba seguro de que se po.lla explotaría.

-Celia...- la volvió a llamar pero su quejido se transformó en un gemido ronco cuando sintió la lengua de ella rozar la punta de su pe.ne. Cerró los ojos disfrutando de como la muchacha lamia y succionaba tan sutilmente que la excitación acumulada era cada vez más. Ella sonrió interiormente al verlo con la cabeza hacia atrás, amando lo que le hacía en ese instante. Metió aún más la po.lla de él en su boca y la verdad era que no podría metérsela toda. Era muy grande.- ¡Ah!...- volvió a gemir lo más alto posible. Justin inconscientemente agarro la cabeza de ella y empujo esta, para que siguiera con lo estaba haciendo. Y eso hizo. Su lengua comenzó a moverse de un lado hacia el otro, enviando descargas por toda la anatomía de Justin. Todo su cuerpo estaba tenso. Todos sus músculos estaban contraídos.- Sigue...- le pidió. Ella lo hizo, siguió con sus movimientos pero lo último que hizo fue... la gota que colmó el vaso. Dio una pequeña mordida a la po.lla de él.- Voy a correrme, nena...- le avisó para que se hiciera a un lado ya que no estaba seguro de si ella quería que se corriera en su boca, pero Celia no se movía de donde estaba.- Córrete nena, voy a...- No pudo contenerse más.- ¡Celia!...- gritó desde lo más profundo de su garganta con la voz ronca. Ella sintió el líquido tibio y sin dudar lo tragó. Se había corrido en su boca.

Justin tiro de su pelo para que se levantara y la miró. Ella estaba relamiéndose los labios. Él estiro sus brazos y la acerco a su cuerpo para besarla, sintiendo su propio sabor mientras sus bocas se mezclaban. Ella era una jo.dida diosa. Ella era increíble. Su lengua, sus movimientos, todo lo que hacía. Ese había sido el mejor se.xo oral que le habían brindado. Se separaron un poco y él la miró hambriento.

-Ahora es tu turno.- le dijo Justin y en un rápido movimiento la recostó sobre la cama. Buscó desesperadamente el broche de su brasier y cuando lo encontró, bajo este. Su boca atacó a uno de sus pechos. Celia arqueó la espalda al sentir su lengua acariciar su pezón.

-¡Ah!...- gritó. Él lamia con dureza mientras que una de sus manos acariciaba su muslo, siguió subiendo en dirección al lugar prohibido, el lugar al que más ansiaba llegar, el lugar acogedor que tanto lo hacía disfrutar. Ella soltó un jadeo cuando Justin rozo su se.xo por encima de la tela de sus bragas. Separo su boca de su seno y la miró a los ojos.

-Estas muy mojada...-Le encantaba que estuviera en ese estado solo para él. No hacia más que excitarlo a sobremanera. En respuesta a lo que él le dijo, Celia envolvió sus brazos alrededor de su cuello y las piernas alrededor de su cadera, para sentirlo más de cerca y haciendo que la cabeza de él se hundiera en el hueco de su cuello. Justin aspiró profundamente el aroma que desprendía su cabello. Era un aroma dulce, sexy a la vez. Besó su mejilla tiernamente y con la habilidad de sus manos, logró bajarle las bragas a mitad de sus piernas. Eso era todo lo que necesitaba.

-¡Sí!...- Gimió ella con toda la fuerza de su garganta cuando metió su dura po.lla dentro de su co.ño. Justin sintió el apretón que este le proporcionaba a su pe.ne mientras entraba más profundamente.

-Oh, nena...- Jadeó contra su oído. Ella volvió a gemir cuando la sensación del aliento de Justin contra su cuello, hizo que se le erizaran los pelos. Salió rápidamente de su co.ño pero volvió a meterse. Esta vez con rapidez y dureza. Sus movimientos comenzaron a ser más ligeros, más profundos. La bombeaba de placer con cada embestida. La embestía con toda la fuerza que tenía su cadera. La habitación se llenó de gemidos. Una ligara capa de sudor cubría a ambos, que ya estaban por llegar al punto máximo.

-Voy a...- Y antes de que él pudiera avisarle que se correría, su semen se esparció dentro de las entrañas de la chica. La cuestión era que ella todavía no había llegado a su orgasmo y eso era lo que él quería lograr. Lograr que ella disfrutara. Así que Justin siguió embistiéndola con las últimas fuerzas que le quedaban, con lo último que su cuerpo le permitía. Ella lo hacía quedar exhausto y satisfecho de una manera increíble. Su respiración era agitada y su cuerpo estaba temblando pero no iba a parar hasta que le diera su dulce orgasmo.

-¡Justin!- gimió. El ultimo gemido que hacía falta para saber que había llegado al punto máximo. Justin dejó de embestirla y recostó su cuerpo sobre el de ella, para descansar pero igualmente sosteniendo su peso en sus propios brazos. Sintió la respiración de ella acelerada y como su corazón latía a mil por hora por la agitación al igual que el de él.

-Gatita...- le susurró en el oído mientras cerraba los ojos e intentaba regularizar su respiración.

-Gatito...- respondió ella en tono divertido también con sus ojos cerrados. Justin se separó un poco y contempló su rostro. Sus labios estaban más rojos de lo normal, tenía las mejillas coloradas, su cabello desordenado. Su pecho subía y bajaba con rapidez. Se inclinó y deposito un casto beso en sus labios para después recostar su cabeza en el pecho de su chica, su ella y quedarse profundamente dormido.

Without control 2Where stories live. Discover now