Capítulo 50

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Capítulo 50

Elliot soltó un suspiro de fastidio y la miró de reojo.

-¿Quieres dejar de moverte?- Le preguntó de mala manera. Ella había estado todo el tiempo desde que se subió a su auto, agitando la pierna con nerviosismo y eso lo hacía fastidiar.

-Lo siento.- Se disculpó. Hizo un intento por dejar de agitar la pierna.- ¿Por qué todavía no llegan?- Le preguntó. Ellos habían llegado antes que las camionetas donde estaban los demás hombres con Justin y todavía no aparecían. Ahora se encontraban observando la casa abandonada que estaba a una cuadra de donde Elliot había estacionado el vehículo pero aun así se veía todo perfectamente. Eso era lo que debían hacer ellos. Controlar que nada raro pasara. Habían cacharros y se notaba que era un edificio viejo, con más razón era perfecto para Ricardo ya que nadie se atrevía a molestar por allí. Y menos en ese barrió. Era como si la policía no existiera en ese lugar y si alguna vez pasaban para ver cómo estaba todo, seguro que Ricardo les daba algún tipo de soborno para que no lo mandaran al frente.- ¿Dónde estarán?- Volvió a preguntar con un tono bajo de voz, más para ella misma que para Elliot.

-Ya para, me pones nervioso.- Reprochó. La vio suspirar y mirar fijamente hacia el edificio.

Se quedó unos minutos analizándola, mirándola, observando cada mueca que hacía, cada expresión. La observó morderse el labio con nerviosismo. Ella era atractiva.

Sacudió su cabeza alejando los pensamientos.

-Oye.- La llamó, rompiendo el silencio. Giró su cabeza para mirarlo.- ¿Tanto te preocupas por él?

Ella asintió con su cabeza.

-Yo... al principio pensé que solo eras una más y Justin estaba perdiendo la cabeza por ti, no podía dejar que eso pasara.- Confesó tomándola por sorpresa.- Luego te fuiste... y cuando volviste pensé que lo harías sufrir de nuevo.- Tomó una bocanada de aire que luego soltó.- El gili.pollas es mi mejor amigo entonces no quería verlo así otra vez. Por eso te traté de esa manera...

Intentó disculparse de una manera indirecta pero al fin y al cabo... era una disculpa.

-Está bien, no importa.- Le contestó con una voz suave. Una voz que le dio tranquilidad.

-¿Qué significa él para ti...? Quiero decir...- se trabó con sus propias palabras. Le costaba muchísimo a un tipo como él hablar sobre esas cosas.

-Él lo es todo para mí.- Contestó ella. Con simpleza, con sinceridad, con un tono en su dulce voz que hablaba por sí solo. A esta altura ya no le costaba confesarlo.- Yo... lo amo.- Y miró sus ojos color esmeralda. Un brillo especial se paseó por estos en el momento que dijo aquello. Un brillo que llegaba a ablandar hasta al tipo más duro. Un brillo que Elliot nunca había visto en la mirada de otra persona.

Entonces en ese instante entendió a Justin. En ese instante supo el porqué del amor que le tenía.

Se quedó callado. Todas las palabras se borraron de su mente y solo se dedicó a observarla. Ella volvió a mirar hacia delante, dejando una vista perfecta de su perfil. Su nariz respingada, sus pestañas largas, su boca.

-¡Mira!- Chilló repentinamente, logrando sacarlo de sus pensamientos. El sacudió la cabeza. ¿En que estaba pensando? Por dios. El café que había tomado a la mañana le pegó mal al parecer.- Ya llegaron.- Volvió a decir. Elliot giró su cabeza hacia el frente y ahí vio ambas camionetas negras estacionar sigilosamente a menos de una cuadra del percudido edificio.

Las puertas se abrieron y de allí salieron varios tipos todos vestidos de negro y armados. Entre ellos estaba Justin quien cargaba un arma en sus manos. Los vio ir despacio hacia el edificio y esconderse entre los escombros. Lo siguiente que tendrían que hacer es poner la bomba pero según lo que parecía, primero estaban asegurándose de que nada raro ocurriera. Un arbusto que estaba entre medio le tapo la visión. Elliot arrancó el vehículo y lentamente se acercó, quedando a unos metros más cerca para poder ver mejor pero aún así, ella se maldijo interiormente. Necesitaba ver todo lo que estaba pasando, necesitaba tener a Justin en la visión para asegurarse de que estuviera bien.

...

-Está todo asegurado.- Le avisaron. Justin asintió.

-Quédense ahí.- Indicó.- Tu, ven aquí.- Llamó a el tipo que tenía la granada. Apoyaron la espalda contra la pared del edificio. Justin se asomó por la ventana solo un poco. Allí adentro estaban los hombres de Ricardo. Riendo, apuntando al blanco, practicando. Debía haber alrededor de veinte. Se sentó en el suelo.- Dámela.- Ordenó. El chico sacó la pequeña bomba del cinturón que tenía, cargado de armas, balas y cuchillos. Se la entregó.

Justin respiró hondo y quitó la cadena de la granada. Inmediatamente estiró su brazo hacia arriba y la lanzó.

Se levantó del lugar donde estaba con rapidez y al igual que los demás tipos que estaban con él, se alejaron del lugar. Estaba corriendo y corriendo pero sentía que no iba a llegar lo suficientemente lejos. Escuchó el ruido de la explosión y en el mismo milisegundo, se tiro al suelo y cubrió su cabeza con sus brazos mientras sentía que los cacharros volaban por todas partes y se arrastraban cerca de su cuerpo.

...

Vio la explosión desde donde estaba.

-Ya habrán puesto la granada.- Comentó Elliot. Ella asintió y siguió mirando todo con atención.

Repentinamente a lo lejos pudo divisar otra camioneta acercarse. Elliot frunció el ceño al igual que Celia. Esa camioneta no estaba en los planes. Observó que se estacionaba. Sus ojos se abrieron al tope, sintió sus manos sudar y la adrenalina corrió por sus venas. De esa camioneta bajaron otros hombres y apenas tocaron el suelo, empezaron a ametrallar hacia donde estaba Justin junto con los demás.

¿Qué había salido mal? ¿Desde cuándo Ricardo tenia refuerzos?

...

Justin escuchó los tiros a lo lejos. Inmediatamente se levantó del suelo y se escondió tras un arbusto. Asomó su cabeza. Mi.erda. En la vereda de en frente estaban los tipos apuntando. Era un tiroteo.

Necesitaba idear algo para poder subir hacia arriba al edificio, matar a Ricardo y terminar con eso de una mal.dita vez por todas. Necesitaba hacerlo rápido antes de que él lograra escaparse, sino todo lo que estaba haciendo sería en vano.

...

Ella respiró profundo. Apretó sus manos en puños. Sintió la necesidad de estar con Justin en ese momento, de defenderlo. Sintió la necesidad de bajar de ese auto. Y eso hizo. Repentinamente abrió la puerta el vehículo y salió de este sin decir nada. Elliot giro la cabeza para verla correr.

-¿Qué estás haciendo?- Le preguntó alarmado.- ¡Celia!- La llamó. Ella ya había salido del auto. El morocho inmediatamente abrió la puerta para salir.- ¡Ven aquí!- Gritó e intento ir tras ella. Pero ya era tarde. Ella había empezado a correr en dirección al edificio. Elliot agarró de su propio cabello y tiro de este, frustrado. Pateó la rueda del vehículo y se maldijo interiormente.

Ella y sus maldi.tos impulsos. Estaba corriendo con el objetivo de meterse en la boca del lobo sin pensar en nada mas, sin sentir nada más que la adrenalina recorriendo su cuerpo... Y ahora que lo recordaba, solo tenía un pequeño cuchillo para defenderse. Genial.

Without control 2Where stories live. Discover now