Capítulo 31

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La chica observaba las olas moviéndose a través del ventanal que tenía en la cocina. Solo la luz de la luna iluminaba la playa en ese momento. Su mente divagaba. Pensaba, recordaba. El encuentro que tuvo con Bella la había afectado. Desde entonces había estado sumida en sus pensamientos. Suspiró profundamente y dejó salir todo el aire retenido en sus pulmones.

Su corazón daba un vuelco cada vez que pensaba en sus padres. Cada vez que pensaba en su padre con problemas de esclerosis. Tenía muchas ganas de volver a verlos pero a la vez tenía miedo de cómo podrían reaccionar.

-Aquí dejo las cosas que compramos.- Avisó Justin. Ella asintió sin siquiera mirarlo. Había estado tan metida en su mundo que no se dio cuenta de que él había entrado. Lo sintió acercarse y luego su gran mano se posó en su cadera.- Nena... estuviste en estado zombie desde que encontramos a tu prima en el supermercado.- Él la hizo girar sobre sus talones para que lo mirara a los ojos. Y eso hizo. Notó la tristeza en la mirada de ella y deseó llenarla de besos para que no estuviera más de esa manera.

-Sí, lo siento...- Se disculpó, apenada. Él frunció el ceño.

-No tienes por qué disculparte, nena.- Justin le sonrió, haciendo que ella se contagiara de su sonrisa.- ¿Sabes? Creo que será mejor acomodar lo que falta mañana así comemos algo.

-Está bien.- Aceptó sonriendo.- ¿Qué quieres comer?- Justin se lo pensó un poco.

-¿Hamburguesas?- soltó una risita mientras negaba con la cabeza.

-¿No quieres algo más saludable?- Él inmediatamente negó con la cabeza e hizo una mueca de disgusto.- Una ensalada quizás...- La miró como si estuviera loca, con sus ojos bien abiertos. Como un niño que se rehusaba a comer su brócoli.

-Ni en sueños.- Negó.- Primero que una ensalada no llena mi estómago y segundo que la lechuga es fea, deberían prohibirla.- Rió. Justin siempre lograba hacerla sentir mejor.

-Bueno, entonces iré a cocinar las hamburguesas.- Justin sonrió, asintiendo mientras veía como ella iba hacia la cocina. Miró a su alrededor buscando algo para hacer. Había una vieja televisión apoyada en un mueble. Se acercó a esta y la prendió pero no había cable. Hizo una mueca.

-¡Gatita!- la llamó.

-Dime.- gritó ella desde la cocina.

-¿Funciona la televisión?

-No lo sé, hace bastante tiempo no vengo aquí. Es probable que no ande a no ser que mis padres sigan pagando la programación, cosa que no creo porque ellos tampoco vienen aquí hace mucho.- Justin soltó un suspiro pesado y siguió investigando. Había un reproductor de DVD y un par de películas apoyadas sobre este. Agarró la pila de películas y observó cuales había. Ninguna le llamaba la atención así que eligió una al azar y la puso en el reproductor de DVD solo para que hiciera un poco de ruido. Se dio cuenta que era una película para niños cuando vio los dibujitos animados que aparecían en la pantalla. Se concentró en estos por un rato, quedando hipnotizado por unos minutos. Cuando él era chiquito no tuvo la oportunidad de ver los dibujitos animados como cualquier niño ya que a la edad de seis años sabia muchas más cosas que los demás. Sabía que la vida era dura. Muy dura. Sabía que ese mundo de alegría que mostraban las películas para niños no existía. Sabía que era todo fantasía y ni siquiera se permitía soñar por un momento sobre ese mundo de colores.

Después de unos minutos Celia apareció con las hamburguesas en una bandeja. Ella miró lo que se estaba reproduciendo en el televisor. Los dibujos animados que veía de pequeña. Luego su mirada se dirigió a Justin y sonrió con ternura mientras fruncía el ceño. Parecía un niño pequeño observando todo con detenimiento y concentrado en la pantalla.

-Esa película la miraba cuando era chiquita.- Él sacudió su cabeza para alejar los pensamientos y la miró. Sonrió levemente.- Parece que te gusto "Lila y el mundo de maravillas".- bromeó.

-No... yo...- Ella rio.- Me quede pensando en algunas cosas.- Apoyó la bandeja en la mesa.

-¿Qué tipo de cosas?- Se sentó. Justin la miró y luego de segundos dudando, respondió.

-En mi infancia. Nunca tuve la oportunidad de creer que el mundo era color de rosas cuando era niño.- Celia sintió como su corazón se estrujaba cuando lo escucho decir aquello. Sintió la decepción y tristeza en su tono de voz. Justin nunca demostraba estar triste y si lo hacía era con ella. Ella era la única que lo había visto llorando porque no dejaba que nadie lo viera de esa manera. Porque él era fuerte y no lloraba delante de los demás aunque estuviese destrozado por dentro.

Ella le dedicó una mirada acogedora. Levantó una de sus manos y acarició su mejilla suavemente para después besarlo. Unió sus labios con los de él, haciendo que la tristeza desapareciera poco a poco. Haciéndolo sentir en un lugar cálido. Haciéndolo sentir en casa. Se separaron lentamente, ella besó tiernamente la punta de su nariz y sonrió levemente.

-Sera mejor que comamos o las hamburguesas se van a enfriar.

Justin sonrió y asintió dándole la razón. Observó las grandes hamburguesas que había preparado. Tenían jamón, queso, lechuga, tomate, estaban completísimos. Así como a él le gustaban. Agarró una y dio un mordiscón. Ella también agarró otra y comenzó a comer.

-Están buenísimas.- dijo después de unos minutos con la boca llena. La chica sonrió y lo miró pero su expresión demostró lo sorprendida que estaba cuando vio que ya había terminado su hamburguesa. ¡Ella recién iba comiendo la mitad de la primera que había agarrado!

-¡Wow! ¿Ya la terminaste?- Preguntó incrédula. Justin soltó una carcajada y asintió. Agarró otra hamburguesa y comenzó a comerla. Mejor dicho devorarla.- Realmente me das miedo. Mira si algún día no te hago la comida y me comes a mi...- Él quitó la vista de su hamburguesa y le dedicó una mirada pícara. Ella frunció el ceño pero después comprendió el doble sentido.

-Creo que sería más delicioso comerte a ti, gatita...- sonrió de lado.

-¡A todo le ves el doble sentido!- retrucó exasperada y él rio. Observó sus labios rosados y brillosos por la leve capa de brillo labial que tenía en estos.

-¿Cómo quieres que no le vea el doble sentido a las cosas cuando te tengo cerca mío y muero por besarte?- Ella abrió sus ojos y sonrió coquetamente.

-¿Y por qué no lo haces? Bésame.- le pidió. Justin dejo de masticar y tragó duramente. La observó durante unos minutos. Minutos donde agradeció por tenerla para él. Sin decir más, se inclinó sobre la mesa, colocó una mano en su nuca. Estampó su boca contra la de ella y sin pedir permiso, su lengua la invadió. Ella respondió a su beso haciendo su miembro bucal reaccionara. Justin acarició su cintura suavemente mientras la besaba pero luego de unos minutos se separaron por la falta de aire. La miró a los ojos y después miró hacia las hamburguesas.

-¿Vas a comer la última que queda?- Le preguntó repentinamente. Celia soltó una carcajada.

-No...-Contestó sin dejar de reír.

-Genial, esta preciosa va para mi entonces.- dijo y agarró la última hamburguesa que quedaba. Ella observó como daba un gran mordiscón y tragaba, daba otro y tragaba sin tener respiro entre mordiscones. Ese chico no tenía remedio pero así... lo amaba.

Without control 2Where stories live. Discover now