Capítulo 26

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Y si, había aceptado ¿Cómo negarse a una propuesta tan tentadora? Si ella también había pensado en escaparse con él. Y ambos sabían que era peligroso, ambos sabían que ni Ricardo ni Joseph pararían hasta encontrarlos pero quizás no... quizás nunca los encontrarían y ahí ellos podrían ser felices sin preocuparse por nada ni nadie.

-Llegamos.- le informó Justin, estacionando su auto frente a un edificio. Ella suspiró.

-¿Crees que es lo mejor decirle a tu amigo sobre esto?- le preguntó, mirándolo como si no fuera una buena idea. Él asintió.

-Elliot debe saber que nos vamos, él es mi mejor amigo y capaz hasta pueda ayudarnos.- Ella mordió su labio y miró hacia el frente durante unos segundos debatiendo miles de cosas en su cabeza.- Hey.- la llamó él al verla tan pensativa, ella giró la cabeza para verlo. Justin se estiro un poco y apoyó su dedo en el labio que estaba siendo mordido por las dientes de la chica.- ¿No quieres hacer esto?- le preguntó pero no refiriéndose al hecho de decirle a Elliot, si no que se refería a si estaba segura de escaparse con él. Ella tragó saliva.

-Sí, realmente quiero hacerlo.- dijo con seguridad. Una seguridad que no tenía, una seguridad que del todo no sentía porque muy dentro suyo tenía el presentimiento de que escaparse no era buena idea.

-Entonces no estés preocupada.- le pidió.

Ella asintió hipnotizada por sus ojos.

-Bien, bajemos.- dijo él y abrió la puerta del auto para salir, luego rodeó este y abrió la puerta del pasajero para que Celia pudiera salir. El frío chocó contra su pequeño cuerpo, por lo que se encogió de hombros. Justin lo notó y pasó un brazo por su hombro para apegarla a él y darle calor mientras caminaban hacia el edificio de quince pisos que estaba delante suyo. Un portero que estaba en la puerta, abrió esta y ellos entraron sin problemas. Se dirigieron al ascensor.

-Justin...- lo llamó ella una vez que habían entrado. Él la miró después de haber marcado el número del piso.

-Dime.

-¿Crees que se lo tome bien?- le preguntó. El suspiró y se encogió de hombros.

-No lo sé.- contestó. La verdad era que no creía que su amigo reaccionara bien y más sabiendo lo impulsivo que era. El sonido agudo del ascensor sonó anunciando que habían llegado al piso, se abrieron las puertas herméticas y salieron fuera de este. Justin buscó con la mirada la habitación diez y cuando la encontró se acercó a esta. Sacó su celular, marcó el número de su amigo y Elliot respondió después del tercer pitido.

-¿Quién es?- preguntó su amigo con un tono de sorpresa. Al parecer no esperaba el llamado de nadie.

-Elliot.- Hablo él.

-¿Justin?

-Si...

-¿Pasó algo?

-No, solo ábreme la puerta de tu departamento, estoy afuera.- Le ordenó perdiendo la paciencia por tantas preguntas. Escuchó un gruñido de parte de su amigo.

-Jo.der me hubieras llamado antes si ibas a venir, he quedado en ir a la casa de una morocha ardiente de grandes sen...- Justin se aclaró la garganta interrumpiendo a su amigo y dirigió su mirada a Celia quien se removió incomoda.

-Solo ábreme.- le dijo ya fastidiándose. Elliot bufó y cortó la llamada.

Escucharon ruido de una llave del otro lado de la habitación. Después de unos minutos esperando, Elliot abrió la puerta. Observó a Justin con una leve sonrisa que desapareció y se convirtió en una mueca de confusión cuando vio que a su lado había otra persona. Había una chica castaña clara que lo miraba expectante. Pero no era cualquier chica. La conocía, la había visto, era la chica a la que le había disparado hoy cuando los hombres de Ricardo los habían atacado. Elliot apretó la mandíbula y su rostro no mostró nada de gracia. Y eso Justin lo notó, por eso se puso delante de la muchacha interrumpiendo la mirada asesina de Elliot.

-¿Qué hace ella aquí?- preguntó su amigo secamente. Justin suspiró y tensó su cuerpo. No era buena señal que desde ya empezara a mirarla de esa manera.

-¿La conoces?- preguntó con el ceño fruncido.

-Ella estaba hoy con un pasamontañas en su mano cuando disparé pensando que quería hacerte daño a ti. Es de Ricardo.- Él giró la cabeza para verla por sobre su hombro y volvió la vista a su amigo.

-Déjanos pasar, tengo que explicarte algo.- Le dijo pero su amigo negó con la cabeza.- Elliot...- dijo en tono de advertencia ya que estaba perdiendo la paciencia. Su amigo se dio media vuelta y entró al departamento, puso ambas manos detrás de su cabeza y suspiró con pesadez.

Justin la miró e hizo una seña con su cabeza para que se adentrara al departamento y eso hizo. Cerraron la puerta detrás de ellos. Elliot se giró para verlos.

-¿Quién mi.erda es esta?- preguntó de mala manera y mirándola con bronca. No le hacía gracia que alguien que trabajaba para Ricardo estuviera en su departamento.

-Primero, no la mires así.- Pidió Justin con tono firme, siendo más una exigencia.- Y segundo, "esta" tiene nombre y se llama Celia.- Observó cómo su amigo despegaba la vista de ella y abría sus ojos como platos al igual que abría su boca en sorpresa. Así que... ella era la tal Celia. La mujer tanto había hecho sufrir a su mejor amigo. Muchas cosas tenía para decirle.

Without control 2Where stories live. Discover now