Capítulo 47

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Justin se colocó el pantalón negro de cuero y una remera blanca cómoda. Se giró para ver con ternura a la mujer que reposaba durmiente entre las sabanas. Parecía tan pequeña acostada ella sola en esa gran cama.

Sonrió y volvió a girarse para irse del cuarto. Salió de la habitación y cerró la puerta detrás de él para que Celia pudiera dormir un poco más. Debía estar cansadísima tanto como él lo estaba. Ayer lo único que habían hecho después de tomarse la ducha fue acurrucarse en la cama. Cosa que Justin nunca había hecho con alguna mujer. Si estaba en la cama con alguna era para fo.llarla. Y bueno, dicen que para todo hay una primera vez... y con ella había tenido muchas primeras veces. La primera vez que sintió la necesidad de proteger a alguien que no fuera él mismo, la primera vez que hizo el amor, la primera vez que ver que dependió de una persona. La primera vez que amó.

-Hey.- Gritó para llamar la atención de su amigo quien estaba concentrado con su celular. Esto levantó la vista y sonrió.

-¿Cómo durmieron?- Preguntó. Su mirada se cambió a una de picardía.- Ayer cuando llegue de comprar no los encontré en el comedor así que supuse que estaban en la habitación y no quise molestarlos. No quería arruinarte un polvo.

Justin negó con la cabeza con una pequeña sonrisa entre sus labios.

-Ella es más que un polvo para mi.- Elliot lo miró con incredulidad y soltó una risa sarcástica sin poder creer aún lo que su amigo le decía. A esta altura ya debería tenerlo en claro pero le costaba creerlo todavía.

-Pareces un niñato enamorado.- Lo burló. Justin gruño y pego un puñe.tazo en su hombro.

-Deberías meterte en tus asuntos.- Dijo de mala gana. Odiaba que lo burlaran.- ¿Hace cuánto no tienes un buen polvo?

-Hace dos semanas.- Contestó son sinceridad.

-Se te nota.

-Dijiste un buen polvo, ayer tuve uno por ejemplo pero no entra en el rango de los buenos.- Justin soltó una carcajada. Su amigo no cambiaría por nada en el mundo.

-¿Ayer? ¿Antes o después de que nosotros viniéramos a tu departamento?

-Después. Era la cajera del supermercado.- Guiñó un ojo con picardía.- Tenia buen cu.lo.

-¿La trajiste aquí?

-No, fuimos a su departamento. 

-¿Y cuál era el problema con ella?

-Demasiado chillona.- Contestó con simpleza. Justin se rió mientras negaba con la cabeza.- ¿Y tú?- Él levantó las cejas y se hizo el desentendido.

-¿Yo?

-Sí, tu. ¿Cómo lo hace Celia?

-No pienso decírtelo.- Elliot lo miró indignado.

-¿Por qué?

-Conociéndote seguro que después la burlarás.

-No lo hare, ni siquiera le hablo.

-Lo hace bien.-"Muy bien..."

-Tiene un gran cu.lo ella también.- Justin giró la cabeza y lo miró, fulminándolo con la mirada. No pudo evitar apretar la mandíbula al enterarse que su amigo la miraba. A ella. A su Celia. Su amigo soltó una carcajada.

-Eres un gili.pollas. ¿No era que no la soportabas?- Le reclamó. Elliot se encogió de hombros.

-Que no la soporte no significa que niegue su buen cuerpo.- Justin lo miró mal y pegó un puñe.tazo en su hombro. Pero no era uno amistoso, era más fuerte y con bronca.

-No te atrevas a mirarla.- Le advirtió pero su amigo siguió riéndose hasta que su mirada quedó fija en un punto por sobre el hombro de Justin y su risa fue desvaneciendo. Él se giró sobre sus talones y ahí la vio.

Estaba parada mirando a ambos. Sus mejillas teñidas de un rosa debido a la mirada intensa de los dos hombres que estaban en esa habitación. Su pelo despeinado y hecho una maraña pero aun así se veía hermosa. Se veía tan fresca al natural. Siguió recorriéndola con la vista y se paró en el punto donde tenía lastimado. Ayer después de haberse bañado él le había puesto una gasa para se cubriera y cicatrizara. Se percató de que estaba utilizando su camisa. La misma que siempre acostumbraba a robarle para ponerse ella por las mañanas. No pudo evitar pensar en que debajo de eso estaba su piel. Su tersa piel de porcelana. Si Elliot no estuviera en ese momento no dudaría en quitarle esa camisa blanca que le llegaba hasta los muslos y hacerle el amor.

-Buen día.- Saludó con timidez. Justin soltó una sonrisa mientras la veía intentando acomodarse el cabello. Pero no había caso. Se acercó a ella y la tomó por la cintura.

-¿Dormiste bien?- Ella asintió con la cabeza.

-¿Iban a desayunar?- Preguntó señalando con la cabeza hacia los ingredientes que estaban en la mesada.

-De hecho era la idea pero no soy bueno en eso de cocinar.- Confesó Elliot. Siempre pedía cosas compradas como donas o desayunaba en algún lugar de por ahí donde sirvieran café caliente que fuera tomable.

-Yo puedo hacerlo si quieren.- Se ofreció. El morocho se encogió de hombros y en ese momento el celular de Justin sonó. Atendió.

-Hable.

-Bieber.- Gruñó al escuchar la dura voz de Joseph del otro lado de la línea.

-¿Qué quieres?- Respondió de mala gana.

-Ayer sacaste uno de mis autos sin mi permiso...- Le retrucó. Justin no le tomo importancia.-...Y también mataste a tres de mis hombres. Sabes que no hacía falta eso, solo debías pedirles que te den a tu princesita y ellos lo iban a hacer.- Él rió sin humor. Fue una risa sarcástica.

-Se lo merecían por haberla lastimado.- Contestó con frialdad.

-Oh, lo lamento.- Dijo con fingida lastima.- Yo les dije que no le hicieran nada pero, ya sabes, a veces el impulso es más fuerte.

-¿Iras al grano? No tengo ganas de escuchar tus estupi.deces.

-Necesito que vengan hoy. Tú y ella en mi departamento a las cuatro de la tarde.

-No quiero que ella esté involucrada en esto.

-Solo tiene que darnos información. Nada más que eso.

-Bien.- Término por aceptar no muy convencido.

-Ah y dile a Elliot que él también venga, quiero explicarles cuál es el plan y como serán las cosas.

Without control 2Where stories live. Discover now