Capítulo 25

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Su garganta se había secado. La miró intentando comprender que era lo que estaba pasando. No sabía si estaba soñando o en realidad era ella la mujer del collar. Deseó con todas sus fuerzas que fuese solo producto de su imaginación. Se empezaba a sentir engañado, se empezaba a sentir usado.

-¿Celia?- logró preguntar aún estando anonado. Ella lo miró. Una mirada de disculpas. Abrió la boca para decir algo pero antes de que pudiera hacerlo, un disparo se escuchó por detrás. Ambos se agacharon por instinto, él alzo la vista y se encontró con Elliot apuntandola desde el umbral de la puerta.

-¡No, Elliot!- Gritó Justin para que no volviera a disparar. Su amigo frunció el ceño y lo miró incrédulo tanto a él, como a la chica vestida de negro que sostenía su pasamontañas en la mano y se cubría con sus manos. Ignoró lo que él le decía y apuntó hacia Celia pero antes de que pudiese disparar, Justin se abalanzó y arrebató el arma de la mano.

-¿Qué demo.nios te pas...?- Antes de que pudiera terminar de preguntarle por qué no quería que disparara, otro disparo se escuchó. Y ese no venía de parte de Elliot

-¡Hey! Debemos irnos, Joseph no está.- le avisó con un grito, un tipo que ella pudo reconocer. Era Matías por su voz. Solo por eso ya que tenía el pasamontañas puesto. Asintió y se levantó rápidamente. Corrió hacia donde estaba Matías pero antes de irse con él, giro su cabeza. Miró a Justin por última vez y supo que realmente la había cagado. Se notaba la decepción en su hermoso rostro.- ¡Sígueme, vamos!- le grito Matías unos pasos adelantado, cuando vio que ella se había quedado estática en su lugar. Sacudió su cabeza y corrió detrás suyo. Ahora el problema era que no tenía su arma. Justin se la había quitado. Buscó el pequeño cuchillo que tenía en uno de los bolsillos internos de su chaqueta.

Un tipo apareció con una pistola y disparó. La chica se agachó instintivamente y arrojó el cuchillo, logrando darle justo en la pierna. Escuchó el quejido de dolor y sonrió interiormente por haberla dado. Siguió corriendo y cruzó el comedor de esa gran casa. Afuera estaban las camionetas blindadas con las que había llegado. Las puertas de estas estaban abiertas y los tipos de Ricardo estaban entrando para hacer la retirada. De un salto subió a una de las camionetas. Tiró el pasamontañas al suelo, con bronca y miró por la ventanilla.

Ahora estaba jo.dida.

...

Después de treinta minutos, estaba de vuelta en su casa. Suspiró con pesadez. Abrió la puerta de su casa y entró, cerrando esta luego. Se quitó la chaqueta y la revoleó al diván. Apretó el interruptor para prender la luz. Esta se prendió, iluminando el comedor. Se quedó mirando al vacío por unos segundos, mirando un punto fijo en la pared. Estaba preocupada. Muy preocupada. ¿Qué pasaría ahora que él se enteró? Dios, no quería que todo se fuese al cara.jo otra vez. No quería perderlo. Un nudo se formó en su garganta. Suspiró profundamente para después largar todo el aire acumulado en sus pulmones. Se giró sobre sus talones.

-Mi.erda.- Masculló del susto y se llevó una mano al pecho cuando vio que Justin estaba apoyado contra la ventana dureza ¿Cómo llegó allí? Ni siquiera lo había escuchado entrar. Fumaba un cigarro tranquilamente y la miraba con dureza. Una mirada dura como una roca. Y cuanto le dolía que la viera de esa manera... le estrujaba el corazón. La hacía sentir más mi.erda por no haberle aclarado las cosas desde el principio.

-Me asustaste.- Soltó ella suavemente, intentando descifrar que estaba pensando él en ese momento, pero su rostro era indescifrable. No mostraba emoción alguna. Ningún músculo se movía.

-¿Qué hacías allí?- Había sonado más como una exigencia en vez de pregunta. Tragó saliva.

-Puedo explicártelo pero mantén la calm...- se interrumpió a sí misma. Justin había comenzado a acercarse. Intimidándola. Con esa mirada dura que le hacía agarrar escalofríos, esa mirada que en un punto... le daba miedo. A medida que él estaba más cerca con cada paso que daba, ella se hacía más pequeña en su lugar. Su mandíbula apretada y la dureza de su rostro eran señales de que él no aceptaría cualquier explicación que le diera.

Without control 2Where stories live. Discover now