2.-Todo falsedad

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La luz entraba por las ventanas abiertas, iluminando la habitación de Andrea mientras estaba mirándose al espejo, respiro y sonrió al sentir el dulce aire que solo existe en la primavera, contemplo el largo y blanco vestido el cual de la parte superior le quedaba ajustado al cuerpo y se deslizaba abriéndose cada vez más mientras bajaba por sus piernas.

Las largas mangas que bajaban desde los hombros hasta las muñecas de las manos, y el escote redondo que exhibía ventajosamente sus pechos llenos y lleno de piedritas brillantes que le daban un toque diferente al de todos los vestidos, casi único. Sonrió con orgullo y se coloco el velo mientras su tia entraba a su habitación.

Lucia: Lista preciosa?-pregunto y la miro de arriba abajo.-Te ves divina mi amor, eres idéntica a tu madre que en paz descanse. Realmente una belleza.

Andrea: ¿Crees que se sentiría orgullosa de mi?

Lucia: Estoy segura.-dijo y camino hacia ella para abrazarla dejando caer unas lagrimas en el hombro de Andrea.-Lo siento pero, te he criado desde chiquita y ahora que te veo...eres divina y ya hasta te vas a casar, cuanto has crecido.

Andrea: Ay doña Lucia.-dijo riendo y la abrazo.-No me voy a ir, acuérdate que me quedare aquí a vivir con Samuel, así el se encargara mejor del rancho.

Lucia: Esta bien, tienes razón.-dijo limpiándose las lagrimas.-Pero me da mucha emoción que te cases, espero que Samuel te haga la mujer más feliz del mundo, sino se las vera conmigo, que aunque no sea su madre le puedo jalar las orejas. Ahora vamos a la iglesia que ya debe estar esperándote.

Andrea: Esta bien. Vamos.-dijo sonriendo y las dos salieron...

Samuel estaba perdido mientras Naomi lo besaba, tal pasional e intensa, quería apartarla pero no podía, deseaba hacerle el amor ahí mismo, detrás de la iglesia una y otra ves, para recordarla cuando tuviera que acostarse con Andrea, para aun tener su olor, la sensación de su piel, pero era muy arriesgado.

Naomi: No quiero que te cases Samuel, mejor vámonos, al diablo el dinero que obtendremos gracias a esto, huyamos, no te cases con esa tipa.-dijo cuando el termino el beso y aunque las  palabras de Naomi lo emocionaron el negó. Tenia que darle a su madre un futuro mejor.

Samuel: Sabes que no puedo, pero quiero que te quede una cosa clara.-dijo tomándole la cara con ambas manos.-Quiero que sepas que cada que la bese esta noche, cada que la toque y cada que la acaricie en mi mente estarás tu, solo tu. Yo le hare el amor pensando en ti.

Naomi: Me lo juras?

Samuel: Te doy mi palabra. Yo a Andrea no la quiero, para mi no significa nada más que una simple niña de la calle a la cual mi abuela recogió.

Naomi: Prométeme que solo me amaras a mi, que tu corazón siempre me pertenecerá, que nunca habrá amor para Andrea.

Samuel: Te doy mi palabra.-dijo y la volvió a besar para después salir dejando a Naomi sola. Para cuando salió se dirigió a la iglesia en donde ya estaban todos los invitados esperado y justo cuando iba entrar vio que todos los invitados de afuera comenzaban a aplaudir y se volteo separando un poco los labios de la sorpresa al ver a Andrea.

Tenia que admitir que Andrea se veía muy distinta sin usar esos típicos pantalones, camisas de manga larga, o blusas simples, tenia un poco más de maquillaje, que hacia brillar sus ojos, o por lo menos creía eso, tenia las mejillas ligeramente sonrojadas cuando lo vio, ese vestido marcaba muy bien su cuerpo de la cintura para arriba, y su vista se fijo en el escote del vestido, pasándose la lengua por los labios, con cierto nerviosismo.

Andrea: Te gusta mi vestido?-pregunto acercándose a él.

Samuel: Se ve muy bien, es hermoso.

Andrea: Me alegra que te gustara, lo escogí pensando en ti.-dijo tomando su mano y ambos caminaron hacia el altar.

La ceremonia comenzó a los pocos minutos, Samuel estaba muy nervioso, una parte de el le decía que dijera que no, que huyera de ahí lo antes posible, siempre había tenido la esperanza de casarse por amor, pero el interese pudo más, y para cuando Naomi se sentó en una de las bancas justo a una distancia en donde pudiera verla, sintió que su corazón se encogía.

"No, no la quiero" pensó cuando el sacerdote pregunto a Samuel si quería a Andrea por esposa y se volteo para mirarla tratando de sonreír.

Samuel: Acepto.

Luego el sacerdote interrogo a ella, quien lo miro con amor este llevaba un traje gris de la cabeza a los pies, la piel formaba su ancho cuerpo por el estrecho borde de la pechera observo el denso cabello negro, y sonrió mirando al cura con una emoción enorme.

Andrea: Acepto.

Prometieron amarse, honrarse y obedecerse. Después vino el intercambio de anillos, la lectura del dote que aportaría la novia, y por fin la ceremonia había acabado, culminando con un puede besar a la novia.

Samuel entonces se acerco a ella, la tomo de la cara acariciando sus mejillas suavemente con los pulgares de las manos y se acerco sus labios a los de ella hasta que quedaron unidos. Comenzó a moverlos sutilmente, suave y de una forma delicada, los labios de Samuel de verdad se demoraron en ella, saboreando por primera ves el sabor dulce de ella, fresco y el sabor a fresa de sus labios, hasta que ella comenzó a poner mayor presión e intensidad, volviendo el beso arrollador y pasional.

Andrea: Te amo.-dijo al fin cuando se separaron.

Samuel: Yo también.-le aseguro y ambos salieron de la iglesia...

En un abrir y cerrar de ojos estaban en la fiesta, mirando como los demás se divertían y la pasaban bien, Andrea también se le veía muy feliz y aunque pareciera extraño Samuel se sentía tranquilo, mirando como ella sonreía y abrazaba a cada invitado que venia a ella, tratándolos con dulzura y siendo muy amable, aunque eso no le sorprendía, más bien le fascinaba desde que había conocido a Andrea siempre se portaba muy bien con todos.

Samuel: Te apetece bailar?-pregunto y ella asintió sonriendo tomándolo de la mano.

Andrea: Me parece bien que disfrutemos de nuestro primer dia de casados.-dijo sonriendo y ambos se levantaron para comenzar a bailar.

La estreches de su cintura, las manos finas de ella sobre sus hombros, su olor a caramelo, y sus ojos que no se despegaban de los suyos ni un momento, Andrea se concedió la libertad de ir más abajo sobre sus brazos haciendo que el se estremeciera y ella sonrió con satisfacción poniendo sus manos en su pecho dejándolas por fin ahí. Quiso recargar su cabeza sobre el, y bailar abrazados pero antes de eso Samuel llego hasta su oído.

Samuel: Me gusta como me tocaste.- susurro y mordió ligeramente el lóbulo de su oreja, bajando por su cuello.

Andrea: Samuel...

Samuel: Shhh.-le advirtió y siguió saboreando la piel de su cuello, antes de que una vos lo hiciera ponerse tenso.

Naomi: Buenas noches, felicidades a la hermosa pareja de novios.-dijo y Andrea la miro con el ceño fruncido, nunca había visto a esa mujer, pero recordaba que ella había asistido a la iglesia.

Andrea: ¿Tu eres?

Naomi: Soy Naomi Bernal, digamos que...soy una amiga intima de Samuel, un placer.

Andrea: Gracias igualmente.-dijo mientras se daban las manos y Naomi miro a Samuel.

Naomi: Felicidades te llevas a un hombre maravilloso.-dijo con vos aterciopelada y Andrea la miro seria, no le gusto nada la forma en la que lo dijo.

Andrea: Estoy segura.-dijo tomando a Samuel del brazo mientras le sostenía la mirada a Naomi y esta sonrió con burla "Nunca será tuyo Andrea, ni el como hombre ni su corazón..."

Te sigo amandoWhere stories live. Discover now