Andrea miraba al hombre que tenia frente a ella y no podía creer de quien se trataba, había pasado tanto tiempo desde que Gil se había marchado para terminar su carrera, que ahora que lo veía frente a ella no lo podía creer.
Gil: ¿No me abrazaras?-pregunto con una gran sonrisa haciendo que ella saliera de su trance.-Esta bien que me haya perdido una tonta e insignificante boda con el disque amor de tu vida pero no es para tanto.-dijo y Andrea comenzó a reír abrazándolo.-Eso es, ya veo que eres la misma Andrea.
Andrea: Si, creo que no he cambiado nada.-dijo un poco desanimada.
Gil: Ey, pero cambia esa carita, esta bien que me he puesto más feo, lo acepto pero tampoco es para ponerse a llorar no? Antes de que contestes, no hagas que tu mejor amigo se ponga triste.
Andrea: ¿Bromeas? No es por ti, es que no te has visto en un espejo? Mírate, estas guapísimo, definitivamente tu si cambiaste. Y mucho.-dijo sonriendo.-Pero como entraste?
Gil: La señora Lucia. Me dijo que no habias salido de tu habitación y que tal vez era bueno darte una sorpresa para que no estuvieras tan aburrida.-dijo sonriendo.-Si fue buena idea ¿O no?
Andrea: Si, muy buena.
Gil: Espero que no este Samuel.-dijo alzando la mirada para revisar la habitación.- No quiero tener problemas acabando de llegar.
Andrea: No esta, pero tampoco los vas a tener, Samuel...digamos que ya no es el mismo.
Gil: De verdad? Nunca le gusto que yo estuviera cerca tuyo.
Andrea: Ahora seguro será lo que menos le importe.-dijo y Gil frunció el ceño.-Digamos que maduro, pero ven por favor, quiero que me cuentes todo lo que paso en todo este tiempo que estuviste fuera...
Gil: Bueno y también de todas las novias que tuve.-dijo y Andrea rodo los ojos, divertida.
Andrea: Ahs...
Era de noche cuando Samuel llego, venia de verse con Naomi y estaba enojado por la primera pelea que tuvieron por culpa de Andrea, tenia que decirle y pedirle muchas explicaciones, porque ella no era nadie para decidir quien iba a visitarlo y quien no, frente a Naomi pudo haberla defendido pero a él no le parecía que Andrea escogiera todo más lo relacionado con su vida.
"¿Quien se cree? Que porque el viejo le dejo todo ella tiene derecho a decidir sobre el mundo? Pues esta muy equivocada" pensó mientras entraba a la casa y justo cuando iba a subir las escaleras su abuela lo llamo.
Lucia: Samuel! Al fin llegas ¿Se puede saber donde estabas?-pregunto y el se dio la vuelta encontrándose con la única persona que le faltaba para completar un muy mal dia.
Samuel: Estuve viendo algunas cosas que tenia pendientes, abuela.-dijo fijando su mirada en Gil y después en Andrea.-Y después comí en un restaurante que me quedaba cerca por eso no llegue en la tarde.
Lucia: Pudiste haber llevado a Andrea.
Samuel: Seguro le hubiera aburrido. ¿Qué hace el aquí?-pregunto molesto.
Lucia: No seas descortés antes de preguntar se saluda.
Samuel: Buenas noches. ¿Qué hace el aquí?.-volvió a preguntar mirando a Andrea.
Gil: Buenas noches Samuel.-dijo levantándose y estirando la mano sin embargo Samuel no lo saludo, hasta que vio la mirada furiosa de Andrea.-Llegue de España hace unos días, y ya que no pude estar en la boda de mi mejor amiga vine a saludarla.
Samuel: ¿Uhh mejor amiga? Y ya la saludaste?
Andrea: Se le hizo tarde y lo invitamos a cenar, ahora Samuel ¿Por qué no nos acompañas a cenar?-pregunto con cortesía y Samuel sonrió a la fuerza.
