Andrea se dejo caer sobre la cama cuando escucho que la puerta se cerraba, y comenzó a llorar, de nuevo, no supo cuanto tiempo paso ni siquiera le importo, lo único que quería era desahogar todo eso que sentía, Samuel la había traicionado se había burlado de ella, como si fuera una imbécil, y con lo ultimo que le dijo le dio a comprender que era así, ella era una completa idiota por que a pesar de todo, lo seguía amando, le dolía que el no sintiera lo mismo que ella y que a la que amara fuera a Naomi.
Pero nunca lo iba a perdonar, iba hacer hasta lo imposible por sacar el amor de Samuel, así para ello tuviera que reemplazar el odio por el amor, iba a sacar a Samuel de su vida para siempre, no le iba a dar el divorcio, pero tampoco iba a permitir que él le fuera infiel, no delante de todo mundo para que ella quedara como una estúpida. Se dijo que llorar por alguien como él no valía la pena, y era verdad, pero entonces como hacer para que sus lagrimas no siguieran cayendo por sus mejillas?
Samuel estaba parado en la puerta principal del hotel, había ido a buscar a Naomi pero ya no la había encontrado ahí y no tenia ánimos para buscarla. Se sentía mal por Andrea con lo que había ocurrido minutos antes, aunque después se transformo en paz, que Andrea supiera todo lo que el planeo y que amaba a otra por lo menos lo libraría de tener intimidad con ella y fingirle palabras bonitas de amor, aunque las veces que estuvo con ella en realidad fue mejor de lo que había pensado.
Se liberaba de tener que decirle palabras bonitas, de tener que sonreírle, de hablar con ella, y de comportarse como un verdadero caballero, se libraba de decirle a cada minuto que la amaba, bien, entonces ¿Por qué se sentía tan abatido? ¿Por qué se sentía tan triste? ¿Por qué tenia ganas de subir de nuevo a su habitación y disculparse con ella, de decirle que lo lamentaba y que era un completo imbécil por hablarle así?
Andrea: Después de esto, ya no quiero que estes en mi habitación, ¿supongo que no tienes inconveniente?.-dijo detrás de él y la voz fría que utilizo hizo que la piel de Samuel se estremeciera.
Samuel: No, por mi no hay problema, de todas formas mañana nos regresamos.-dijo sin darle mucha importancia.
Andrea: Muy bien entonces.-dijo y salió del hotel.
Todo el dia estuvieron así, Samuel llego a recoger sus cosas y la miro acostada en la cama, quiso acercarse a ella y hablar, tratar de remediarle el dolor que había causado, pero no lo hizo, además el no había tenido la culpa de que lo obliogaran a casarse con ella. Y al otro dia por fin se iban a regresar a la hacienda, para fingir todo de nuevo.
Ninguno de los dos dijo nada durante el viaje, aunque, Andrea no pidió cambiarse de lugar, como lo había imaginado Samuel, pero como si estuviera solo, ella solo se limitaba a leer un libro que traía y solo habló cuando le pidió a la azafata que le llevara algo de comer.
Pero aunque ella pareciera que estaba centrada en su libro no dejaba de ver a Samuel cuando este se distraía o miraba por la ventanilla, vestía con una camiseta negra, y unos vaqueros, tenia barba de tres días, y lo que más le extraño era la loción que el usaba en ese instante. Estaba segura que era la que ella le había regalado, y sentía una punzada en el pecho al pensar que hace unas horas estaba feliz con él a su lado.
Samuel: ¿Gustas?-pregunto mostrándole unos dulces que le había pedido a la azafata.
Andrea: No gracias.-dijo a secas y Samuel le sonrió a la mujer que estaba parada frente a ella.
Samuel: Acabas de comer, un dulce no te matara, puedes suponer que es postre. Se que no te gustan pero también se que este te fascinara, es de limón.-dijo dándole uno.
Andrea: Bien, lo comeré más tarde.-dijo algo incomoda y la joven se fue.-¡Eres un maldito hipócrita! Este como no te iba a creer si sabes fingir tan bien, hasta en la cama ¿Dime pensabas en ella mientras estabas conmigo?...
Samuel: Andrea...guarda silencio que todos nos están observando.-dijo y ella se levanto.
Andrea: ¡Me importa muy poco que nos escuchen! Que todos en este avión se enteren la clase de basura que eres! ¡El ser despreciable que siempre has sido! Maldigo la hora en la que me case contigo Samuel! Si antes me moría por estar contigo, si antes te amaba con toda el alma, ahora siento asco de estar a tu lado!-grito llena de rabia, mientras sus ojos comenzaban a llenarse de lagrimas y Samuel sintió una punzada de dolor en su pecho por cada palabra que ella pronunciaba.-Y de una vez te aviso que yo no pienso seguir con esto.!
Samuel: ¿A que te refieres?
Andrea: Que quiero el divorcio, y no es una pregunta, es tu decisión divorciarte de mi por las buenas o que comience yo los tramites correspondientes, pero no quiero seguir con alguien que no me ama.-dijo levantándose y se dirigió a otro lugar que estuviera vacío.
Samuel la siguió con la mirada mientras sentía una opresión en su pecho, pero no sabia si era por el echo de perder todo lo que por años le había costado trabajo mantener a su madre y a su papá, o porque se separaría de Andrea, quiso seguirla para hablar con ella, todo su cuerpo se lo pedía, se lo rogaba, pero el se mantuvo en su lugar.
Él también había estado pensando mucho pero a diferencia de ella, el estuvo pensando en ellos, en los momentos que había compartido con Andrea antes de que ella se enterara que él no la amaba, recordaba lo linda que era con el, lo atenta y dedicada, el esfuerzo que le ponía a su relación.
Hace unos momentos cuando le había vuelto a decir cuanto lo amaba su corazón había latido a una velocidad impresionante, tanto que hasta el mismo se asusto, pero también le había llegado a la mente el recuerdo de Naomi, las promesas que le había echo y recordó cual enamorado estaba de ella.
"Tengo que hablar con ella, no puedo divorciare ahora, no hasta que lleguemos a un acuerdo para repartir la herencia, de una forma que a mi me toque lo que me corresponda" pensó justo cuando el piloto aviso que iban a aterrizar y se acomodo en su asiento.
"Ya hablare con ella en casa, y de paso veo a Naomi, si Andrea y yo llegamos a un acuerdo, la noticia le alegrara mucho...al fin podremos ser felices"
