41.-Viejos tiempos

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Los días iban pasando, Andrea cada vez se sentía mucho mejor, y también el negocio que Samuel estaba a punto de cerrar estaba muy próximo, ya tenia casi 7 meses de embarazo y eso le alegraba, cada vez sentía con más claridad las pataditas de su bebé, le hablaba por las noches o algunas veces hasta llegaba a cantarle o leerle un cuento.

Samuel también colaboraba mucho con ello, se acostaba en el vientre ya abultado con cuidado de no lastimarla y comenzaba a hablarle, y contarle cosas que tanto ella como él habían vivido.

También comenzaba a involucrarse más a fondo en los problemas de la clínica, que cada vez iba mejor, y con un funcionamiento más eficaz, pero ella no dejaba de atender lo que le hacia falta, también hablaba con Lucia y con Yadira sobre el bebé, y cada vez estaba más informada sobre lo que Samuel tenia en mente, que eso para ella ya era un avance.

Samuel: ¿Qué haces?-pregunto entrando a la habitación y se acerco a Andrea.

Andrea: Estoy empacando las cosas que dejaste afuera, supongo que eso es lo que llevaras al viaje así que quise ayudarte.

Samuel: Si, aunque quería que tu fueras, te extrañare mucho durante el viaje.-dijo abrazándola de la cintura.

Andrea: Esperare ansiosa hasta que llegues, y te tendré una sorpresa muy muuuy agradable, lo prometo.

Samuel: Muy bien.-dijo sonriendo y comenzó a besar el cuello de Andrea.-Por eso te amo, y me encantas.

Andrea: Samuel....déjame terminar mi amor. Entre más rápido acabe mucho mejor.

Samuel: No pretendo nada, te lo juro, solo quiero estar cerca de ti y oler tu delicioso perfume.-susurro cerca de la oreja de Andrea y ella sonrió.

Andrea: Mejor vamos a cenar y después subimos a empacar lo que nos hace falta, la verdad este muero de hambre.

Samuel. Esta bien.-dijo tomándola de la cintura y haciendo que ella se voleara para quedar frente a él, uniendo sus labios con los de ella en un beso cálido y tenaz, haciendo que ella moviera sus labios en sincronía con los de él.-Como quieras mi amor.

Andrea: Vamos entonces.-dijo sonriendo y ambos bajaron al comedor para cenar al lado de Lucia y Yadira quien ya estaban cenando.

Cuando acabaron se quedaron un ratito en la sala, platicando sobre el viaje que harían el día de mañana y después comenzaron a caminar por el jardín para que se le bajara la comida a Andrea y no se sintiera tan llena.

Regresaron a la casa y subieron al cuarto a descansar, Andrea se acurruco contra Samuel, cerrando los ojos con una serenidad y tranquilidad que nunca antes había sentido, Samuel era su paz, su corazón, su hogar, nunca se había sentido tan bien al lado de un hombre como se sentía cada vez que el la tenia entre sus brazos.

De pronto Samuel se movió acercándola más hacia él, Andrea sintió como lenta y sensualmente movía su mano por su espalda, llegando a la cintura, eran caricias con fuerza pero no tanta como para lastimarla, era más bien un masaje un rico y sensacional masaje.

Andrea: Mmmmm otra vez.-murmuro con los ojos cerrados y Samuel comenzó a reír repitiendo la caricia y escuchándola suspirar.

Samuel: Te gusta?

Andrea: Si mucho.-dijo volteándose y quedando frente a él.

Samuel: Me alegro.-dijo y ella se acerco a besarlo, para después dormirse.

A la mañana siguiente Samuel estaba empacando lo que le quedaba de ropa, Andrea aun seguía dormida y aunque le había afirmado que lo despediría en el vuelo se veía tan cansada que no quería agobiarla más de lo que seguramente ella ya estaba, ambos tenían mucho que no descansaban y ni siquiera tenían tiempo para ellos pero regresando de ese viaje estaba seguro que todo seria diferente. Después de viajar tomarían tiempo para ellos y para disfrutar como familia.

Andrea: Buenos días.-susurro dibujando una ligera sonrisa cuando lo vio arreglando su maleta.

Samuel: Buenos días, y yo que pensé que estabas profundamente dormida.-dijo sonriendo y cerro su maleta para después acercarse a ella.

Andrea: Pues ya vez que no, ¿pretendías irte sin que yo fuera a despedirte al aeropuerto?.

Samuel: No, aunque la verdad hubiera preferido que me acompañaras, total tu también eres parte de esto y como ya te dije voy a extrañarte mucho durante este viaje.

Andrea: Ya lo hablamos, son ordenes del medico, no puedo viajar mi amor.-dijo acariciando su mejilla.-Además piensa que es por la seguridad de nuestro hijo.

Samuel: Bueno, cámbiate y vamos entonces.-dijo resignado.- Porque no te llevare con esa bata, que aunque se ve muy hermosa en tu cuerpo, no te enseñaría a los demás con ella.

Andrea: Esta bien.-dijo sonriendo y lo beso para después meterse al baño para cambiarse.

Ambos se fueron al aeropuerto, tenían que llegar de prisa para que Samuel pudiera por fin partir, el viaje era largo pero Samuel confiaba en que todo saldría bien, y tenia seguridad, mucho más que antes, así que eso ya seria buen inicio. Pero cuando llegaron al aeropuerto Andrea quito la sonrisa que tenia al ver a las mujeres que esperaban para el mismo vuelo que Samuel.

Naomi: Vaya, al fin llegan, los estábamos esperando.-dijo levantándose del lugar en donde estaba con una gran sonrisa.

Andrea: ¿Se puede saber que estas haciendo aquí?-pregunto mirándola tanto a ella como a Cecilia, quien miraba la escena con algo de humor.

Samuel: Naomi tu no tienes nada que hacer aquí, esto es un viaje de negocios así que quiero que te retires.

Cecilia: Eso es a lo que estamos Samuel, veras yo no podre viajar pero para no fallar en representación ira Naomi, ella es como mi hermana y dejo esto en sus manos, cualquier decisión que tome es como si yo lo estuviera sugiriendo.

Samuel: Debiste avisarme antes.

Cecilia: Te estoy avisando ahora.

Naomi: Y no creo que a tu mujercita le importe, digo si esta tan convencida de que tu solo la amas a ella pues o tendrá ninguna repercusión en que tu y yo estemos juntos, quiero decir, en respecto a  los negocios, claro.-dijo y Andrea la miro furiosa.-¿Que lindo no? Viajaremos tu y yo juntos, como en los viejos tiempos Samu...

Te sigo amandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora