Prólogo.

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Salomé Méndez

—¿Estás diciéndome que nos iremos en menos de 1 mes a Alemania?¿Se han vuelto locos?¿Qué hay de mis amigos? ¿De Nate?.¡No puedo simplemente irme y empezar de cero! Me niego y no lo aceptaré. ¡Tendrán que sacarme de este país a la fuerza! Me buscaré una casa, un trabajo ...¡Yo que sé! ¡No pueden decidir por mí lo que tengo que hacer con mi futuro!

Salí corriendo directo a mi habitación, subí las escaleras y cerré la puerta con tanta fuerza, que podría asegurar, se había escuchado en todo el vecindario.

Estaba furiosa y me esforcé por contener mis lágrimas.

Aseguré la puerta, encendí la lámpara de mi mesita de noche y –aunque trataba de evitarlo–me tiré a llorar en la cama.

Sabía que no había nada que pudiera cambiar el hecho de que nos mudaríamos a otro país.

Mis dos años de noviazgo con Nate se irían a la basura. Mis amigos, mi equipo de natación, absolutamente todo, lo abandonaría por el hecho de que a papá lo habían trasladado a Alemania.

~•~
En aquel entonces estaba a punto de cumplir 16 años.

Estaba cursando mi último año de escuela (Sí, en Colombia es solo hasta once grado y sí, yo estaba un poco adelantada).

Era la mejor de la clase, sacaba siempre las mejores notas; hacía parte del grupo de danza y de teatro del colegio y era una de las mejores nadadoras del equipo de natación de mi ciudad.

Llevaba dos años de Noviazgo con Nate, el chico del que desde siempre había gustado y el que por suerte también se había enamorado de mí.
Por supuesto que discutíamos de vez en cuando, casi siempre por tonterías pero estábamos seguros de que nuestra relación sería para largo aunque después de saber los planes de mis papás dudaba que eso fuese posible.

La idea de tener que dejar todo lo que me hacía feliz para irme a un lugar dónde no conocía a nadie, dónde yo no era nadie, me producía náuseas y el hecho de saber que de verdad no podía hacer nada para evitarlo me frustraba aún más.

~•~

— ¿Mendéz? ¿Mrs. Mendéz? ¿Se encuentra bien?

—Eh Sí, sí. Lo siento me distraje por un momento. ¿En qué íbamos?.—evité corregirle su manera de pronunciar mi apellido.

—Éste es el último formulario que tiene que llenar— dijo mientras me daba varias hojas llenas de preguntas— Cuando termine, simplemente firme y me lo entrega, y recibirá de mi parte su hoja oficial de Matriculación y una Chip Card estudiantil para prestar libros en la biblioteca, poder utilizar las líneas de buses y trenes de éste estado y gozar de otras prioridades como estudiante— explicó con una sonrisa de oreja a oreja y llena de orgullo, como si me estuviera entregando el bono ganador de la lotería.

Me senté en una silla que estaba libre y seguidamente llené el formulario. Luego entregué todo lo que tenía que entregar y –oficialmente– estaba matrículada para mi primer semestre de Medicina en la Universidad de Frankfurt. Estaba tan emocionada, que no veía la hora de llegar a casa y alistarme para salir a celebrar que oficialmente era universitaria.

Me había costado tanto llegar hasta aquí.

Había dejado a tantas personas en el pasado, personas que quisiera tener en este momento a mi lado.

Pero las cosas pasan por algo, siempre hay un motivo para que la vida cambie.

Había quienes llegaban a tu vida y le daban un giro de 180 grados; había quienes te enseñaban a ser tú misma, quienes te enseñaban a arriesgarte y a luchar por lo tuyo. Esos que te mostraban que la vida estaba llena de mierda, que para muchos los defectos valen más que las cualidades positivas, pero qué lo más importante era el valor que uno se daba a sí mismo.

Estaba preparada para empezar mi vida universitaria, para valerme por mí misma.

«Sé que no será fácil, pero dicen que lo fácil es aburrido y que aquello que vale la pena es lo que más nos cuesta»

Yo ya lo había vivido.

Era mi momento para continuar con mi nuevo comienzo.

Era mi oportunidad de empezar de nuevo y tratar de hacer las cosas correctas.

Este era un nuevo comienzo para mí.

Él:

—¿Puedo verla? —pregunté nervioso y asustado.

—No. Es lo mejor para los dos.— respondió frío.

—¡No pueden impedirme que la vea!— grité ofuscado.

—Ya está— respondió mi padre ahora mucho más serio— Te están esperando afuera, es hora.

—No quiero alejarme de ella— dije entre sollozos. Definitivamente era lo mejor que me había pasado en toda mi vida y yo lo dañé todo.

—No volverás a verla nunca más— dijo decidido.

~•~

Llevaba mucho tiempo sin estar aquí y regresar me había costado mucho.

La vida me había puesto pruebas muy duras y ni siquiera mi niñez había sido fácil.

Que me alejaran de la persona que amo no fue más que mi culpa y eso era algo de lo que me había arrepentido toda mi vida.
La amé cómo nunca antes había amado a nadie y aunque creí haberlo dado todo, hoy sé que no fue así, se que merecía más, mucho más que lo poco que le ofrecí.

Pero aquí estaba, una vez más, empezando de cero.

Ya perdí la cuenta de las veces en que lo hice.

A veces pensaba en ella, pero no como antes. Pensaba que tuvo el poder de cambiarme la vida, pero ya no me atrevería de hablar de amor.

Estaba  aquí para dedicarme a lo que me gusta y mi plan era aprovecharlo al máximo por qué de lo único que estaba orgullo era de mi trabajo...¿Lo demás?

«Lo demás me vale mierda»

«Lo demás me vale mierda»

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Book Trailer #1 en Multimedia. Créditos: Familia Blue.

Book Trailer #2 en Instagram: @maybemaywpd

Aún sin editar,así que si encuentran alguna incoherencia, esta será resuelta después de terminar el libro. Es mi primera obra y por ende es normal que tenga errores. Disfruten :)

Gracias por leer y bienvenid@!

-May

NIKLAS I (Let me love you) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora