Capítulo 10: La gran gala (Parte I)

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"No existe la casualidad, y lo que se nos presenta como azar surge de las fuentes más profundas"

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"No existe la casualidad, y lo que se nos presenta como azar surge de las fuentes más profundas".
~Friedrich Schiller (1759-1805).

Escuché mi celular timbrar y vibrar una y otra vez. Era casi imposible para mí abrir los ojos, quería seguir durmiendo.

Me senté de repente en la cama recordando que tenía que alistarme y volví a escuchar el celular .

«Maldito teléfono ¿Dónde estás?»

Busqué debajo de mi almohada, en la mesa de noche, en el escritorio, en mi baño...hasta que lo encontré en el piso detrás de un sillón.

«¡Nate!
¡Era una video-llamada de Nate!»

No pude evitar emocionarme y contesté de inmediato.

Nate estaba detrás de la pantalla y se veía alucinantemente guapo, tenía una sonrisa de oreja a oreja y sus ojos estaban levemente iluminados. Soltó una carcajada y yo no entendía porqué, lo miré confundida.

—Buenos días dormilona, parece que hubieras tenido una pelea de gatos en tu cabeza— volvió a reir. Y olvidé completamente toda la rabia y frustración que tenía.

Me levanté rápidamente y me miré al espejo.

¡Parecía que en mi pelo se había llevado a cabo la tercera guerra mundial!

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Arreglé como pude mi cabello y colgué la llamada con Nate. Inmediatamente volví a llamarlo pero esta vez desde mi laptop.

—¿Te peinaste? ¡Nunca dije que no me gustaba como lucías! —dijo entre risillas.

—Eres un tonto— respondí apenada.

—¡Feliz Navidad, princesa!— exclamó.

—¡Feliz navidad! —contesté.

Me miró sin decir nada y después de miles de segundos agregó:

—Yo...yo no preparé nada para regalarte de navidad, no sé...Los días se me fueron rápidos y cuándo quise darme cuenta ya era demasiado tarde— bajó su mirada— Gracias por la tarjeta y la camisa me encantó, Jace me las entregó esta mañana— Así que Jace sí había comprado lo que le había pedido. Jace era uno de los hermanos de Nate, con el que mejor me entendía, para ser honestos.

—Supongo que no hay problema. Me alegra que te gustaran–respondí sin más.

—Te amo y te extraño, extraño verte todos los días, abrazarte, besarte—levantó su mirada y se pasó la mano por su cabeza tratando de acomodar el mechón de cabello que se había posado frente a sus ojos.

—Nate, yo...tú sabes que yo también te amo— respondí. Era la verdad, yo lo quería y mucho y aunque estaba dolida por todo lo que estaba pasando, no era el momento para hablar de eso.

NIKLAS I (Let me love you) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora