Capítulo 31: Lo que quiera la princesa.

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"Quererte resulta una aventura complicada"

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"Quererte resulta una aventura complicada".

—Debes estar bromeando— respondió Niklas. Yo me sentía estúpida por haberle dicho así sin más que me había enamorado de él y con ese comentario terminó por diluir cualquier pedacito de mi dignidad que hubiera quedado.

No respondí, en cambio sentí un nudo en mi garganta.

No sabía con exactitud cuándo pasó pero me había enamorado de él.

Todo en él me gustaba, hasta que fuera un demente hijo de puta, pero me hacía sentir como nadie nunca lo había hecho, ni siquiera Nate, mi primer amor.

—Salomé, te estoy hablando.

—Sólo conduce Niklas, quiero ir a casa.

—Pero es que no puede ser. No he hecho nada, nada en lo más mínimo cómo para que te enamores de mí—respondió aún confundido. ¿No entendía que sólo con ser él mismo para mí bastaba?.

—Bien— dije sin emoción y tratando de no llorar.

—Debes estar confundida— agregó—No puedes enamorarte de mí, he tratado de evitarlo todo este tiempo.

—Pues no te ha dado resultado— dije seca.

—Salomé, yo no soy bueno para ti y menos en este momento. Sabés que Lukas está intentando joderme. ¿Es qué acaso no te has dado cuenta lo que le ha hecho a Mark? ¿No te importa? Te dije que nada de esto es un maldito juego —contestó frustrado.

—Sí me importa, Nik. Pero esto es algo que no pude evitar. Hemos estado las últimas semanas viéndonos prácticamente todos los días. TODO EL DÍA. Nos hemos comportado como si estuviéramos juntos...¿Y ahora me dices que te sorprende que te diga esto? Eres un imbécil.

—No pude alejarme de ti— respondió. Su voz era fría, pero yo me había dado cuenta de que él se esforzaba en que sonara así.

—Pues lo hubieras hecho— dije— Así te hubieras ahorrado el hecho de que la chica que tenías a tu lado sólo para no sentirte solo, se enamorara de ti.

—¿Para no sentirme solo? Pero ¿Qué rayos te pasa? ¿De dónde sacas semejante tontería?.

—No importa. Déjame aquí— dije quitándome el cinturón de seguridad.

—¡Claro que no!— respondió alterado.

—Faltan solo unas cuantas calles para mi casa. ¡Detén el auto! —ordené.

Nik detuvo el auto y yo intenté abrir la puerta pero estaba asegurada.

—No seas tan idiota. ¡Quita el seguro!—chillé. Intenté una y otra vez abrir la puerta.

NIKLAS I (Let me love you) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora