Capítulo 25: ¡Dormiremos en el sofá!

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"Nadie puede mentir, nadie puede esconder nada, cuando se le mira directamente a los ojos"

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"Nadie puede mentir, nadie puede esconder nada, cuando se le mira directamente a los ojos".
~Paulo Coelho.

Estaba asustada, no quería estar ahí.

Vi como el chico bajaba mi pantalón y me sonreía perversamente. Le gritaba y rogaba llorando que me dejara en paz, que no me hiciera daño pero el sólo reía. Estaba vestido completamente de negro y nos encontrábamos en una habitación totalmente oscura.

—¡Ayuda! ¡Por favor ayudenme! — grité desesperadamente.

—Grita todo lo que quieras, nadie te escuchará. Sólo estamos tú y yo. Te haré lo que me plazca las veces que quiera— dijo besando mi cuello. El asco que sentía no podía compararse con nada.

—¡Suéltame por favor! ¡Suéltame!— grité una y otra vez. No podía dejar de llorar— ¡Me das asco!

—Tú a mí me produces de todo menos eso. Y ahora cierra la maldita boca— ordenó.

—¡No! ¡Déjame por favor! ¡Déjame maldito cerdo! — grité aún más fuerte.

—¡Cállate la puta boca!— gritó. Y yo seguía forcejeando. Vi como empuñó su mano para pegarme. Cerré los ojos preparándome para lo peor.

—¡¡NO!!! —grité. Abrí los ojos y estaba al lado de Niklas, me miraba preocupado.

Todo fue un maldito sueño.

Lo miré y él de inmediato me abrazó.

—Tranquila, tranquila...Yo estoy aquí, no ha pasado nada, solo fue una pesadilla— susurró. Más que sus palabras era su abrazo el que me daba tranquilidad.

—Lo siento— dije entre sollozos separándome de sus brazos y mirándolo fijamente— No quise despertarte.

—¡No! No tienes que disculparte por nada. Intenté levantarte pero no reaccionabas, seguías gritando que te soltara— bajó su mirada— Soy yo él que lo siento, por mi culpa ha pasado todo esto. Nunca debí dejarte salir sola de aquí— dijo cabizbajo. Yo negué con la cabeza. No era su culpa. Él intentó evitar que yo me fuera pero yo no hice caso; sino fuera por él, no sabría que hubiese pasado.

Como si hiciera esto desde hace mucho tiempo, me incliné hacia él y rocé sus labios.
Él no intentó separarse; quería besarme tanto como yo a él, así que uní sus labios con los míos y sentí de inmediato como todo mi cuerpo se relajaba y el suyo también.
Me agarró del cuello para tomar el control, como siempre lo hacía. Comenzó a levantar mi Hoodie pero sólo para poder tocar mi espalda con sus manos. Sus manos eran frías pero suaves a la vez; la forma en la que mi piel reaccionaba ante él, era algo que nunca había sentido–ni siquiera con Nate–se separó de mí por un segundo y me miró fijamente.

—No sé qué estás haciendo conmigo. No puedo controlarme cuando estoy a tu lado — susurró y luego volvió a unir sus labios con los míos.Yo dibujé una sonrisa mientras nos besábamos y él también lo hizo. Me senté sobre él, quien ahora permanecía sentado a la orilla de la cama, abrí mis piernas y rodeé con ellas su cuerpo. Él seguía acariciando mi espalda con sus manos. Luego las sentí de nuevo en mi cuello y nuestros besos se intensificaban más y más. Respirábamos con mucha dificultad por la adrenalina que recorría por nuestro cuerpo.

NIKLAS I (Let me love you) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora