Capítulo 44: Y tú me importas mucho más.

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Salomé Méndez:

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Salomé Méndez:

No voy a llorar.

No lloraré.

No otra vez.

¿A quien engaño? No puedo controlar este dolor que siento y las lágrimas son la única forma de desahogarme. Entre más intento oprimirlas, más mal me siento .

¿Cómo se puede ser tan tonta en la vida? ¿Cómo es posible que este tipo de cosas me sucedan a mí? Mel dice que confío muy rápido en las personas, quizás tenga razón pero me gusta ser así. Aunque en este momento lo odio.

Han pasado días desde la última vez que hablé con Niklas, desde su llamada. Le intenté llamar, le escribí Textos, incluso fui hasta su apartamento y nunca me abrió. Nunca supe si estaba, o si me vio por la cámara y simplemente me ignoró. Sí, hace días llegó y no sabía nada, ni siquiera Mel podía darme información sobre él.

La verdad es que entendía su rabia, su decepción. Para muchos es tonto porque no éramos nada, pero que va, Nik y yo lo éramos todo y creo que hasta nuestra esperanza de ser algo eras más grande que el hecho de que nada fuera oficial.

Yo lo entendía, lo juro. Pero me enojaba que ni siquiera me diera la oportunidad de explicarle las cosas. ¿Al menos merecía eso no?. Al menos podría escucharme y luego decidir si lo deja así o no. Yo no quería que lo dejara así, yo quería estar con él, de eso ya no tenía duda.

Bastian no se había reportado más y ¿cómo iba a hacerlo? Aún no estaba segura de si él estaba detrás de esto, pero lo estuviera o no, ya daba igual, fui yo la que eligió besarle, fue mi error.

Maldije muchas veces a Lukas, llena de rabia y rencor. ¡Iba a decírselo a Niklas cuando volviera! Iba a contarle todo y ese tipejo no me dio pie para hacerlo. No quería contarle las cosas por cel, no era la manera.

Estaba sentada en el Balcón del estudio tomándome un Té de Frutas mientras leía el libro de Paulo Coelho que Dana me había traído de regalo en su visita. Sabía que me gustaba mucho su literatura y ya que el día no estaba tan frío sino más bien, se sentía cómo poco a poco el verano se avecinaba, decidí tomar un poco de aire libre y disfrutar de un rato para mí misma. Sin embargo, no llorar se me estaba haciendo difícil, se sentía peor que cuando me enteré que Nate estuvo con otra, se sentía horrible ser la culpable de todo.

Deseaba tanto estar aquí sentada junto a Niklas, viéndolo reír o simplemente viéndolo fijamente, porqué tan sólo su presencia causaba en mí, una ola de sensaciones inimaginables. Lo extrañaba tanto. Más de un mes, más de un mes había pasado desde la última vez que lo vi.

"La vida no está hecha de deseos y sí de los actos de cada uno."

Así iniciaba el párrafo que estaba por leer. No podía tener más sentido esa frase en este momento.

NIKLAS I (Let me love you) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora