XVI "Curándote"

771 73 15
                                    

La casa de Ayano era bastante espaciosa. Budo observó el lugar, mientras pensaba con cierta tristeza que la chica en verdad se encontraba sola.

Ayano fue lentamente hacia el sillón y se acostó boca arriba sobre el mismo. Budo se puso a los pies de ella.

-Yan-chan...tienes que darte la vuelta, para que pueda revisar tu espalda- le dijo. Ayano le hizo caso.

El chico comenzó a levantar la remera de Ayano. Vio que tenía gran parte de su espalda roja, casi hinchada. Era obvio que el golpe había sido bastante fuerte, pero por suerte no había ninguna señal de que las heridas pudieran llegar a abrirse y a sangrar. De cualquier forma, tenía que tratarse.

Se levantó y fue a buscar su mochila, y sacó un pomo de crema, y volvió a su posición en el sillón.

-¿Qué es eso?- preguntó Ayano antes de que pudiera poner la crema sobre su cuerpo.

- lo usamos cuando nos lesionamos en las practicas en el club, siempre y cuando las lesiones no sean tan graves.

-¿y acaso no estoy grave?- dijo Ayano irónicamente.

- por suerte no te golpeaste ningún hueso, o te aseguro que no podrías ni hablar- le contestó- pero parece que el impacto fue todo a tu trapecio, y sobre la piel de espalda, por eso es que sientes un gran dolor.

-bueno...- se limitó a decir la chica.

Primero puso en su mano la crema y luego la distribuyó por la parte media de la espalda de Ayano. Había comenzado a masajearla suavemente con una mano, pero luego con ambas manos comenzó a hacer un poco de presión. Ayano comenzó a quejarse.

-para... duele...- fue lo único que pudo decir.

-es para que no te acalambres más de lo que ya estas- le respondió.

Ayano solo asintió y trató de no moverse para que Budo terminara más rápido.

Mientras tanto Budo seguía. Él ya estaba acostumbrado a tratar este tipo de cosas. Después de todo, ser el líder de un club de artes marciales no solo requiere conocimientos de ataque y de defensa, sino también lo que se debe hacer en caso de que ocurra algún accidente. Sin embargo, en un momento se puso algo...incómodo. Ya había terminado con una sección media de la espalda de la chica, pero aun tenía que seguir con la parte de arriba, incluyendo su cuello. La remera de Ayano le estorbaba bastante. Se detuvo por un largo rato.

-¿ya terminaste?- le preguntó Ayano aun recostada boca abajo.

-eh...- Budo se había puesto algo nervioso. Tenía que pedirle que se quitara esa parte de su uniforme, pero no sabía de qué manera preguntárselo sin sonar como un depravado. Esto provocó que se sonrojara.

- bueno, ¿sí o no?- le dijo rápidamente Ayano algo molesta, no comprendiendo por qué dudaba tanto en responder una pregunta tan sencilla.

Budo tomó aire antes de responder.

-me falta continuar con... la otra parte de tu espalda.- fue lo primero que se le ocurrió decir.

Ayano entendió lo que quiso decir. Con un pequeño esfuerzo, se sentó en el sillón. Budo solo la miró, pensando que ella se había enojado por lo que le dijo, pero se sorprendió cuando vió que la chica agarró su remera colegial y se la sacó, sin el más mínimo pudor, sabiendo que él estaba a su lado. Budo volteó rápidamente hacia el otro lado, con la cara roja, derramando una gota de sudor por los nervios.

"¿por qué me haces esto Yan-chan?"

Ella se volvió a acomodar en la posición que estaba anteriormente. Pero luego de un rato de haberlo hecho, no sintió de nuevo las manos de Budo.

-oye... ¿Qué te sucede?- le dijo ella.

"te acabas de quedar en brasier frente a mí, eso sucede"- pensó

-n...nada- respondió tartamudeando.

Budo comenzó a hacerle masajes con ambas manos en sus hombros, pasando sus pulgares por el cuello de la muchacha con extrema delicadeza. Luego fue bajando lentamente hasta llegar a la parte de su brasier y continuó el proceso por esa zona. Se sentía algo avergonzado. Era la primera vez que había visto a una chica así, y ahora la estaba tocando.

"tranquilo, tranquilo, ya casi terminas"- pensaba él- "pero...me gusta poder sentirla de esta manera..."- sacudió su cabeza tratando de librarse de esos pensamientos que lo apenaban.

Ayano por su parte, no sentía nada de lo que Budo estaba sintiendo en ese momento. Solo percibía unas manos fuertes que a su vez la trataban con tanto cuidado.

Recordó el sueño que había tenido con su senpai hace ya unos días, en donde él le acariciaba la espalda buscando desabrochar su brasier. Cerró sus ojos tratando de volver a experimentar esa sensación tan linda e intensa. Sonreía, y su respiración comenzó a acelerarse. Budo lo notó enseguida.

"¿qué le pasa?"- se preguntaba a sí mismo, sin darse cuenta de que su corazón estaba empezando a latir más rápido.

Esa respiración agitada de Ayano se había convertido casi en gemidos. Él no sabía qué hacer ante esto. Le gustaba escuchar esos sonidos, pero inmediatamente apartó sus manos. No quería faltarle al respeto tampoco.

-Yan-chan..., ya...ya termine...

Ayano abrió sus ojos, como si la voz del chico la hubiera "despertado", pero aun con esa sensación cálida en su cuerpo. Se dio vuelta para tener a Budo en frente de ella. Este solo miró hacia otro lado, con sus mejillas que ardían.

-mírame- le dijo Ayano.

"¡¿Qué?!"

- no puedo- le dijo Budo- no es... apropiado Yan-chan.

- a la cara tonto- le dijo ella.

Budo tragó saliva, y lentamente fue volteando hacia ella, con sus ojos aun cerrados. No se creía capaz de resistir la tentación de mirar... más abajo. Pero luego sintió algo. Sintió como dos suaves manos rozaban sus mejillas, para luego sentir como unos dulces labios se depositaban en los suyos.

Te Necesito [Yandere Simulator]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora