XVIII "Siendo amable"

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Ya era de día nuevamente. Ayano se levantó de su cama, mucho mejor gracias a Budo. Se vistió y desayunó, luego agarró su mochila y salió de su casa, a pesar de que aún era temprano. Además, de esa manera podría caminar más relajada, puesto a que, por momentos, sentía leves molestias en su espalda.

Era un lindo día, sin ninguna nube; solo corría un poco de viento, pero era una briza bastante cálida.

Mientras iba caminando, recordaba lo que había pasado anoche, sonrojándose inconscientemente.

"En ese momento senpai había pasado por mi mente, tocándome, acariciándome,... besándome. Y quise llevar ese sueño a la realidad, pero en ella, él no estaba...y en su lugar...- Ayano suspiró, algo avergonzada y con la cabeza gacha- maldición, y ese fue... mi primer beso..., pero no dejare que pase de esto. Yo quiero a mi senpai"

En ese instante alguien la tomó del hombro. Ayano salió de sus pensamientos para levantar su cabeza y dar media vuelta bruscamente para ver al muchacho que se encontraba detrás suyo.

-Taro...- titubeó.

-perdona si te asusté- dijo él riendo- ¿caminamos juntos?- le preguntó algo animado.

-em...si...por supuesto- dijo ella tratando de contener sus gritos de alegría y ocultando sus mejillas que iban de un rosado pálido a un rojo carmesí.

"¿¡Senpai me pidió que camine con él!?- pensaba contenta- ¿Esto es un sueño?"- se le borró la sonrisa con esto, pues entró en su cabeza de nuevo aquel chico que besó anoche. Taro notó a Ayano algo distraída, pero ella le volvió a sonreír, y este se lo correspondió.

Taro le pidió a Ayano si le permitía llevar su mochila. Ella aceptó feliz, aunque algo shockeada por el gesto tan repentino.

Mientras caminaban, hablaban de muchas cosas, aunque mayormente era Taro el que iniciaba las conversaciones, ya que Ayano aun no se sentía cómoda al hablar con su amado sin tartamudear de los nervios, pero luego de un rato se fue desenvolviendo con más facilidad. Taro le preguntaba por su familia, por las cosas que a ella le gustaba hacer, cuál era su comida favorita. Parecía muy interesado en lo que Ayano le respondía.

-¿Y ya te sientes mejor del golpe?- le preguntó Taro.

-Si, por suerte esta mañana me levante bastante... Espera- se interrumpió Ayano- ¿Cómo sabes que me lastimé?

-Bueno... - dijo Taro llevándose su mano a su nuca - Ayer Budo me contó de tu accidente, mientras hacíamos un informe con Ryuto.

Ayano se volvió a sonrojar, pero esta vez por vergüenza.

"Si te contó todos los detalles es hombre muerto"

-¿En...en serio?- dijo Ayano nerviosa.- pero tal vez exageró un poco. ¿Accidente?, tampoco fue para tanto.

- Como lo dijo parece que fue bastante grave- dijo Taro con un tono de preocupación, a pesar de que Ayano ya le había confirmado de que se encontraba bien.- Además estaba bastante...extraño.

Ayano no pudo evitar tragar saliva ante esto.

-¿Extraño dices?

-Sí, y seguro era porque aun seguía preocupado por tu salud. Dijo que solo te ayudó a llegar a tu casa y que luego te fuiste a dormir porque estabas muy cansada. Temía que no te pudieras levantar hoy, pero... aquí estas, ¿no?- le dijo simpático.

Ayano soltó el aire que estaba conteniendo mientras el muchacho le repetía las palabras que le había dicho Budo, que por suerte no había mencionado nada...De lo que en verdad sucedió.

-¿Cómo fue que pasó?- preguntó Taro

-Por un idiota en una moto, que no se fijó que iba en contramano- recordaba Ayano algo enojada- hizo que me tropezara y me golpeara contra el borde de la vereda.

- hay gente imprudente en esta vida- decía Taro sacudiendo su cabeza- pero por suerte ahora estás bien.- agregó mientras le dedicó una sonrisa.

-Sí, estoy mucho mejor, solo fue un golpe ligero.-Ayano se quedó pensativa, y luego se dirigió nuevamente al chico- ahhh, ahora entiendo todo.

-¿Qué cosa?- le pregunto Taro sin entender.

-Por qué me pediste cargar mi mochila.- le dijo con una sonrisa picara.-pensaste que no podría hacerlo ¿no es así?- Taro solo volteó hacia el otro costado para evitar que Ayano lo viera algo colorado.

-En realidad solo lo use como una excusa.- le respondió él, y Ayano lo miró sorprendida. Taro aún no había volteado a verla; tal vez porque la situación lo había incomodado un poco.

Ayano entonces con su mano derecha tomó la mano izquierda de senpai, a lo que este reaccionó y de inmediato la miró a los ojos.

-te lo agradezco- dijo ella con sus mejillas aun sonrojadas pero esta vez con una tierna sonrisa. Taro asintió nervioso y sujetando la mano de la chica.

"su piel es tan delicada y suave, y eso puedo sentirlo con solo tocar su mano"- pensaba Taro.

Estuvieron así todo el camino, hasta llegar a la escuela. El chico le entregó a Ayano su mochila, y esta se animó a darle un beso en la mejilla. Ayano ya no se sonrojaba. Era como si se empezara a acostumbrar a estar al lado de su senpai, pero por lo que no se sonrojó ella se sonrojó Taro, casi que hasta estaba sudando.

Se despidieron y cada cual se fue por su lado, Taro hacia la fuente como de costumbre y Ayano obligatoriamente al club de cocina.

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