Interrogatorio

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Cuando esa tarde volví a casa, no tuve el valor de sacar el diario de Regina. También hay que decir que Mary Margaret no me dejó un minuto, deseando saber todo lo que se había perdido durante su estancia en prisión, lo que hizo imposible mi lectura de la historia de la morena.

Felizmente, conseguí encontrar un poco de calma al día siguiente por la mañana en la comisaria para sacer el pequeño libro y leer algunas páginas.

Diario

Hoy, cuando acababa de encontrarme con Daniel después de la hora del desayuno, vimos cómo un caballo desbocado pasaba por nuestro lado con alguien encima pues sus gritos se escucharon a su paso. Sin pensarlo mucho, subí rápidamente a mi montura para frenar el caballo.

Cuando lo logré, me llevé la sorpresa de descubrir a una niña, de diez años como máximo. Me dio rápidamente las gracias y se me presentó, Snow White. La acompañé a su casa antes de marcharme sin prestar mayor atención, ya estaba retrasada para la hora del té con mi madre...

Diario

¿Snow White, de verdad? Y pensar que no deja de asediar a Henry por su imaginación, se le daba bien crear historias, incluso me pregunto si ese Daniel existió realmente, si ella no se lo habrá inventado.

Al escuchar un ruido detrás de mí, me di prisa en meter el libro en mi bolso. Era Gold, al que había convocado para esclarecer ese asunto de las llaves, y esperaba solo no verme en medio de esa guerra que se librara entre él y Regina.

«Sheriff Swan, ¿en qué puedo ayudarla?»

«Siéntese»

«No será necesario» me respondió

«¿De verdad?» pregunté frunciendo el ceño

«De verdad y deje de jugar a ser Regina, no va con usted»

«Diga en seguida que yo no me parezco a nada, Señor Gold» lanzó una voz proveniente del pasillo, una voz que no tuve problema en identificar, Regina Mills. Al girarme rápidamente en su dirección, me sorprendí ante la ligera sonrisa que me daba, una sonrisa a la que no pude evitar corresponder.

«Regina» la saludé

«Emma» me respondió ella de la misma manera

«No sabía que tenía que pasar esta mañana»

«No estaba previsto, pero quería escuchar lo que Gold tenía que decir sobre la desaparición de una de mis llaves maestras» dijo ella acercándose a nosotros y apoyándose delicadamente en una esquina de mi mesa, a mi lado, su perfume afrutado me envolvió poco a poco, olía exquisitamente bien...

Sacudiendo la cabeza, me giré hacia Gold y él dijo falsamente asombrado.

«¿Qué llaves maestras?»

Y él se pensaba que yo me lo iba a tragar, no tuve tiempo de abrir la boca cuando Regina ya atacaba.

«No se haga el inocente Gold, ¡estaba perfectamente al corriente de mis llaves!» exclamó ella furiosa, yo posé dulcemente mi mano en su brazo para calmarla.

«Yo me ocupo» resoplé haciendo que se calmara por completo «ok, deje de reírse de mí, sé muy bien que conoce la existencia de esas llaves, así que o me dice lo que sabe, o lo detengo por obstrucción en una investigación»

«Muy bien, quizás esté al corriente de la existencia de esas llaves, pero eso no quiere decir que haya robado una, ¿qué querría que hiciera con ella?» preguntó Gold

«Oh, no lo sé, quizás acusar a Mary Margaret de un asesinato que ella no ha cometido»

«¿Y por qué no le pregunta a su querida Regina, después de todo es del tipo de cosas que ella haría, acusar a otro en su lugar, sobre todo a Mary Margaret con la que ella tiene un problema desde hace tanto tiempo como recuerdo?»

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