Día en el parque

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El parque de Storybrooke era una de los escasos sitios que realmente no conocía. Con mi trabajo de policía no tenía tiempo de venir aquí. Después de sacar del maletero del coche de Regina la bolsa con los sándwiches para el almuerzo, seguí rápidamente a Henry a un zona desde donde se podían ver los columpios y un estanque donde había peces, o por lo menor es lo que pude comprender de lo que me contaba nuestro remolino de hijo.

Dejando la bolsa en el suelo, ayudé a Regina a poner el mantel antes de ir con Henry hacia los columpios casi corriendo detrás de él.

«¡Gané!» exclamó él sentándose en primer lugar en uno de los columpios

«De todas maneras, chico, no habíamos dicho que estábamos haciendo una carrera»

«Pero no importa, he ganado de todas maneras»

Le dejé decir lo que quisiera, me senté yo también en el columpio y me columpié dejando que el aire revolviera mis cabellos, subiendo cada vez más alto a cada impulso, con una sonrisa en el rostro, cerrando mis ojos para sentir mejor todas las sensaciones, siempre me había gustado esa sensación de poder volar cada vez que subía.

«¡Mamá, no hagas eso!» escuché yo a mi lado, lo que me hizo abrir los ojos y ver a Regina con su teléfono en la mano, seguramente sacándonos una foto.

«Déjala Henry, creo que es su pequeña venganza por la foto expediente que yo tengo en el mío»

«¿Una foto expediente? ¿Cuál?»

«Es posible que le sacara una foto cuando estaba durmiendo en su despacho. Pero no te preocupes, no la agrandaré ni la pegaré por toda la ciudad, te lo prometo»

«Entonces, ¿por qué la has mantenido?» preguntó ella

«Porque sí»

«Porque sí no es una respuesta, Emma»

Al saltar del columpio en marcha, aterricé a pocos centímetros de ella, casi cayendo al suelo, cosa que pude evitar porque ella retuvo mi caída con su brazo

«Gracias»

«De nada, pero todavía no has respondido a mi pregunta, ¿por qué la has guardado?»

Saqué mi teléfono, tecleé la contraseña y busqué la foto de la que hice una copia en otro archivo, más valía ser prudente con ella, antes de tenderle el teléfono.

«Si alguna vez decidieras ponerte la máscara para siempre y nunca más quitártela, tendría esta foto para recordarme que existe otra Regina, la verdadera Regina» le confesé, y una tímida sonrisa se instaló en sus labios, una sonrisa que nunca había visto en ella antes, una sonrisa nueva, una sonrisa que le iba como un guante, estaba deslumbrante...

«Es bonita» dijo haciéndome sonreír a mí también. Un silencio se instaló, no uno de esos silencios pesados que te ponen incómodo, sino más bien uno de esos silencios que podrían durar siempre de lo agradable que eran.

Pero desgraciadamente no duró eternamente porque nuestro torbellino moreno llegó corriendo

«¡Mamá! ¿Podría tener una foto los tres juntos? Me gustaría tener una para mi habitación. Por favor»

«Bien, supongo que sí podremos hacerlo» asintió Regina «en fin, si Emma está de acuerdo»

«Ella lo está» aseguró Henry antes de mirarme «en fin, supongo que lo estás, ¿no?»

«Afirmativo, chico, ¿dónde quieres sacar la foto?»

«Hmm...¿Por qué no al lado del estanque?»

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