Confesión con Caperucita Roja

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Había dejado la comisaría y por tanto a Regina alrededor de mediodía, y caminé en dirección a Granny's donde me encontré a Ruby esperándome en la puerta con una cesta de pin-nic en las manos, cosa que me hizo reír, solo le faltaba la capa roja para parecerse por completo a Caperucita Roja.

«Hola otra vez, rubia!» exclamó caminando hacia mí «¿la alcaldesa no ha refunfuñado cuando le has dicho que no comerías con ella?»

«Pero, ¿por qué os ha dado a todos por decir que ella se va a poner a refunfuñar si algo no va como ella quiere? Es una persona normal, una adulta, como tú y como yo»

«Pero de todas maneras ella está muy lejos de ser fácil, ¿ya la has visto reír o relajarse?»

«Pues de hecho, sí» respondí yo, lo que pareció sorprenderle

«¿De verdad?»

«Sí, de verdad, mira» dije sacando mi teléfono y enseñándole una foto que hice ayer por la tarde en la que se veía a Henry y a Regina riendo.

«No es ella, la alcaldesa tiene una hermana gemela amable, y tú la has encontrado»

«Para nada. Ella es amable, bueno, quizás no con todo el mundo, pero con Henry y conmigo lo es. De verdad está intentado esforzarse»

«Quiero creerte, pero solo tengo como prueba tu palabra y esta foto, después de todo solo puede haber sido un momento de relajación»

«Espera» reclamé rebuscando en mi teléfono y haciéndole ver diversas fotos que Henry había tomado, sin nosotras saberlo, durante nuestra salida al parque del domingo.

«¿Le estás cogiendo la mano?» exclamó Ruby, haciendo que dos o tres personas que caminaban por la calle se dieran la vuelta.

«¿No quieres por casualidad un megáfono? Rub, sé discreta por favor» le imploré

«Por....Oh,» susurró ella «Oh...» repitió mientras entrabamos en el bosque «la quieres bastante, incluso más que bastante, ¿sientes algo por ella, verdad?»

«Realmente no sé lo que siento» le confesé sentándome en un trono que nos servía de banco cuando veníamos aquí y tomando mi cabeza entre mis manos «solo sé que me gusta mucho estar con ella, me siento bien cuando está ahí, tengo ganas de sonreír en cuanto ella sonríe, cuando ella llora...tengo la sensación de que mi corazón se rompe en millones de pedazos y cuando tengo que dejarla irse a su casa, tengo esta maldita impresión de que me arrancan algo de mí y lo peor es cuando alguien hace o dice algo en su contra, ahí, deseo pegar...»

«Estás totalmente colgada» sonrió divertida la morena a mi lado, haciéndome fruncir el ceño

«¿Es tan grave como eso?»

«Oh, créeme, estás totalmente enamorada de Regina Mills, ahora queda saber si es recíproco. ¿Cómo reacciona ella contigo?»

«No lo sé, es Gina, nunca sé lo que piensa realmente, siempre es un poco misteriosa, aunque su caparazón desaparece cada vez un poco más en mi presencia»

«Yo creo que ella te quiere mucho» me respondió Ruby «si no, no se tomaría la molestia de ser amable contigo»

«Me confesó que, al principio, lo era por Henry, pero que después de todo no era tan malo tratar conmigo» le respondí mientras mi teléfono sonó, un mensaje de Regina.

«¿Quién es?» preguntó la morena mirando por encima de mi hombro

«Regina» sonreí abriendo el mensaje, mi sonrisa se agrandaba según avanzaba en la lectura.

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