Confesión

4.5K 368 26
                                    


«Entonces, ¿chocolate caliente para ti también?» pregunté a Regina caminando hacia la cocina después de haber cerrado la puerta tras nosotros, y de que Henry se dirigiera al sofá y sacase el diario de la morena con la intención de leerlo, y dejarnos solas.

«¿Por qué no? Será un cambio con respecto al café» me sonrió quedándose plantada en medio de la sala, mi abrigo aún sobre sus hombros, cosa que me hizo sonreír a mi vez.

«Puedes sentarte y quitarte el abrigo si quieres, nadie te va a comer» le dije divertida, mientras que ella ponía los ojos en blanco y se quitaba la prenda, dejándola sobre una silla, antes de sentarse y lanzar una mirada hacia la puerta «ella no volverá antes de dos horas por lo menos, no te preocupes, no te la cruzaras»

«¿Cómo haces para tomarte tan bien el asunto?»

«¿Qué asunto?» pregunté dándome la vuelta y soltando la taza que acababa de sacar del armario

«Todo lo que acabas de descubrir, que soy la Evil Queen, que tu compañera de piso es también tu madre o que incluso Ruby es Caperucita roja...»

«Espera, ¿Ruby es Caperucita Roja?» me asombré interrumpiéndola en su réplica

«¿Solo eso te choca?» exclamó ella mirándome con los ojos desorbitados

«No, por supuesto que no, pero aún parto del principio de que voy a despertarme en mi cama dentro de poco y que todo esto no es más que un sueño»

«Oh...Pues bien, siento decepcionarte, querida, pero todo es verdad»

Yo le sonreí dulcemente antes de sentarme a su lado, tomando mi cabeza entre mis manos antes de suspirar

«Esto te turba más de lo que quieres dejar ver, ¿verdad?» susurró Regina a mi lado, sorprendiéndome, hay que decir que ella no es del tipo compasivo, pero parecía casi inquieta ante lo que yo podía sentir.

«Quizás sí, de hecho no sé lo que siento al respecto, por un lado tengo a Mary Margaret que resulta ser SnowWhite, pero también la causa de todas tus desgracias y por otro, te tengo a ti, que no pareces ser realmente la Evil Queen...Y si un día esta maldición se rompe, todos van a querer vengarse de ti y esto parece estúpido, porque hace apenas una semana no nos podíamos ver ni en pintura...pero eso me da miedo...Me da miedo que un día, al levantarme...tú no estés...» confesé mientras reposaba mi cabeza en la mesa, no sabía si había hecho bien en confesar todo eso, pero sentía que lo necesitaba, lo necesitaba porque lo que estoy sintiendo por ella me ahoga cada día un poco más, es más aún no estoy segura de lo que siento, solo sé que es potente...Solo espero que esto no la haga huir como esta mañana cuando me dijo que me encontraba bonita...

«¿Tú...te preocupas por mí?» preguntó la morena a mi lado

«¡Por supuesto que me preocupo por ti, Gina!» exclamé levantando la cabeza, mirando hacia sus ojos color avellana antes de coger su mano en la mía, lo que hizo que esbozase una ligera sonrisa.

«No deberías»

«Pues es así» respondí antes de soltar su mano para retomar la preparación de nuestros chocolates calientes

«¿Em'?» sonó su voz detrás de mí después de algunos minutos de silencio. Sonreí, principalmente a cusa del diminutivo que había utilizado, pero no se lo iba a hacer ver.

«¿Hm?»

«Gracias»

«¿Gracias por qué?»

«De hecho, un poco por todo, por darme, por primera vez, la impresión de que alguien se preocupa de lo que me pase, por ser mi amiga, en fin, creo que lo somos, ¿verdad? No se me dan muy bien las relaciones personales, así que...»

El diarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora