veinte ✨

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Trato de disminuir mi sonrisa al momento en el que llego al salón de matemáticas, se me es extraño y divertido el hecho de que Luke ya esté sentado con su mochila roja modificada por él mismo entre sus piernas, parece aburrido, pues tiene apoyado su rostro entre sus manos hechas puños y mira de forma desinteresada a todos. Cuando me acerco lo suficiente para que él me note, lo que hace es que se levanta de un salto y me cede el asiente de al lado, yo solamente suelto una pequeña risa.

-Temprano, ¿Eh? - le digo divertida mientras me siento y me acomodo, poniendo mi mochila sobre la mesa.

-Casi muero de aburrimiento. - me dice haciendo un mohín y llevándose una de sus manos a la frente en forma de dramatismo. - Así que esto es lo que sientes cuando me esperas.

Alzo las cejas totalmente divertida por lo que dijo y negando le digo:

-Disculpa, pero yo no te espero.

- ¿Por qué siempre eres tan mala, Darling? - pregunta, ha recobrado su postura y ahora parece más despierto, me causan gracia sus palabras así que me encojo de hombros y me limito a soltar un pequeño "Nahh" y eso hace que Luke me ponga los ojos en blanco. Nenita.

-Vale, la próxima vez te voy esperar, ¿Qué quieres? ¿Un té? ¿Una dona? ¿Qué? Dime, Luke. - conforme voy soltando las preguntas, se me es inevitable no soltar una risa, pues la expresión que él me da es de indignación fingida.

-No sé qué hago aquí. - me dice y se cruza de brazos.

-Conquistarme, tal vez. - le respondo, fingiendo total seriedad, Luke gira su rostro por completo para verme a los ojos y cuando estoy viendo ese azul profundo, me digo que este chico es realmente hermoso, diablos. Debería empezar a temer por mí misma y ahora que lo pienso, Luke Hemmings es como un laberinto, por más que intente escapar de él, no puedo.

-Pensé que no querías que lo hiciera. - dice, él frunce el ceño al pensar en algo, luego me vuelve a ver y se encoje de hombros, como si la pequeña discusión interna que tuvo hubiese finalizado. -Ustedes las chicas son difíciles. - hace una mueca con su boca y sonrío porque se ve tierno confundido.

-No hubiese hablado para nada. - digo cansada.

Ambos nos quedamos callados, decido mirar lo que hacen los demás en sus mesas, algunos duermen sobre sus mochilas, otros hablan o mejor dicho chismosean o cotillean, como tú quieras decirle. Por supuesto no faltan los que hacen la tarea a última hora e intentan copiarla de sus amigos, en sí, todo el salón es aburrido. Mi mirada choca con la de unas chicas, son dos y ambas me están viendo, intento ignorarlas, pues tal vez se centrarán en otra cosa. A mi lado siento cómo Luke busca mi mano sobre la mesa y la entrelaza con la suya, puedo sentir el frío de uno de los anillos que lleva puesto. Le miro a los ojos y me lo encuentro dándome una sonrisa tierna, una donde no hay necesidad de mostrar los dientes y se me es adorable.

-Toc, Toc. - murmura solamente para que yo escuche, trato de no reír y me decido a seguirle el juego.

- ¿Quién es? - le pregunto.

-Me gu. - contesta luego de unos segundos.

- ¿Me gu? - le pregunto confundida y divertida porque es seguro que su chiste apestará.

-Me gustas. - termina, me limito a observarle en silencio, trato de estar seria, es el peor Toc, Toc que he escuchado.

-Te lo inventaste ahorita, ¿Cierto?

-Seee. - admite en tono lento y perezoso, pongo los ojos en blanco y de nuevo nos sumimos en silencio, pero Luke comienza a jugar con mis dedos y a girar uno de mis anillos. No diré cómo me hace sentir su tacto porque se me es confuso, pero puedo decir que me dan ganas de esconderme debajo de la mesa. Sí, que locura.

Es extraño que el profesor de matemáticas no ha aparecido en el salón, pues tan sólo faltan unos minutos para que suene el timbre, de seguro debe de estar atendiendo a un padre de familia, como sea.

Sin querer, mi mirada viaja hacia donde están las dos chicas, que antes parecían observarme, una de ella sonríe mientras escucha hablar a su amiga, las dos parecen desagradables, ahora que recuerdo ninguna de ellas me cayó bien en todo el periodo de escuela que llevamos. Mis mejillas arden cuando noto que una de ellas se lleva ambas manos a los lados de su rostro para simular ternura mientras la otra junta sus manos y parecer pedirle matrimonio, ellas se están burlando de mí, por un momento quiero sacarles la lengua, pero sé que eso sería demasiado infantil, escucho reír a Luke al lado mío, pero le ignoro, ya que trato de mostrar una mirada intimidadora a mis compañeras de salón.

-Déjalas, Darling. - dice Luke, apoyando todo su peso en la mesa, lleva sus dos manos hasta su barbilla y comienza a sobar de forma inconsciente la pequeña barba de días que posee.

-Son tan desagradables. - me quejo, las miro y estas se están riendo, probablemente de mí.

-Te tienen envidia.

- ¿Cómo sabes? - Luke sonríe y me mira a los ojos al escuchar mi pregunta.

-La rubia se llama Rose, le gusto.

Achico los ojos ante sus palabras, se me es divertida su explicación vaga y llena de ego, que suelto una risa algo alta, llamando la atención de la tal Rose y su amiga, Luke me ve divertido y por un momento olvido donde estoy cuando observo cómo remoja sus labios con su lengua de forma distraída. A mi mente llega un excelente plan, tal vez la que salga perdiendo sea yo, pero no puedo pasarlo por alto, digo, si tengo los recursos tengo que aprovecharlos.

- ¿Qué tan mal sonaría si quiero darle celos? - pregunto de manera inocente, coloco ambas manos sobre la mesa y espero a que Luke diga algo, él niega entretenido, al parecer toda yo le divierto. Ugh.

- ¿Qué piensas hacer?

-Bueno, no había pensado en eso.

-Eres tan linda, déjamelo a mí. - Luke me guiña uno de sus ojos azules mientras muestra sus tan encantadores hoyuelos.

Estoy a punto de preguntarle qué va a hacer, pero de repente él pasa su brazo alrededor de mis hombros, me quedo tensa por unos segundos hasta que recuerdo que todo esto es un plan para darle celos a esa rubia desagradable, pero Luke a veces me sorprende y eso me aterra. Él sonríe anchamente e intento hacer lo mismo, a lo lejos observo a Rose y a su amiga verme de mala manera, y eso me pode alegre.

¡Toma eso perra!

Pero mi sonrisa se borra cuando siento la cercanía de Luke invadir demasiado, su respiración golpea mi mejilla que por supuesto está sonrojada y espero por lo inevitable. Sí. A como lo suponía, Luke deposita un pequeño beso en mi mejilla, haciéndola calentar más, siento mi estómago revolverse por los nervios del momento y cuando se aparta un poco de mí, siento que puedo respirar bien otra vez. Madre mía, eso fue demasiado intenso para mí. Luke Hemmings hace que todo sea de esa manera.

-Ella está ardiendo. - me informa de manera divertida cerca de mi oído, pero no le digo nada de vuelta, porque sé que yo también lo estoy haciendo.

-

oh querido luek hemminga, eres un maldito seductor.

voten y comenten si les gusta la historia, besos. -kat.

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