cuarenta y cinco ✨

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Lo primero que hago al verlo cruzar por la puerta del campo del colegio es sin dudas, correr hacia donde él y envolver en mis brazos alrededor de su cuello, le escucho reír de forma perezosa al mismo tiempo en el que posa sus manos en mis caderas, a lo lejos escucho claramente la risa de Michael seguido de silbidos. Pero no importa, a este punto ya nada importa, vamos, ya estoy perdidamente enamorada de este chico.

—Me extrañaste, ¿eh? —me dice en un murmuro, cerca de mi oreja. Suelto una pequeña risa y escondo mi rostro en el hueco de su cuello. Madre mía, su fragancia debería de ser ilegal, una droga para mí. Huele a jabón y shampoo, con ese perfume que siempre se echa. Recuerdo que los chicos malos de los libros siempre huelen a menta y cigarro, pues el mío huele a shampoo. Si esa no es una buena señal, no sé lo que sea.

—Mucho —respondo como una total idiota, solamente me hace falta un gran cartel sobre la cabeza que diga: "amo a Luke Hemmings"— ¿Cómo sigues? —pregunto mientras él me toma de la mano para ir directo a la mesa donde están sus amigos. A lo lejos observo a Tobías y a Bridget con cara de pocos amigos, sí, haber salido corriendo mientras ellos hablaban para ir a abrazar a Luke no fue muy inteligente. Pero vamos, entiendan, es Luke.

—Bien, me han recetado un medicamento para las náuseas, pero estoy mejor, gracias por preguntar, Darling —dice, volteo mi rostro para verle a la cara y sonrío cuando él se acerca para depositar un beso a un lado de mi cabeza, en la coronilla.

—Darling estaba triste sin ti, ayer se fue muy deprimida a su casa —comunica Michael, seguido de meterse un puñado de fritura a su boca. Le veo mal, y estoy a punto de refutar eso cuando Luke se ríe entre dientes.

—No seas idiota —dice el rubio tomando asiento en las bancas, hago lo mismo a su lado y me concentro en Michael, quien pone los ojos en blanco y le roba una uva a una chica que está a su lado. Este se voltea completamente a nosotros y nos muestra una gran sonrisa.

—No soy idiota —se defiende. Estoy a segundos de decirle que sí lo es, pero Luke me roba las palabras.

—Lo eres —dice, se ha llevado su pulgar a la boca para morderse la uña.

¿Ven? Luke y yo somos el uno para el otro. Dios mío... ¿por qué tengo que ser así cuando estoy enamorada? Ya saben, toda imbécil, con baba cayendo de la boca y corazones saltones en vez de ojos... Vale, tal vez exagero.

—Darling y yo nos vamos a otro lugar —Luke me toma de la mano, entrelazando nuestros dedos, frunzo el ceño ante su comunicado, pero es tarde para protestar, nos hemos levanto de las bancas y ahora caminamos hacia la puerta de los pasillos de los casilleros. Me confunde el hecho de que me ha llevado a mi casillero, le miro a los ojos y la verdad es que un 50% quiero agarrarle de las mejillas y plantarle un beso.

—Esto es algo tonto, no sé. Siempre me comporto de esa manera contigo, ¿no? —las palabras de Luke salen atropelladas, una después de otra, totalmente rápido, que por un momento no llego a entender. Su actitud ha cambiado, ahora luce ¿nervioso?

—No sé —suelto una risa, extrañada. Él achica su mirada en señal de estar también confundido. Bueno, me he perdido—. ¿Qué sucede?

—Ayer, yo no te dije que te amaba cuando tú lo dijiste —comienza a hablar, causando que algo dentro de mí se mueva, oh no, Darling, no vomites—. Sé que te sentiste mal, lo lamento, pero me tomaste por sorpresa, no supe cómo actuar.

¿En serio se acaba de disculpar por no corresponder mi sentimiento en el momento? Este chico es increíblemente adorable. Creo que me he sacado la lotería.

Parpadeo unas cuentas veces hasta salir de mi asombro, volteo a ver a mi casillero, nadie está en los pasillo porque la mitad está en el campo o en las aulas, siempre llegan a traer los libros cuando suena el timbre, pinches lentos, además de que es temprano, pero hey, por lo menos no están infortunado el ataque que me está dando internamente.

—No importa, la nota que me mandaste ayer lo decía —suelto, siento mis mejillas arder como el mero infierno, y trato de permanecer tranquila, como una chica normal.

—Lo sé, pero no es lo mismo —Luke se encoge de hombros, las comisuras de sus labios se elevan, haciendo lucir esos lindos hoyuelos.

—Por cierto, gracias por el porta retrato, es lo mejor que me han dado, me ha encantado —digo en voz baja, tímida. Él suelta una risa pequeña, bateo mis pestañas mientras le veo, pero eso se termina cuando también me le uno a su risa. Soy un asco coqueteando, basta.

—Tú eres lo mejor que me ha pasado —me muestra su dentadura en una gran sonrisa, causando que ponga los ojos en blanco.

—Tu labia va mejorando, ¿eh? —Luke se encoje de hombros, inocente. Niego con una sonrisa en mi cara y acerco mis manos a su rostro para atraerle a mí y besarle.

Nuestros labios hacen contacto por lo que parece una eternidad que quiero que nunca termine, sus labios son los más suaves, sin mencionar que son los mejores besos.

Quiero seguir así, junto a él, pero el ambiente me golpea, seguimos al frente de mi casillero, no me ha dicho el porqué me trajo hasta aquí.

— ¿Quieres explicarme por qué nos fuimos del campo? —susurro sobre sus labios, él sonríe y perezosamente se aparta de mí, pero no tanto, aún puedo ver las motitas celestes de sus ojos.

—Me da pena, pero ayer estaba recordando mis tiempos en preescolar, y recuerdo que cuando hacía algo malo, hacía una pequeña carta, realmente era un pedazo de papel doblado a la mitad y con una mala caligrafía adentro —Luke suelta una risa apenada, su mirada está gacha, y puedo notar que ahora, él es el cohibido— El punto es que, se las daba a mi mamá, siempre solían contener disculpas o secretos...

— ¿Me hiciste una? —le interrumpo, pero al instante me arrepiento—. Lo siento.

—Acabas de arruinar todo, Darling —frunce su entrecejo, seguido de meterse la mano en el bolsillo de su pantalón para buscar algo—. Sí, sí te hice uno. Ten.

Bajo la mirada a su mano, que sostiene un papel pequeño, color verde claro, doblado, en la parte de arriba ha puesto mi nombre con su letra tan desordenada. La tomo y antes de abrirla para leer qué dice, dirijo mi mirada a la suya. Luce ansioso, como que quisiera que acabara con su sufrimiento interno y lo hago, abro la pequeña y simple carta para leer su contenido. Pero, ahora soy yo quién está a punto de caer al suelo.

— ¿Entonces? —pregunta en voz baja, me mira en par en par. Parpadeando a cada momento. 

—Ujúm —balbuceo.

— ¿Es ese un sí?

—Sí —contesto rápidamente, tratando de estabilizarme—. Sí quiero ser tu novia.

Veo su gran sonrisa, con sus hermosos hoyuelos decorándola. Luego hundo mi rostro en su pecho, abrazándole con todos mis fuerzas. Esto es oficial. Madre santa.

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Si hay algún error, lo siento, acabo de escribirlo hace una hora, por lo tanto, es un cap kk. Lol. Saben? Ayer caí en cuenta de que llevo 45 capítulos, y originalmente esta historia tendría como unos 30. Esto indica que la historia está a punto de terminar, tal vez unos 7 o 10 capítulos más. Kien zabe xd. Voten. Comenten. Amen a Luke.

-kat.

glue | lrhWhere stories live. Discover now