cincuenta y siete ✨

3.2K 407 235
                                    

 — ¿De qué rayos estás hablando? —Luke me ve confundido, parece ofendido con lo que acabo de preguntarle, pero eso no me hace querer retroceder, estoy segura, quiero una respuesta de su parte, y si no la llego a obtener me sentiré demasiado decepcionada.

Se queda callado después de haberme encogido de hombros, mira más allá de mi hombro, somos los únicos en el campo de fútbol, hace ya varios minutos que el timbre sonó, y la verdad es que no me importa perder la primera clase.

—Así que estás insinuando que... —comienza a hablar, pero al instante se detiene para poder verme a los ojos, parpadea unas cuentas veces, como tratando de salir del asombro— ¿De dónde sacaste eso?

— ¿Sí o no? —cuestiono, sofocada.

—No.

Nos quedamos viendo por unos largos segundos, hasta que Luke toma una gran bocanada de aire, coge mis manos y las envuelve entre las suyas, dándole pequeños apretones.

—Darling, no —niega varias veces—, Te amo.

—Luke, yo no sé si...

— ¿Es en serio? Tienes que estar bromeando conmigo —Ya no luce confundido o perdido, su expresión se ha tornado a disgusto y molestia. Y a estas alturas no sé exactamente si lo he arruinado todo—. Estoy harto de tus inseguridades, Darling —espeta enojado, y la verdad es que eso me ha dolido, tanto, que ya puedo sentir la ganas de vomitar cerca. Ha soltado el agarre que teníamos y eso lo hace todo peor. Le observo, quieta, cómo se pasa ambas manos por su cabello, halando levemente algunos mechones en señal de frustración. Me está costando respirar, sin mencionar que las ganas de vomitar son más grandes que antes. Sí, la he cagado—, ¿Por qué no puede entender de una jodida vez que me gustas? Dios... sin trampas, sin apuestas, sin enojar a tu hermano. Joder. Simplemente me gustas y ya, entiéndelo, procésalo de una maldita vez.

No quiero llorar, pero soy tan estúpida, siempre soy la culpable de que algo vaya mal entre nosotros, yo con mis malditas inseguridades, a como él dijo. Quizás también tengo la culpa del comportamiento de Luke, así que no puedo y no quiero discutir con él. Luke Hemmings está enojado conmigo, muy enojado.

—Lo siento —murmuro, como si esas dos palabras lo solucionaran todo, bajo la mirada hasta donde mis manos estás unidos sobre mis piernas, no quiero verle a los ojos, ese azul está lleno de rabia y me pone mal—, Pero es que Ashton...

—Mírame a los ojos mientras hablas —ordena y duras penas lo hago. Me siento como una niña que hizo algo malo y que está a punto de ser regañada, y por más que lo deteste no puedo hacer nada para evitarlo.

—Ashton me dijo que estabas conmigo porque le odiabas y querías molestarle.

— ¡Basura! —grita, sobresaltándome. De un momento a otro se levanta de la banca, haciendo que su mochila caiga al suelo, se lleva ambas manos a la cadera y alza su cabeza hacia arriba, deja soltar un bufido de frustración y no sé si decir algo estaría bien, tengo miedo de que explote—, Pura Basura, eso es lo que es tu hermano.

— ¿Uhm? —Balbuce, confundida—, ¿Disculpa? —me atrevo a preguntar después de un rato en silencio donde él se ha limitado a ver hacia arriba. Estoy tan cohibida a su lado, que también decido levantarme, dejando mi mochila a un lado.

—Tu hermano es una maldita pesadilla, en serio —espeta entre dientes y puedo ver cómo su quijada se descola por culpa de la rabia—. Estoy empezando a odiarlo de verdad por decirte toda esa mierda, te está separando de mí, Darling —dice y a medida que va a hablando, se impulsa sobre sus pies para agarrar fuerza cada vez que suelta una palabra.

—Luke, cálmate —trato de tranquilizarle. Tengo algo de temor que dé un paso en falso y que termine cayéndose por las gradas, así que le tomo de la camisa y hago que me mire a los ojos.

— ¿Le crees? —me pregunta, y estoy tan confundida cuando logro ver que sus ojos ha comenzado a aguadarse y que su labio inferior ha empezado a temblar. Está a punto de llorar, de soltar un gran sollozo, y no estoy muy segura de cómo actuar, nunca le había visto llorar o tan frágil como ahora. Me estoy poniendo nerviosa, más de lo que debería.

—No, Luke, no le creo —digo en voz alta para que me escuche bien, pero él parece ignorarme—, Luke —le llamo, en un susurro, porque siento que si hablo en voz alta me soltaré a llorar también.

—Darling, no quiero que me dejes, mucho menos que no confíes en mí —suelta, para luego pasarse ambas manos por la cara para secarse las lágrimas, y probablemente parezco una completa estúpida, en frente suyo sin hacer nada—, Ashton Irwin es un imbécil, me ha quitado lo más preciado de mí vida, lo que me hacía feliz, lo ha tomado, se ha burlado de mí —reprime sus sollozos, tapándose la boca, su cara está roja a más no poder, algunos pequeños mechones de cabello están pegados en su frente por el sudor y esa imagen de él destrozado me hace flaquear.

—No, Luke, yo sigo aquí, me tienes todavía, nunca me iré —me abalanzo sobre él, enrollando mis delgados brazos alrededor de su cuello, entierro mi rostro en su cuello y le abrazo tan fuerte, que ya no quiero soltarle, me alegra sentir sus manos siendo enrolladas en mi cintura, eso sólo demuestra que se ha calmado, ya no le escucho sollozar, ahora se limita a sorber su nariz.

— ¿Sí? —Le oigo murmurar sobre mi cabeza, me separo un poco para poder verle al rostro y asiento—. Eres lo mejor que ha pasado en este año, te conocí y supe que ibas a ser mi boleto directo a la felicidad.

Esas palabras se quedan guardadas para siempre, y nunca pienso sacarlas de donde están. Lo amo tanto que este sentimiento podría dolerme en cualquier momento.



—💔💔💔—


— ¿Ya tienes la mostaza? —pregunta Luke, totalmente concentrado en los estantes de botellas y bolsas de salsas y condimentos. Ojeo la lista que me dejó mi mamá en la mañana y luego le echo una miradita al carito de compras y asiento en su dirección—, Bueno, vamos al otro pasillo.

Me toma de la mano mientras que con la otra empuja la carretilla, le veo de reojo y sonrío para mí misma. Lo que pasó en la mañana en el campo de fútbol, fue algo que nos marcó a ambos, Luke permitió que le consolara en un gran momento de debilidad, le hice entender que no iba a dejar que mi hermano se volviese a meter, no quería que el rubio se sintiera mal otra vez, no lo iba a permitir. Después de eso, las clases pasaron con normalidad, sí, habíamos faltado a matemáticas, pero no importaba. En receso decidimos pasar solo los dos, sin chistes o interrupciones de los demás, así que volvimos a las gradas del campo. Hasta que llegó la salida y le comenté que tenía que ir a comprar unas cosas que me había encargado mamá y él se ofreció a acompañarme.

—Creo que el tarro de café está al otro lado —le comunico distraída, viendo la simetría de los productos en los estantes, cuando de la nada, él se me acerca y zampa un beso en mi mejilla, dejándola roja y caliente—, Creo que eso no estaba en la lista —bromeo, dirijo mi mirada a la suya, y me derrite la manera en cómo me observa, embobado.

— ¿En serio? —frunce su ceño, extrañado, pongo los ojos en blanco y reprimo mi sonrisa cuando le veo acercarse otra vez a mí para dejar otro beso, pero esta vez en mis labios—, ¿Qué tal ese? ¿Estaba en la lista? —pregunta, niego divertida, pero aun así reviso lo que dice el trozo de papel solamente para seguirle el juego y asiento divertida.

—Luke, sigamos —suelto una risa, y él pone una expresión triste, no sin antes dejar otro beso en mis labios.

—Estoy seguro que en la lista decía dos de esos besos, creo.

Le veo divertida, y ambos nos disponemos a seguir, yendo de en pasillo en pasillo buscando las cosas, con algunos besos de por medios, pero eso no es ninguna molestia. 


-

me gustan las cosas felices jaja. ya sabeeeen, voten y comenten plzzzzz.

glue | lrhWhere stories live. Discover now