cuarenta ✨

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 Vamos agarrados de la mano, me causa ternura el hecho de que él se haya propuesto cargar mi mochila, la lleva sobre la suya, haciéndole ver un gran tumulto en la espalda, a veces reímos de cosas que vemos o decimos, hemos parado dos veces en el puesto de malteadas porque Luke no quería sentarse, según lo que me dijo fue que no deseaba estar separado de mí porque las sillas estaban pegadas al suelo y no podría moverlas como la última vez, yo solamente le puse los ojos en blanco por tan absurdo y patético argumento. Tuvimos que bebernos nuestras bebidas mientras caminábamos.

—Vamos a las bancas —dice, halándome con él. Suelto una risa al verle quitarse las mochilas, sus ojos se centran en mí para luego darme una mala mirada—. A veces me pregunto por qué soporto tantas burlas de ti.

—No sé, también me la hago —sonrío—. Iré al baño, espérame aquí.

—Pensaba irme y dejarte sola, Darling —bufa divertido. Pongo los ojos en blanco. En el trayecto, que es poco porque la banca está al frente de los baños públicos del centro comercial, volteo a verlo y me divierte observar cómo luce tan distraído viendo hacia el suelo, con esa expresión de música de elevador sonando en su cabeza.

Hay unas cuantas chicas dentro del baño, algunas retocándose el maquillaje o cabello, miro mi reflejo de reojo al pasar directo a uno de los cubículos y me sorprende saber que no luzco desastrosa, ya que usualmente al salir de la escuela parezco indigente. Descargo lo que tengo que descargar para luego salir a lavarme las manos, trato de no mirar por medio del gran espejo a las demás y a cómo se arreglan, aplaco mi cabello con mis manos mojadas y salgo de ahí. Lista para otra tanda de boberías por parte de Luke.

Retrocedo un paso, sintiendo mi corazón ir de prisa, todo lo que he ingerido en el día sube hasta mi garganta, trato de tranquilizarme, quiero ir corriendo hacia donde el rubio, está a pocos pasos de mí, pero tendría que moverme y eso no lo puedo hacer ahora, me he quedado paralizada. Luke percata mi mirada y me muestra una sonrisa a lo lejos, pero dejo de verlo para percatarme otra vez si "él" es realmente él y no un producto de mi imaginación, pero no. Valentina me ve, su expresión es de asombro, observo callada cómo alza su mano para colocarla en el hombro de su primo, para llamar su atención. Ambos están en un quiosco de fundas de celulares, al otro extremo de donde está Luke, quien se ha levantado preocupado y su semblante es de confusión.

Calum me ve a los ojos, yo hago lo mismo. Y lo único que se me ocurre es salir corriendo.


—💔💔💔—



Jamás llegué a pensar que él me perseguiría por todo el centro comercial. ¿Pero cómo podría? Si se supone que no le importo, que nunca le importé.

Me cuesta levantar la mirada, mi respiración está agitada por haberle dado una vuelta entera al lugar, sin mencionar que unas cuantas veces tuve que esquivar a los de seguridad. Diablos. Trato de estabilizarme mientras me sostengo de la pared de mármol del centro, me cuesta creer que él sea realmente él. No puede. Se supone que está en lejos, en Perth, estudiando. Ver a mis zapatos se me hace mejor que otra cosa. También está cansado, lo sé por su respiración y porque tose, nunca tuvo una buena condición física, odiaba la clase de deportes, siempre me contaba cómo era que huía de su profesor de educación física.

No puedo evitar a los pensamientos y recuerdos que vienen a mí. Siento mi pecho siendo oprimido, duele.

—Darling —dice. Cierro mis ojos con todas mis fuerzas y reprimo un grito. No aquí, no puedo desmoronarme al frente de él.

glue | lrhWhere stories live. Discover now