cincuenta y cuatro ✨

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Es estúpido, pero me siento completa, feliz, como si cada parte de mi vida se hubiese organizado, como si al abrir las ventanas, el sol hubiese decidido sonreírme, ya sabes, como un completo cuento de hadas, donde una princesa conoce a un príncipe azul y ambos caen perdidamente enamorados, se casan y ese tipos de cosas que se suponen que son felices. Y es curioso sentirme así con él, con este gran chico de cabello rubio desastroso y ojos azules. Mi hermoso novio.

—Mi mamá escucha esta canción, no sabía que te gustara la música antigua —comento en un murmuro, porque no quiero romper la especie de momento que estamos teniendo, la nueva tonada realza en toda su habitación, haciendo que él comience a menear lentamente su cabeza, siguiendo el ritmo.

—Tengo decenas de discos antiguos que me dio mi papá —explica, ejerce más presión en su agarre, me acomodo mejor entre sus brazos y dejo escapar un suspiro.

—Me gusta —sonrío sobre mi hombro, Luke baja la mirada y nuestros ojos se conectan.

—Tú me gustas.

—Eres increíble —suelto una pequeña risa, me llevo una de mis manos para tapar mi sonrisa yeso hace que el rubio hale de mi mano para destaparla.

— ¿Por qué?

—No sé, eres tan... joder, ni siquiera puedo encontrar una palabra adecuada sin sonar como una completa zopenca.

—La cuestión es que, Darling, no hay palabra que me describa a la perfección, ¿Adivina por qué? —su tono de voz se ha tornado a uno todo engreído, lo cual me hace reír.

— ¿Eres Luke Hemmings y eso lo explica todo? —me encojo de hombros, juguetona, la risa de él llega a mis oídos, y es como escuchar lo más hermoso del mundo. Me siento orgullosa de haber dicho eso porque, vamos, es una frase que ambos sabemos cómo surgió, por una extraña razón, tiene un significado, y no importa si es chistoso.

—No, Darling —Suspira, recobrándose de la risa—, Tenías que decir que soy la personificación de la palabra perfección, obvio.

— ¿Acaso eres Dios? —bromeo, poniendo mi mejor cara de incredulidad.

Ambos reímos luego de un rato, después de intentar estar serios. Me encanta poder estar así con él, haciendo bromas, hablando de cualquier cosa, ya sea con sentido o no, eso es lo que me gusta de él; puedo ser yo y no va a importar.

—Te amo —digo, tímida. La canción termina y comienza otra, que no llego a reconocer, tiene este tipo de estilo antigua, cuyo cantante debería de tener este absurdo copete con gel. Luke me pega más él, halándome de la cintura, dejo recostar mi cabeza en su pecho y cierro mis ojos, dejándome llevar por el momento.

Haber venido a su casa sin ningún fin fue la mejor decisión, ya que recostados en su cama y almohadas, él empieza a murmurarme lo que parece ser la letra de la canción y no puedo evitar alzar las comisuras de mis labios. Su voz suena tan rasposa y lenta, me sorprende que sepa cantar, ya que eso no lo sabía. Su voz me causa escalofríos, me hace sentir embobada por completo.

El efecto Hemmings, es así como le llamaré, ya sabes, a esa sensación de estar bobalicona por alguien, a tal grado de pensar en él siempre. La palabra enamorada le queda corto, y ya sé, tal vez exagero, pero es así como lo siento.

—No sabías que supieras cantar.

—Te lo dije, soy lo más cercano a lo perfecto —suelta de manera vacilante, haciéndome negar por esa actitud tan galante que él posee sin ninguna vergüenza.

—Joder, ese ego —digo divertida—. Eres increíblemente zopenco, Luke Hemmings, y no sé cómo es que me gustas demasiado —pongo los ojos en blanco. Su mano se encuentra con la mía y la aprieta cariñosamente, enviándome cientos de escalofríos por todo mi sistema.

— ¿Demasiado? Define cuánto es demasiado, Darling.

—Demasiado —susurro, me deshago de su agarre, y de manera rápida, me coloco encima de él, poniendo cada pierna a cada lado de su cintura. Mi acto le toma por sorpresa, ya que le escucho murmurar mi nombre—, Demasiado, Luke —me pongo a reír al ver su ceño fruncido, me inclino hacia él y poso ambas manos en sus mejillas, dejando mi rostro a pocos centímetros de la suya.

—Me asustas —balbucea, con una sonrisa boba en su rostro.

—Cállate —digo, y segundos después, acorto la distancia entre nosotros, zampándole un beso en los labios. 


—💔💔💔—


Es lunes, a la hora de descanso, he regresado a la mesa de los populares, todos cuentan cosas divertidas sobre lo que les ha pasado en alguna clase, Luke me ve de reojo, en ocasiones me sonríe o planta un pequeño beso en mi cabeza, su brazo está alrededor de mis hombros. He vuelto a ser la chica de Luke Hemmings y todos los saben, hasta Tobías, que me ve con mala cara mientras le da sorbos a su coca cola, sentado al frente mío, incomodo de la situación. Tal vez no fue tan buena idea hacer que se sentara conmigo y los demás.

—No te mates aún, Tobías —bromea Luke—. Darling te extrañaría.

—Lo haría —digo, siguiendo el juego, que sé, que está poniendo mosqueado a mi amigo, quizás debí dejarle ir con unos amigos de la clase de filosofía que tiene, pero no, soy un tanto egoísta.

—No me importa —el castaño me sonríe seguido de volver a beber su soda.

—Oye, Darling —la voz de mi novio capta mi atención, así que le vuelvo a ver, esperando por lo que sea que me vaya a decir—, Dentro de unas semanas, Michael hará una fiesta en su casa, probablemente será la fiesta más grande que hará en toda su vida, pero el punto es que, quiero que estés ahí, conmigo, obviamente —Asiento lentamente, analizando todo, volteo a ver a Michael, y este tiene su pulgar en alto hacia mi dirección.

—Sí, tu amigo está invitado —Michael me sonríe, y luego se gira hacia Cameron y otros chicos del equipo de fútbol, para continuar su charla.

—Sí, Tobías, puedes ir si quieres —Luke le ve, y la verdad es que quiero reírme de la expresión que le da mi amigo.

—Qué amable, gracias, lo pensaré —dice,  fingiendo una actitud calma hacia el rubio, haciendo que Luke y yo soltemos una risa.

—No será tan malo —le digo—, Anda, acompaña a tu amiga a una gran fiesta.

Tobías me queda viendo a los ojos, para luego acercar su dedo índice a su cuello y pasarlo rápidamente, como si fuese una navaja. Me está amenazando, y de la manera más patética y sé que reírme de él no es buena idea—. Jamás volveré a hacer lo que tú digas, Sophia —susurra para que solo yo escuche, Luke reprime una sonrisa, yo también lo hago.

Y ahí lo tienen, a Tobías Jefferson en todo su esplendor. En serio, cómo lo amo.


-

vale, se me ocurrió la fabulosa idea de que cuando termine toda este drama cliché, hacer como unos caps extras donde narre Luke situaciones "relevantes" de la historia, jaja. voten y comenteeeen plz, les quiero y perdón por dilatarme.

glue | lrhWhere stories live. Discover now