treinta y ocho ✨

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— ¡Iugh! —la voz de Michael hace eco en nuestros oídos, haciéndonos sobresaltar. Vale, ahora tendremos que buscar otro lugar lejos de todos. Luke se separa de mí, su cabello es un desastre por culpa de mis manos, su boca está tan hinchada, y no quiero pensar en cómo estará la mía. Me quedo recostada en la pared del instituto de la parte trasera, donde solamente vienen los de mantenimiento a por utensilios y observo cómo el rubio mira mal al teñido, quien se ríe de él—. Son un desastre, Darling, linda, puedo ver tu sostén.

Frunzo el ceño, bajo la mirada y al percatarme de que mi blusa está halada hacia abajo, enseguida lo componga, ocultando mi ropa interior de los ojos de Clifford. Luke se cruza de brazos, me mira a mí y luego a su amigo.

— ¿Cómo nos encontraste?

—Este es mi lugar, rubia, ¿Te olvidas? —parece que va a seguir hablando, pero Luke le hace callar con la mano, pone los ojos en blanco, se pasa una mano por el cabello para arreglarlo y bufa.

—Púdrete, Michael...

— ¡Oye! Disculpa, pero he prevenido ser tío, ¿Por cuál base iban, por la segunda?

Mis mejillas arden por ese comentario, quiero desmentirlo, decir que se equivoca, pero no es así. La cuestión es esta, últimamente, las cosas con Luke han cambiado demasiado, no sabría decir si para bien, pero lo siento así, nuestra realización ha crecido mucho, y aunque no estamos juntos oficialmente como novio y novia, todos saben que tenemos "algo", que soy "la chica de Luke Hemmings" o chorradas como esas.

El hecho de que la mirada verde de Michael me analice de manera divertida, como si fuese un cachorro que hace pequeños trucos, a la venta dentro de una vitrina, me hace sentir cohibida, puedo soportar una mirada inquisidora de Luke, pero de su mejor amigo, no. Y el rubio lo nota porque se aclara la garganta para llamar la atención del teñido.

—Michael...

— ¿Qué? —Pregunta el chico pálido, con una sonrisa de lado—. Déjate de delicadezas, Lukiss lindo.

Lo siguiente que pasa me confunde, Luke dirige su mirada aireada hacia su amigo, le ve como si fuese a matarlo en cualquier instante, llega a transmitir tanta ira que me preocupa por un momento, hasta que el otro, que ha permanecido relajado todo el tiempo, empieza a reír a carcajadas. Frunzo el ceño, veo a Luke, sigue furioso mientras observa reír al teñido, me he perdido en esta situación, que ni siquiera sé cómo hacer para que el rubio se tranquilice y drene toda esa rabia, pero tengo miedo que al tocarlo, él reaccione de manera violenta.

—Venga, no seas dramático —dice Michael, calmando su risa. Al ver que Luke sigue molesto, él deja escapar un gran suspiro de cansancio, me mira a mí con los ojos de en par en par y reprime una pequeña sonrisa.

—Entonces no vuelvas a llamarme de aquella manera —espeta el rubio.

— ¿Lukiss? —pregunto confundida, queriendo integrarme, pero al instante me arrepiento gravemente porque los ojos de Luke caen en mí como un balde con agua fría, puedo sentir su molestia ante esa apodo, la cual no entiendo. Quiero hablar, disculparme o simplemente decir algunas sandeces para aliviar el momento, pero esto no llega a pasar porque el rubio no me da tiempo de hacerlo, ya que, le da una última mirada llena de rencor a su mejor amigo y luego una a mí, para luego darse la vuelta e irse a caminando rápidamente.

¿Qué diablos ha pasado? Hace unos minutos estábamos besándonos mientras decíamos cosas idiotas el uno al otro y luego se va enojado, dejándome sola. No lo entiendo. No logro ubicarme con lo que ha pasado, lo primero que se me viene a la cabeza es el hecho de que ese sobrenombre tiene mala espina para él, pero y si es así, ¿por qué Michael le dijo de esa forma?

—No es tu culpa, Darling —oigo decir al pálido, que está a mis espaldas. Dejo soltar un bufido y me giro para darle la cara. No hay ningún rastro de diversión en sus facciones, eso solamente me dice que está arrepentido con lo sucedido.

—Eso lo sé —pongo los ojos en blanco y me cruzo de brazos—. De todos modos, ¿Qué tiene de malo ese apodo?

Michael enfoca sus ojos en los míos y niega apenado, como si se rehusara a contarme cualquier cosa respecto a eso, como si fuese una aberración decirme el porqué de todo.

—No.

— ¿No qué?

—No puedo decirte.

—Oh vamos, es un maldito apodo —casi grito por la frustración, alzo mis brazos en señal de exasperación y observo atentamente a Michael, quien se ha acercado más a mí para decirme algo.

—No para él —me dice dándome una leve sonrisa—. Ahora me siento mal por provocarlo, sabía que se pondría de aquella manera, pero no contaba con que se enojara contigo, en serio quisiera explicarte todo, pero no puedo.

Sus palabras hacen eco en mi cabeza, suenan como alarmas, pero no le hago caso a mi subconsciente, me pierdo en la mirada verde de Michael, que luce tan preocupado y apenado, y ahora que me he detenido para verle muy bien, me he percatado de las ojeras que posee y el rastro de barba que amenaza con seguir creciendo. Desde otra perspectiva, Michael Clifford luce cansado de todo, quiero creer que son las clases tan pesadas que recibimos y el estrés de acabar el año con buenas calificaciones.

—Cuando dices explicarme todo, ¿A qué te refieres?

Duda unos segundos, le miro debatir consigo mismo, su semblante se arruga por la indecisión que le abarca. Y eso me hace querer escuchar cualquier cosa que esté a punto de soltar.

—Venga, Darling, no pasa nada.

— ¿Por qué a Luke le molesta ese apodo? —le interrogo de forma seria y precisa, haciéndole soltar un suspiro de cansancio.

—No es algo que deba contarlo, pero hace un tiempo atrás hubo-

— ¡Darling Sophia!

Doy un pequeño salto sobre mis pies por culpa de la alteración de mi sistema nervioso que provocó ese grito tan fuerte de mi nombre. Inmediatamente giro hacia el otro lado solamente para encontrarme a Luke caminar hacia mi dirección, luce molesto todavía, da grandes zancadas para llegar a posicionarse al frente mío y cuando lo hace, me ve a los ojos y me toma de una mano.

—Vámonos de aquí —suelta serio seguido de halarme.

Ejerzo fuerza sobre mis pies contra el suelo para no moverme, la fricción está de mi suerte porque Luke deja de intentar halarme y se voltea para verme.

— ¿Qué te pasa? —digo confundida—. No puedes tratarme como un juguete que olvidaste en la sala de juegos, vete, sé llegar a mi salón por mi propia cuenta.

Luke gruñe molesto, pero obedece de mala manera, le lanza una mirada llena de rabia a Michael, que sigue a mis espaldas y se vuelve a ir, esta vez se procura de hacerlo mucho más rápido, casi trotando a zancadas. Me importa un bledo si está molesto.

—Perdóname, Darling, en serio lo siento demasiado —Dice Michael detrás de mí, giro mi rostro para verle levemente de reojo. De nuevo hay algo en sus palabras, es como si no se disculpara de lo que acababa de suceder, sino de algo más, su tono de voz es muy serio y lento, como si él deseara que captara algo más allá de lo que es realmente, pero no llego a hacer un estudio profundo de esto y tal vez por ello, me llegue a arrepentir en un futuro. Quién sabe. Tal vez sí, tal vez no, tal vez, simplemente, esté paranoica por lo sucedido.


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vale, no voy a decir que siento la tardanza porque no es así, simplemente no tenía inspiración, además del estrés de la escuela, cómo sea. espero les guste, voten y comenten, si es que alguien lee esto xd.

glue | lrhWhere stories live. Discover now