cuarenta y seis ✨

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Tenía que ser una broma, una gran y pesada broma, una de esas de cámara escondida y gente calculando las siguientes jugadas, ya saben, tipo Prank de Mtv. Mi madre no pudo estar hablando en serio cuando dijo que había invitado a Luke a cenar el sábado. Mañana. De todos modos, ¿Por qué mi progenitora tiene el número de mi novio?

Lo sé. Lo sé, eso suena tan radical, es otra onda. Luke y yo somos novios desde hace una semana y es lo mejor que me ha pasado, en serio, luego de que me diera esa desaliñada nota que contenía su propuesta, me descoloqué a tal grado de no saber la diferencia entre ARN Y ADN en la clase de biología. Mi mente estaba en otro sitio. Para ser específica; en un chico rubio y de ojos azules.

Pero venga, ¿Que llegue a cenar? A primeras no suena mal, y por un momento la idea me gustó, pero luego caí en cuenta de que todo esto implicaba una sola cosa, una gran y peligrosa situación que todos queremos evitar.

Sí. Luke Hemmings y Ashton Irwin en la misma mesa.

A mi mamá se le ocurren unas geniales ideas. Por favor, notar el sarcasmo.

—Será divertido —volteo a ver a mi linda madre, desde el taburete, quien está secando los platos y poniéndolos en su lugar con extremado cuidado. Son sus platos favoritos, algo sobre que vienen desde su bisabuela o algo así... pero volviendo a mi drama, ¿Será divertido? divertido sería ver su expresión si se le cayeran sus platos. ¿Qué de divertido tiene que venga Luke a cenar? Se me quita el oxigene de tan sólo pensar en eso, y no por emociones buenas.

— ¿Divertido? —asiento furtivamente, analizando, más bien tratando de acostumbrarme a esa idea porque por más que trate de impedir todo, mi madre nuca cederá, digo, ya hizo las compras para la comida—. ¿Segura que no quieres descansar? Vamos, tienes días libres del trabajo, no creo que quieras desperdiciar uno de esos gloriosos días para cocinar y ver drama.

—Darling, te dije que hablaré con Ashton, no habrá drama.

Mi madre es tan inocente.

— ¡Tus platos terminarán en el suelo! —trato de asustarla, pero lo único que logro es que ella me ponga los ojos en blanco.

— ¿Es una amenaza? —se le sale una risa, de esas donde me hacen bufar de frustración.

—Estoy yéndome —grito, le escucho seguir riendo mientras salgo de la cocina y me dirijo a las escaleras. Esto es simplemente increíble.

Cuando llego a mi habitación, lo primero que hago es coger mi teléfono de la mesa de noche e ir directo a mis contactos y tocar el nombre de Luke. Mientras suenan los pitidos en mi oído, dirijo mi mirada al porta retraro que me regaló de nosotros dos, lo he colocado en mi escritorio, por más tonto que suene, cada vez que lo veo me dan unas inmensas ganas de sonreír como estúpida. ¿Es así como te deja el estar enamorada? Pues sí.

Darling, hola... —comienza a hablar el rubio apenas me contesta, pero le callo de inmediato.

— ¿Estás demente? —pregunto, espero por su respuesta, pero no llega, solamente su risa lenta y perezosa que me hace caer. Por un demonios. En serio estoy perdidamente enamorada de este chico, que alguien me ayude. Hasta el más mínimo gesto que él haga me mata.

¿De qué hablas?

—Pues, ya sabes.

No sé —se vuelve a reír. Se está burlando de mí, es un imbécil, uno grande. Me quedo callada, y al ver que no le digo absolutamente nada, es él quién decide decir algo—. Vale, Darling —suelta un largo suspiro.

—Te escucho —digo, me dejo caer en mi cama, miro al techo y apego más el celular a mi oreja.

No pude decirle que no a tu madre, sabía que no ibas a querer, pero...

—No podías decirle que no a mi madre, lo sé —digo por él, pongo los ojos en blanco y hago un mohín sin importar que él no me vea—. ¿Sabes que apenas entres a casa se desatará una guerra?

Demonios, claro que lo sé —dice seguido de soltar un bufido. Quisiera ver su expresión en estos momentos, pero me limito a acostumbrarme a oír su voz—, Pero prometo no causar ningún problema —habla después de un momento de silencio, su voz se ha apaciguado, y trato de hacer lo mismo.

—Lindura, lo sé —dejo escapar una risa carente de humor—. El que me preocupa no eres tú, sino Ashton.

No dice nada. Le escucho respirar a través de la línea y tomar una gran bocanada de aire. Giro sobre mi cama, colocándome boca abajo, apoyo mi barbilla en mi puño y reajusto el teléfono en mi oreja.

Por eso quiero ir —dice al fin, haciéndome fruncir el ceño—. Si no voy, tu hermano pensará que no me interesas en absoluto y que soy un tremendo cobarde, pero si voy, le dejaré en claro que me importas y que esta situación no es un juego para mí.

—Luke.

Darling.

No sé qué decir. En serio. Estoy preocupada, no quiero ver a mi hermano y a mi novio peleando mientras mi madre lo presencia todo. Esa idea no es agradable, nada del día de mañana será agradable, desde el primer momento en el que Ashton se levante hasta que Luke salga por la puerta, todo será un desastre. Lo veo venir. Ellos dos juntos, conviviendo y pasando el tiempo tranquilos, eso no pasará.

¿Darling? —parpadeo al escuchar mi nombre, enfoco mi mirada en el reloj de mi muñeca y maldigo. Es noche, lo cual significa que el día está a punto de terminar y pronto será mañana. Oh, Darling, eres toda una científica.

— ¿Eh? —musito confundida.

Te estaba diciendo que no tienes nada de qué preocuparte. Irá bien, sabes que te amo, ¿No?

—Sí, yo también.

Trato de hacerme la idea de que nada malo pasará, pero no puedo. Por un demonios, claro que no irá bien.

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estoy viva, jaja saludos.

glue | lrhWhere stories live. Discover now