LUKE 3: Eso es todo.

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— ¿Cómo te fue ayer? —me pregunta Michael mientras sostiene una compresa de hielo a lo alto de su cabeza. Solamente de recordar cómo estrelló su cabeza contra la puerta de su carro cuando se estaba bajando me causa demasiada gracia.

Me encojo de hombros y dirijo mi mirada hacia la gran ventana de cristal de la habitación de mi mejor amigo, para ver cómo las nubes se desplazan lentamente. Mi garganta duele por culpa del poco alcohol que ingerí en la madrugada cuando regresé a la fiesta, después de ir a dejar a Darling Irwin a su casa, hecha un desastre y fuera de sus cinco sentidos. Joder, vaya que fue un gran problema llevarla hasta la puerta de su casa, y ni hablar de la trayectoria. Lo chistoso es que en el camino iba balbuceando incoherencias y aproveché para coger su teléfono y registrar mi número con un absurdo nombre romántico, para luego marcarme y poder tener el suyo.

Ayer fue un día de mierda. Prácticamente fui un niñero. Y luego, me tocó cuidar de este imbécil que tengo al frente con cara de culo.

—No mejor que a ti —respondo, para luego soltar un gran bostezo.

— ¿Te acostaste con ella? —sus ojos verdes me inspeccionan, desde la silla de su escritorio. Me reincorporo del pequeño sillón y le veo serio. Casi asqueado con su pregunta.

—No.

— ¿Difícil o su pantalón estaba demasiado ajustado? —bromea, pongo los ojos en blanco y niego, contagiándome poco de su ánimo.

—Es demasiado difícil, como de estos niveles máximos de los putos videojuegos. En serio —le cuento mi miseria y lo único que gano de su parte es una risa, seguido de un quejido por el dolor de cabeza que se trae—, Michael, te lo juro, solamente estupideces decía, es tan aburrida, pero aburrida en mayúsculas y en negritas.

—Iugh.

—Exacto. Iugh —me quejo, me cruzo de brazos y suelto un largo suspiro de cansancio—, Jamás había tenido tantas ganas de irme de una fiesta.

— ¿Tan malo fue? —Suelta una risa, y asiento lentamente—, Cuéntame un poco, quiero saber el inicio de este fabuloso romance.

Sonrío falsamente, no tan a gusto con sus palabras, solamente de pensar en ella y en mí juntos como novios, se me revuelve el estómago. Debería de existir alguna especie de premio para chicos como yo, de esos que aguantan a tipas como ella.

—Me culpó por su estado de ebriedad —inicio, con tono de voz de incredulidad. Michael frunce el ceño y reprime una risa. Sé que este imbécil está disfrutando de mi desgracia y por ello quiero golpearle duro en la cabeza, y hacerle entender de una jodida vez que no fue para nada satisfactorio estar con Darling, pero decido ignorarlo y continuar con mi fabulosa anécdota—, Luego me comenzó a contar sobre que un chico le jodió la vida, y acerca de que su corazón estaba roto y que yo, siendo quien soy, no se lo rompería porque ya estaba roto. No sé, dijo otras cosas raras, pero la verdad es que no recuerdo muy bien, y tampoco es como que me interese mucho.

—Sigo sin creerme que ella sea hermana de Ashton, toda una sorpresa, ¿no? —Dice totalmente divertido, asiento estando de acuerdo y mi amigo continúa hablando—, Para serte sincero, fue hasta este año que la empecé a notar, y fue porque las chicas de la mesa estaban hablando mal de ella.

—Joder, Michael, yo ni siquiera sabía de su jodida existencia.

Y digo la verdad, o sea, ¿Ashton Irwin tenía una hermana?

—Por cierto, no sé si te habrás dado cuenta, pero es muy amiga de Bridget Lynn —comunica con una sonrisa traviesa en su rostro que me hace poner los ojos en blanco.

glue | lrhWhere stories live. Discover now