Sentimientos

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A veces, una rutina puede volverse monótona.

Y, a veces, una rutina puede ser algo que si no se cumple, duele.

Mikaela siempre fue fan de la monotonía, o al menos de seguir las reglas, un orden y el bien.

Pese a ello, nunca ha demostrado que no me ama, siempre busca la manera de recordármelo, de hacerme sentir amado. 

Yo también quería que así fuera, y comencé una rutina entre él y yo.

Al perder de vista los rayos de sol, le daba un beso en la mejilla, él sonreía, acariciaba mi rostro con ambas manos y me daba un beso en la frente, nos abrazábamos, nos deseábamos buenas noches y me dirigía a dormir.

Y desde que aquella rutina se rompió, me siento vacío. Siento que algo me falta, que Mika ya no me ama.

No es como si tuviéramos una relación, pero lo noto más frío que de costumbre.

Mi orgullo me obliga a mantener acallado lo que siento al respecto. Me duele cuando me mira y no me sonríe como antes.

¿Qué sucede?

Desde que pereció la sobre protección que Mika me daba, comencé a senrirme un idiota, un niño.

Tengo miedo.

Quiero que me abrace, que calme mis demonios, mis noches de pesadillas.

Quiero que me ate cuando mi demonio interno me posee, y que después bese mis muñecas ante los rasgullos causados por sogas o cadenas.

Anhelo que me vea con esa mirada cálida y de cariño, en la que me refugio cuando me siento intranquilo o triste.

Extraño a Mika. Ese Mika risueño y optimista, que siempre tiene la última palabra y sabe lo que hace o dice.

Pero en este momento en el que lo veo, solo observo a un ser hueco, que no siente.

¿Es porque me fui aquel día?

¿Es mi castigo ante mi cobardía?

Es insoportable.

En este mundo podrido, solo quieo que esté él a mi lado.

¿Que si siento algo por él? ¡Por Dios! ¡Lo amo! ¿Tan difícil es querer que el sentimiento sea recíproco?

A pesar de ese rojo en su mirada, sigo adorando sus ojos. Sus hermosos ojos. Siguen teniendo esa causa en mí de paz.

Excepto los últimos días.

Huimos unos días de mi escuadrón, a petición de Mika.

Queríamos reponer todo ese tiempo sin poder estar juntos, pero me siento ran solo.

Ese momento en el que encaja sus colmillos en mi piel, es el único en el que siento que me recuerda.

Hay un nudo en mi garganta.

Háblame.

Sálvame.

Mika, por favor, vuelve a ser el mismo.

~

Regresamos a donde los chicos.

Me notan decaído, y tratan de apoyarme, buscar la respuesta ante mi ánimo bajo, y no le causa celos a mi adorado rubio.

Eso me hace sentir peor.

¿Es tan difícil pagar el precio de mi pecado con algo más?

Tal vez de todos modos no merezco el cariño de Mika, pero fue muy cruel el destino al arrebatarme el único deje de felicidad que me quedaba, aunque a Mika yo le haya quitado su humanidad.

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