No hables más, por favor

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En verdad que, los celos de Yuu, a Mika le ponían de mal humor.

No eran nada siquiera, simplemente mejores amigos; y aún así, el azabache le reclamaba cada que era amable con alguna chica. (Aunque debía admitir que cierta satisfacción le daba aquello.)

Por Dios, él no iba a ser grosero, menos con una fémina, porque deseaba ser una buena persona. Y esque, aparte él no sentía atracción alguna hacia las chicas.

En ese momento Yuu se encontraba parloteando sobre que no le gustaba que fuese así con ellas, que si no quería hacer algo, no lo hiciera. Incluso le llamó un cazador de mariposas, siendo que el rubio era más puro y casto que él mismo.

Bien, vale, Yuu no había dado siquiera su primer beso, como Mika, pero de puro no tenía nada.

—Yuu-chan, ya cállate —rodó los ojos siguiendo su camino. Seguro cuando llegasen a su local de curry favorito, se le pasaría.

—No, ni mergas, dime si tienes novia. ¿Es eso?

Mika suspiró. Cada vez eran más recurrentes sus reclamos.

—Pareciera que quieres algo conmigo y estás celoso por ello.

Las mejillas de Yuu se tiñeron de rojo, intentando inutilmente de disimularlo.

—¡N-no es así! S-solo...

—Ya, tranquilo. No tengo novia, pero no quiero ser grosero con nadie.

—¡Pero si ellas...

No alcanzó a decir más. Mika no deseaba más reclamos, por lo que jaló a Yuu del cuello, y estampó sus labios con los del azabache.

—No reclames nada más, no me gusta ninguna chica —le guiñó el ojo, y siguió caminando, mientras Yuu se limitaba a tapar sus labios sorprendido y avergonzado, mirando a su mejor amigo avanzar.

Al percatarse de ello, el mayor paró fijando su vista en aquel rebelde chico.

—¿Qué pasa, Yuu-chan? ¿no quieres comer curry?

El mencionado meneó la cabeza, y con torpeza corrió a donde el rubio, quien se atrevió a tomar la mano de su mejor amigo.

Yuu no dijo nada, pero entrelazó sus dedos con los de Mika, totalmente sonrojado y con la mirada apartada, además de un tierno puchero dibujado en su rostro.

Mika en cambio sonreía genuinamente, sintiendo como su pecho se inflaba de emoción y alegría.

Que rápido habían cambiado las cosas, realmente.

Y Yuu supo ese día, que sus celos eran estúpidos. Porque nadie tendría la dicha que él tenía al sostener la mano de su compañero de por vida.




Ya tengo especial para este libro quq solo que aún no lo termino, pero ya lo tengo bien estructurado :D
Mientras dejo un coso chiquito u.u

Nuestra historia de dosWhere stories live. Discover now