Amor perduradero

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—P-pero, n-no soy... Yo... Mika, podrías estar con alguien más... T-tú sí tienes muchas fortalezas, en cambio yo solo soy tu mejor amigo, tu sombra, y... No me molesta serlo, sé que eres mejor que yo...

Antes de que Yuu pudiese seguir hablando, Mikaela lo besó.

Yuu se sorprendió tanto, que se quedó estático un largo, largo momento.

Mika se separó de él, sonrojado, pero no más de lo que Yuu lo estaba.

—Quizás haya mejores personas que tú, así como las hay mejores que yo. Déjame intentar algo contigo, por favor...

Yuu se abrazó a Mikaela, asintiendo con las mejillas rojas de vergüenza. Pero bastante contento.

~

Mika aún recordaba aquel hermoso suceso, cuando ambos eran adolescentes sin idea de si habían hecho lo correcto.

Ahora sabían que sí.

Asistían a la universidad juntos, claro, con sus respectivas carreras diferentes; vivían juntos.

Ellos mismos se pagaban todo.

Sus padres los apoyaban con pocas cosas, pero aún así eran felices; además en un futuro tendrían recursos más abundantemente.

El dinero no era su prioridad; lo era ver feliz a su novio.

A veces Mika odiaba que se rebajara tanto, odiaba cuando Yuu le preguntaba si estaba bien con él; por Dios, Mika lo amaba más que a nadie en el mundo.

Amaba abrazarlo, besarlo, acariñarlo, consentirlo, hacerle el amor, cuidarlo, verlo, sentirlo, pensarlo...

Amaba todo de Yuu.

Y Yuu amaba todo de Mika.

~

Desde que Yuu era un niño, había soñado con ir de viaje a todos los países que pudiera de Europa.

Por ello, Yuu tenía una cajita en donde estaban sus ahorros de por vida.

No era mucho teniendo en cuenta que la mesada de un niño era solo para comprar un par de dulces o pequeñas cosas de costos bajos.

Además había que tener en cuenta que Yuu era un gastalón.

Aún así, también ahorró en su adolescencia y aún lo seguía haciendo hoy en día.

Tenía el suficiente dinero para comprar un auto aún si era uno económico, y estuvo a punto de hacerlo. Sin embargo, Mikaela le dijo que lo harían más adelante, que se siguiera enfocando en hacer su sueño realidad.

Mika le dio a Yuu de idea que metiera sus ahorros a un banco por si alguien se metía a robar a la casa o pasaba algún imprevisto negativo.

El azabache le dio la razón y así lo hizo.

~

Mikaela se dirigía a su trabajo en un restaurante cerca de la universidad tranquilamente.

Aquella tarde era tan linda y agradable como cualquier otra...

Iba pasando por una gasolinera con una sonrisa en su rostro, la cual era costumbre en él pues su vida era bastante agradable con la persona que ama al lado de él, con caídas y levantadas, pero a fin de cuentas, él era feliz.

Él no sabía que aquel día su vida daría un giro inesperado...

Cuando estaba por alejarse de aquella gasolinera, explotó.

Todo aquel combustible hizo que esta fuera bastante extensa.

Había casas, carros y personas que sufrieron las terribles consecuencias, y uno de los afectados fue el rubio de hermosa sonrisa y ojitos alegres.

Nuestra historia de dosOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz