Error

1.7K 152 43
                                    

No, no fue un error.

Nos conocimos por nuestras madres.

Mi madre quería que saliera con él.

Su madre quería que saliera conmigo.

Peleábamos a todos ratos, nuestras madres hacían complots para que saliéramos.

Entonces, ocurrió...

En una cena con nuestras madres, ellas nos obligaron a ir.

Él se veía realmente lindo. Vale, que nuestras personalidades chocaran no hacían que fuese feo. Su hermoso cabello oscuro, y sus ojitos verdes siempre me encantaron. Se podría decir que físicamente, me gustaba. Pero odiaba su personalidad infantil y despreocupada, siempre queriendo divertirse y destacar.

Así como siempre, mientras cenábamos, yo fui al baño.

Yuu-chan, mi adorado Yuu-chan siempre fue un glotón.

Entonces tuvo que ir también.

Siempre creí que era de esos idiotas que solo viven la vida sin preocuparse por sus estudios o solo quieren ir de fiesta en fiesta, tener relaciones pasajeras y sexo descontrolado.

Nunca me di a la tarea de conocerlo, ni él a mí.

Y fue así... Que, de un momento cliché, en donde caíamos y nuestros labios se rozaron, todo cambió.

Antes de que conociera a Yuu-chan, mi mamá ya sabía que yo era gay, al igual que mi suegra lo sabía de mi Yuu-chan.

Fue por ellas que nos conocimos, al principio todo fue muy incómodo. Ambos nos mirábamos como queriendo platicar, pero terminábamos discutiendo. Mi mamá comenzó a hablarme bien de él, y yo solo creía estupideces sin saber.

Así que desde el incidente del baño, dejamos de pelear, pero también de hablar. Estábamos más cerca y a la vez más lejos.

Cuando salíamos con nuestras madres, nos mirábamos disimuladamente, y si nuestros ojos se encontraban, nos sonrojábamos.

Fue cuando me di cuenta de que, a pesar de haber muchas personas con el cabello negro, y los ojos verdes, no existía alguien como tú.

Una de las muchas veces en las que salimos junto a nuestras progenitoras, me decidí a dejar todo en claro. Yo me convencía a mí mismo de que solo era atracción física, y ni siquiera eso. Me decía que solo eras lindo y ya, que eras un idiota.

El idiota era yo.

-Yuu-chan -te llamé. Tú jugabas con tus cubiertos y la comida, pero fijaste tus esmeraldas en mí.

-Ya deja de decirme así -me pediste por milésima vez. Pero también, fue la primera en la que te llamé de ese modo sintiéndome tan bien al hacerlo. Antes era por molestarte. Ahora es para demostrarte mi cariño y confianza.

Además, ya no te molesta, supongo.

-Lo que sucedió en el baño solo fue un error.

-Lo sé.

La plática quedó allí.

No entiendía la razón, me había dolido en demasía decir aquello. Pensaba que si nuestras madres nos comprometían, sería un total error.

Sé que tú también lo llegaste a pensar, tsundere.

Después de tiempo así, no dejaba de pensar en la mirada que habías puesto. Parecía triste, y decidí que prefería verte fruncir el ceño o sonreír.

Esperé paciente a que una oportunidad para verte se presentara, y cuando ésta llegó, intenté conversar contigo.

Era bastante incómodo y no sabía qué decir, además tú parecías reacio a mantener una conversación conmigo.

Nuestra historia de dosOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz