sencillez

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Juzgar a una persona sin siquiera saber las razones de sus acciones es algo horrible.

Pero Yuu ya se había acostumbrado a que lo trataran como a un chico pretensioso, presumido y criticón.

A él le valía un comino. Tenía a Mika, Shinoa y Yoichi a su lado, con ellos amistad no le faltaba. En especial con el rubio.

Aún así, le era desagradable que le dijeran adjetivos tales como "rompecorazones", "vanidoso", "cretino" y otras cosas más.

Hace un par de meses, un chico de clases más avanzadas le había regalado un oso de peluche gigante, un ramo de flores, chocolates, un par de globos, y una bella carta con perfecta caligrafía y gramática.

Era de saber que Yuu era gay, así que aquel chico se atrevió a hacer aquello para intentar llegar al corazón del ojiverde.

Pero Yuu le dijo que no.

Por supuesto, no deseaba hacerlo público, así que le pidió al pobre chico que hablaran en privado, pero este se negó. Sabía que lo rechazaría, así que por eso lo hizo en la escuela a la hora del receso en donde todo el mundo les veía. Así quizás se sentiría mal y aceptara su propuesta.

No obstante, Yuu se disculpó entonces; aún si resivió abucheos y sobrenombres estúpidos.

Prefería aquello a salir con alguien por quien no sentía algo especial, y lastimarse a sí mismo y aquella persona.

Su corazón tenía nombre y apellido.

~

Los últimos días Yuu había estado alejándose un poco de Mikaela; no soportaba por más tiempo tener bajo llave sus sentimientos.

Deseaba besarlo, abrazarlo, decirle cuánto lo amaba...

Pero no podía.

No sabía si Mika sentiría lo mismo que él.

~

—Yuu-chan...

El mencionado fijó su mirada en su mejor amigo, cuestionándole con esta lo que sucedía.

Se encontraban en la casa del último comiendo palomitas mientras veían su película favorita; Los increíblea.

—Quiero hacerte una pregunta...

—Claro, hazla.

Mika soltó un suspiro, dejando las palomitas encima de la mesita de noche en su habitación.

—Si otro chico se te delcarase así como el último que lo hizo, ¿lo rechazarías?

Aquello tomó por sorpresa al menor, quien miró com cierto enfado al rubio.

—Esque... debió ser difícil hacer todo eso.

Yuu se cruzó de brazos, tirando el contenedor de palomitas que estaba en sus piernas en el proceso.

—No me gustan esas cosas.

El ojiazul miró expectante a su amigo.

—¿Por qué no? Es un detalle muy lindo.

Un suspiro frustrado salió de los labios del ojiverde, sin mirar directamente a su contrario.

—Es solo que... me sentí mal de haberle dicho que no, pero no voy a salir con alguien que no me gusta; además, sentía como si quisiera comprarme u obligarme a decirle que acepto —Yuu hizo una pausa breve —. Si alguien siente algo por mí, quiero que me lo demuestre con acciones, no con regalos caros. El dinero va y viene, lo único que buscaría en alguien es que me quiera así como yo le quiero.

Mika sonrió sacudiendo la melena negra de su amigo.

Ambos hicieron contacto visual por un largo momento, con una sonrisa en sus labios.

Los dos sentían unas inmensas ganas de unir sus labios, de rodearse con sus brazos, de susurrar lo que sus corazones sentían...

Deseaban tanto aclarar sus sentimientos, pero ambos temían.

Aún así, Mika bajó su mano del cabello de su amigo, a la mejilla de este, acariciándola con ternura, mientras se acercaba a él cada vez más.

—Yuu-chan...

Sus labios se unieron, con timidez, con miedo, pero también con todo el amor de sus sinceros corazones.

Después de unos segundos, ambos se alejaron, con sus mejillas totalmente rojas.

El silencio inundaba la habitación, ningino de los dos sabía qué decir o hacer en ese momento. No querían arruinar su relación, pero tampoco se arrepentían de lo que acababa de suceder.

—Yo... L-lo siento... Solo nació lo que sucedió, y...

—Me gustas —interrumpió Yuu cual tomate, apartando la mirada.

¿Qué mas daba? Ya se habían besado, si se abría con sus sentimientos, ya no importaba. Quizá su amistad ya había terminado.

—También me gustas —susurró el rubio tomando al menor entre sus brazos, con su pecho inflado de felicidad. Sabían que desde ese momento, estarían juntos para siempre. Y Yuu se arrepentía de haber evitado un poco a aquel chico de hermosos ojos azules.

No hace falta darle a conocer al mundo entero que sales con alguien; ni darle millones de regalos a tu persona especial. Simplemente estando a su lado, apoyándola, es más que suficiente.

Y es por eso que Mika amaba a Yuu. Adoraba su humildad, su honestidad, su amor incondicional. Le encantaba que no le importaba lo que las demás personas pensaran de él.

Por otro lado, Yuu amaba cada parte de Mika. La manera en que le hablaba, su forma de ser, el como solo le sonreía a él.

Yuu amaba a Mika, y Mika amaba a Yuu. Y nada iba a cambiar aquellos sentimientos que tenían el uno por el otro.








No c, tengo inspiración :o ahre la había extrañado ♡

Nuestra historia de dosWhere stories live. Discover now