¿Es mejor?

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Apenas llevaban una semana de relación, y si eran sinceros, era la mejor semana de todas.

Su primer beso fue en la primera cita, después de terminar de comer ese curry, y cuando Mikaela llevó a Yuu a su casa, antes de llegar a esta plantó un suave y casto beso en los labios rosados y lindos del azabache.

A cada rato se enviaban mensajes, se llamaban, y se veían. Incluso al finalizar de hablar discutían en quién colgaría primero.

Cuando había mucha tarea, Mikaela ayudaba al azabache en esta, y de vez en cuando le robaba besos.

Aún no subían de nivel, seguían en picos rápidos, aunque al pasar de los días, estos iban en aumento.

Su primer besuqueo. Oh, fue maravilloso.

Estaba lloviendo, y tuvieron que esperar bajo un árbol a que el agua cesara un poco para poder irse.

Estaban aburridos, y tenían frío. Mikaela abrazó a Yuu, y este le correspondió.

Y entonces besó la coronilla de la cabeza de su uke, y bajó a su mejila, y luego a sus labios. Le dio varios picos, y después no pudieron separ sus labios más que para respirar.

Todo era tan mágico.

~

Mika se preguntaba como recuperar toda esa confianza, ese cariño, al menos lo infantil de Yuu.

Extrañaba sus celos, sus pucheros, sus sonrojos con uno de esos gestos.

¿Cómo se había desvanecido tan fácil?

¿Por qué apenas y respondía sus mensajes?

¿Desde cuándo rechazaba sus propuestas para salir?

El corazón de Mika dolía. Dolía demasiado. Dolía sentir como todo se terminaba, como todo se desvanecía. ¿Y el amor que se prometieron sería para siempre? ¿Dónde quedaba? ¿Dónde estaba? ¿Cuándo se fue?

~

—Yuu-chan—, sonrió el rubio tomando la mano del azabache, se habían encontrado de camino a la escuela, cosa que le agradó al rubio.

El azabache quitó su mano con suavidad, poniéndola dentro del bolsillo de su pantalón, bajando la mirada.

—B-buenos días.

—Buenos días.

El rubio sintió como un nudo se formaba en su garganta ante el rechazo de su supuesto novio. No quería que terminara todo. Lo amaba, aún con su indiferencia. Quería saber la razón por la que lo hacía.

—Eh... Mika... Podríamos salir si quieres después de clases.

El rubio sonrió tenuemente.

—Me gustaría.

El azabache no dejaba de tener su mirada baja, y Mikaela se preguntaba lo que quería decirle.

Se imaginaba a Yuu pidiéndole perdón, diciéndole que tenía muchas cosas en la cabeza, pero que le seguía amando.

Por ese momento ambos hablaron como acostumbraban. Mika se animó a besar a Yuu, y adoró que no se alejara como los últimos días.

Sí, quizás era que tenía problemas.

~

Yuu veía por la ventana a el otro grupo en educación física. Mikaela hablaba con una sonrisa con Misaki, esa linda chica de ojos avellanos y cabello negro.

Era una linda chica, pensaba el azabache. Tenía una sonrisa rota en su rostro. Odiaba que Mika tuviese tan buena amistad con ella.

Aunque en un primer momento fue él quien le pidió al rubio que hiciera más amigos.

Nuestra historia de dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora