Mi Belieber Favorita Terminada

Capítulo 19

Justin me llevó a casa donde todo estaba en orden, lo cual le agradecí.

Él había llevado a personas para que ordenaran y limpiaran algunas cosas quebradas.

Ahora era todo tan extraño. Me sentía muy incómoda con el Señor Bieber y él insistía en no dejarme sola.

—¿Dónde quieres que almorcemos? A mí me da igual.—Dijo despreocupado.

—Usted en media hora tiene una reunión, lo sé perfectamente porque yo misma organizo sus asuntos. Vaya a atenderlas, yo tengo que hacer un par de cosas...—Este hombre realmente no entendía lo que era 'déjame sola'

—Ya llamé diciendo que no iba a asistir y que nos íbamos a dar el día libre. Y si tienes que hacer 'cosas' puedo ir contigo.

Eso era lo que menos quería.

—Vale.—Me rendí. —Tengo que ir a comp--—El timbre me interrumpió. —Vale, espere ahí. Vuelvo de inmediato.

Como era de esperarse él se paró del sofá y me acompañó hasta la puerta.

Se quedó parado un metro más atrás esperando que yo la abriera.

—Hola, querida.

—¿Qué mierda haces acá?—uy, toda una señorita.

—¿No te agrada la sorpresa? ¿O quizás el regalo que te hice ayer?—Lanzó una estúpida carcajada en mi cara.

De pronto sentí unos fuertes brazos abrazando mi cintura y luego el pecho de Justin contra mi espalda.

—¿Quién es ella, amor?—¿Lo hacía a propósito o qué?

—Mi nombre es Polett Cooper ¿y tú eres...?—No dejó que yo respondiera.

—Justin Bieber, el novio de ___.—Tenía ganas de susurrarle, 'calla, no estás ayudando.'

—Así que la mosca muerta tiene novio.—Noté como a Justin de a poco se le tensó la mandíbula.

—Le agradecería que nombrara a mi novia como corresponde, no con ofensas.—Él trataba de ser cortés.

—No me has dicho a qué se debe tu visita.—Dije cortante.

—Oh, querida. Sólo quería ver si te había gustado mi primer regalo. Debo advertirte que me divertiré mucho haciéndolos. Éste era el primero y el más suave, preciosa.—Maldita estúpida.

—Si crees que por eso debo tenerte miedo, te equivocas.—Su carcajada no se hizo de esperar.

—Sinceramente, no pararé. No sabes lo que te espera, lindura.

—No permitiré que la amenace de esta forma. Debería tener un poco más de respeto siendo que ayer le han hecho daño por su culpa y ahora usted está en su casa. —Oh Dios. Justin realmente estaba enojado.

—Mira, niño bonito. El problema no es contigo, pero si quieres puedo obsequiarte algo también. Tengo mucho amor para todos, jamás es suficiente.

—Si lo que vienes es a molestar, puedes irte de inmediato.—Esta vez hablé yo. Ella ya me estaba cabreando.

—Te callas, perra. Y me voy cuando yo lo desee.—ella realmente era inestable.

—Mire Señora, creo que he sido lo suficientemente cortés como para que me entienda. Ésta no es su casa y si no se retira cuanto antes me veré obligado a echarla a patadas. Sólo le digo una cosa, usted vuelve a hacerle daño, amenazar o molestar a ___ puede darse por muerta. No descansaré hasta patearle el trasero yo mismo y me importa una mierda si es mujer o no. Puede irse jodiendo desde ahora. No la quiero cerca de mi novia. No es bienvenida en esta casa.—