Capítulo 40

9.1K 326 15
                                    

Por la tarde salimos a recorrer Madrid.

Recordé que, años atrás no hubiéramos podido hacer esto.

Madrid era realmente hermoso. Yo quedaba encantada con cada cosa que veía.

—Mira allí..—dije apuntando a una hermosa y gran iglesia.

—¿Una iglesia?—Preguntó Justin.

—Sí.. ¡Es hermosa! Tenemos que ir allí—Dije tirándolo del brazo.

—No ____. Iremos por este lado.

—Iremos a la iglesia, yo quiero ir a la iglesia.—Dije tratando de que caminara para el lado que yo quería, pero estaba inmóvil.

—Iremos hacia allá y es mi última oferta—Me dijo apuntando a una calle que ninguno de los dos quería ir.

Yo resoplé y traté de alcanzarlo ya que había comenzado a caminar sin mí.

Vi que me veía de reojo y dejé que avanzara un poco para luego hablar.

—Eres un infantil.—Le dije con los brazos cruzados, tratando de ponerme seria.

Él se detuvo de inmediato y giró hacia mí.

—¿Qué has dicho? Oh no, ya lo sé.

—Vamos, que es el gran empresario Justin Bieber, uy si.—Dije irónica.

—Ven acá.—Me dijo serio.

—M-mh.—Respondí.

El avanzó sólo un paso y me alcanzó. No sé como lo hizo, pero me tomó en brazos.

—¡Bájame ahora Justin Bieber! ¡Estoy hablando en serio! —Él me bajó y me besó.

—Eres tan..

—¿Tan, qué?—Pregunté

—Tonta, Dios mío.—Dijo.

—¿Ah, sí? ¿Cuántos continentes hay Señor Bieber?—Dije sin pensar.

Mi cara palideció y la de él también.

—¿Qué has dicho?—Preguntó serio. Completamente serio. Ya se habían acabado los juegos.

—No sé.. una pregunta. Tu me dijiste tonta, entonces te hice una pregunta común que todos debemos saber, como cuánto es ocho por ocho. No lo sé, yo.. ¿qué tiene?—Dije completamente nerviosa. Hablaba muy rápido y se me trababa la lengua.

—¿Tu no..?

—¿Yo no qué?—dije. Aunque sabía a qué se refería y no entendía qué problema tenía con que yo fuera o que hubiera sido una de sus fans tiempo atrás.

—Nada. De pronto pensé.. algo estúpido. Insólito. Déjalo.—Dijo pasándose la mano por la cara.

Me acerqué a él y pude notar cuán nervioso y tenso estaba.

—Tranquilo.. no pasa nada.—Dije

El resto del camino lo disfrutamos a lo máximo. Yo sabía que él tenía algunos problemas con eso, y aunque me molestaba ocultárselo debía hacerlo por un tiempo. Ahora sólo me quedaba entenderlo y estar cuando él me necesitara.

Era nuestra primera tarde como novios normales y sin problemas y cabe decir que Justin se comportaba realmente distinto.

Era muy atento y respetuoso. Era amoroso, pero más cuando estábamos solos. Definitivamente él no era de andar demostrando el cariño en público y bueno, para mí estaba bien.

Recorrimos Madrid casi entero. Había lugares realmente hermosos y yo insistía en visitar más.

Tuvimos que parar a eso de las seis y media porque el Señor Bieber estaba cansado.

—Eres un aguafiestas.—Le dije cuando íbamos rumbo al hotel en el auto.

—¿Ah, sí? ¿Me llamas aguafiestas cuando he estado cinco horas caminando?

—Podrían haber sido más—dije.

—Estás loca.—Rió.

Llegamos al hotel y Justin decidió pedir comida. Estaba realmente hambriento.

Salí del baño y él estaba comiendo una hamburguesa con papas fritas. Me dio un poco de risa, porque la comía con tanta delicadeza. Tenía una servilleta en el pecho y en las piernas ya que estaba sentado en la cama. Había una pequeña bandeja encima de la cama con la comida. Comía la hamburguesa con un cuchillo y un tenedor y las papas igual.

—¿Segura que no quieres nada?—preguntó y yo asentí. —Pues después de que me coma esto, iremos a algún restaurant o algo para que comas. No has comido desde.. ¡____ Cooper! No comiste almuerzo y ahora no comerás cena. Ni se te ocurra señorita. No sé como no me di cuenta.

Él siguió comiendo hasta que se acabó todo y corrió al baño. Una vez que salió de éste me pasó mi chaqueta y se puso su abrigo. Yo definitivamente no quería ir a comer, así que rodé los ojos y caminé, completamente obligada.

Le dije que fuéramos a algún café cerca. Allí podría tomar un café y comer algún sándwich o un postre.

Nos sentamos en una de las mesas que estaban al lado de la ventana y pedimos dos cafés y dos sándwiches; uno liviano y otro normal. Aunque Justin ya había comido, al ver otra vez comida le dio hambre.

—____... ¿Por qué no tienes hambre?—Preguntó en medio de la comida.

—No lo sé. Supongo que por el viaje.. o no lo sé.—Dije tomando un sorbo de café.

—¿No estarás...?—Lo miré extrañada sin comprender, hasta que entendí a qué se refería y mi cara se puso completamente blanca.

—¡Por supuesto que no! Si nunca hemos..

—Sí, por eso era extraño.—Él estaba tan confundido como yo.

Pero yo estaba segura que no era por eso.. porque nunca jamás en la vida lo había hecho pero no se lo confesaría a él.

Luego de comer, nos fuimos a casa y yo comencé a meditar todo lo que había pasado en mi vida en los últimos días y entendí que era la chica más afortunada del planeta.

Todo gracias a él, quien se estaba por convertir en el amor de mi vida.

Si lees esto en 2016: no olvides pasarte por mi nueva novela "Problem Child" ❤️❤️

Mi Belieber Favorita  TerminadaWhere stories live. Discover now