Mi Belieber Favorita Terminada

Capítulo 34

Desperté muy asustada producto de una pesadilla. Abrí lentamente mis ojos tratando de olvidarla, pero la imagen de Derek amarrado diciéndome 'si me hubieras escuchado, esto no estaría pasándonos.' En mi sueño no salía de mi cabeza.

Noté mis mejillas mojadas producto de las lágrimas que había derramado. Estaba desorientada.. Esta no era mi casa. Estaba desorientada y sola.

En el cuarto habían dos puertas, una de salida y otra que seguramente sería el baño así que entré.

De pronto el vapor salió de éste dejando al descubierto al Señor Bieber con solamente una toalla amarrada a su cintura frente al espejo, afeitándose.

—Buen día.—Dijo sonriendo.

—L-lo siento mucho. Yo.. no sabía que estaba usted aquí.—Dije nerviosa.

—Da igual, tranquila.—Tiró de mi y cerró la puerta del baño. —¿A qué venías?

—A.. lavarme los dientes.

—Pues hazlo. Dejé el cepillo nuevo que usaste ayer junto con el mío.

Lavé mis dientes, incómoda ya que tenía al Señor Bieber, semidesnudo a mi lado afeitándose.

Estaba más que sexy así. Despertaba en mí todo tipo de pensamientos pervertidos, pero los alejaba rápidamente ya que sabía que eran inapropiados.

Jamás le había visto en vivo el torso al Señor Bieber y tenía que decir que estaba demasiado bien físicamente. La última vez que lo había visto, en fotos obviamente, tenía veinte años y me quedaba más que claro que los años pasaban como viento para él, ya que ahora estaba mucho más marcado que antes. No macizo ni robusto, sino marcado.

Él se percató que yo estaba viéndolo por el espejo y me dedicó una media sonrisa cómplice y salió del baño.

Luego de unos minutos yo ya estaba bañada y vestida, al igual que el Señor Bieber.

—¿Qué te gustaría hacer hoy?—preguntó en medio del desayuno.

—Lo que usted quiera..

—Oh vamos. Siempre hay algo que quieres hacer. Sólo dime y lo hacemos. No sé, conocer algún lugar, comprar algo.. lo que sea.

Yo no sabía cómo responder. Yo era feliz estando con él, en el lugar que fuera, daba igual.

Al notar mi silencio, el me preguntó:

—¿Conoces Las Vegas?

—¿Las Vegas? No.—Me parecía raro que me preguntara justo ese lugar.

—Pues entonces vamos ahí.—Dijo sacando su celular.

—¿A las Vegas?

—Sí. No nos demoraremos tanto, porque iremos en mi jet—Dijo mientras buscaba un número en su celular. —Hola Jhonny, sí. No, no es por eso.. un viaje, si. Hoy, en media hora.. a Las Vegas. Gracias, si.—Dijo hablando por teléfono.—Ya todo está listo.

Una hora más tarde íbamos en su jet privado, uno al frente del otro con los asientos desocupados a nuestros lados.

Recordaba una sola vez que había viajado en avión, cuando tenía siete años. Había tenido que ir de prisa con mi madre a ver a mi abuela que estaba agonizando, según Chelsea, la señora que la cuidaba. Habíamos tomado el primer vuelo que había y habíamos ido, pero nuestra sorpresa fue inmensa al ver que no estaba agonizando, sólo nos quería ver, o por lo menos a mi mamá.

Esa vez había vomitado todo el camino y esperaba que no me pasara lo mismo ahora.

Quince minutos más tarde estaba durmiendo.