Capítulo 25

10.5K 378 8
                                    

Eran las siete y media de la mañana y yo ya estaba lista para ir a trabajar. Seguramente el Señor Bieber ya se había ido porque no se encontraba en casa.

Odiaba infinitamente mi trabajo porque tenía que verle la cara al Señor Bieber todos los días, todo el día y eso era justamente lo que no quería.

Pedí un taxi y fui a la oficina.

Al llegar al edificio me encontré con Slade el cual no tardó en venir hacia mí.
—Hola pequeña. Tanto tiempo.—Dijo mientras me dedicaba una hermosa sonrisa. Él era realmente guapo, pero definitivamente sólo lo veía como un amigo.

—Hola.—Le devolví la sonrisa.

—¿Cómo has estado?, ayer pasé a verte a tu casa pero no estábas..

—Oh, es que no me estoy quedando en casa, ahora vivo con el s--—No terminé la oración porque no quería que nadie se enterara de eso. Por poco y se me sale.

—¿Con quién? ¿Tienes novio y yo no sabía?—Preguntó curioso.

—No, no es eso.. sólo que.. tengo que quedarme en casa de.. un amigo, sí. Porque hubieron problemas en mi casa, así que me quedo con él temporalmente.

—Oh. Así que ya tienes un amigo nuevo y a mí me dejaste de lado. ¿Por qué no te fuiste a mi casa? Sabes que me encantaría que pasaras una temporada ahí y no habría ningún problema..

—Gracias Slade, pero.. no se me ocurrió.—Rogaba a dios para que se tragara todas las mentiras.

—¿Y cómo se llama el afortunado?

Antes de poder responderle sentí un calor en mi espalda, lo que quería decir que alguien estaba atrás mío. No pude responderle porque cuya persona que me proporcionaba el calor habló primero.

—¿A qué hora saliste de casa? Me levanté temprano, antes que despertaras y salí pero cuando volví ya te habías ido.—Era el Señor Bieber. Y tenía la voz de un puto niño inocente.

—Eh.. yo..—Roja. Así estaba en estos instantes y eso era seguro.

—No importa. Nos vemos arriba mi amor.—Dijo dándome un beso en la comisura de mis labios antes de irse.

—¿E-estás con él?—Dijo Slade. Su rostro no decía nada. Ninguna emoción notable. Estaba como neutro.

—Yo.. no. No estoy con él..

—Por favor, no me mientas. ¿Tan rápido?—Por fin podía notar algo en su voz y era enojo. Estaba enojado.

—Mira Slade, yo puedo explicarlo.. sólo.. sólo escúchame.

—¿Escucharte qué? Si ya todo está claro. No me tienes confianza. De seguro ya todos lo sabían, ¿No? ¿Yo era el único tonto que aún no sabía? No fuiste capaz de decirme que estabas de novia con él y te estabas quedando en su casa. Al contrario, me mentiste. —Y se marchó. Me dejó en medio del pasillo. Confundida. Sola

No entendía por qué se había enojado tanto, o sea está bien, sí, le mentí, pero no me dejó explicarle nada.

Más encima el Señor Bieber ya me tenía aburrida. Sabía perfectamente que no me gustaba que hiciera como si éramos pareja en frente de las demás personas, porque no lo éramos.

El Señor Bieber permaneció en su oficina hasta la hora de almuerzo sin molestar.

—Hola, umh..—La voz de Slade me sorprendió.  —yo quería invitarte a almorzar afuera.. me comporté como un tonto en la mañana, así que para remediarlo.. umh..

—Vale. Déjame ir por mi abrigo, estoy en cinco minutos aquí.—Le dije, y antes de que pudiera pararme para ir, sonó el teléfono que tenía para comunicarme con el Señor Bieber.

—¿Qué desea, Señor?—Dije lo más amable posible. Esperaba que no me mandara en busca de almuerzo para él.

—A ti, aquí, ahora.—Dijo ordenándome. Colgué.

—Espérame, vuelvo en cinco.—Le dije a Slade antes de ir.

—Pasa.—Dijo su voz ronca cuando toqué la puerta.

—¿Qué es lo que quiere?

—Te invito a almorzar fuera.—Oh, vamos. ¿Se ponían de acuerdo?

—Umh.. yo.. no lo creo.

—Vamos, si es sólo un almuerzo.—Dijo dedicándome media sonrisa.

—No, lo siento. Saldré a almorzar..

—¿Qué? ¿Con quién?—Su voz subió levemente de tono.

—Eso no le incumbe. Y si no tiene más que decirme, me iré ahora porque me están esperando.

—Así que prefieres a otros hombres en vez de tu novio..—se hizo el ofendido.

—¿Perdón? Yo que sepa no tengo novio y soy libre de hacer lo que se me plazca sin tener que pedirle permiso a nadie.—¿Cómo se atrevía? —Y quiero que le quede claro, Señor, que usted y yo no somos nada, absolutamente nada, así que deje de hacer como si fuésemos pareja en frente de las personas, porque no lo somos.—dije cabrada.

Él se levantó de su silla y se sentó al otro extremo del escritorio, justo frente a mí.

—No puedes negar que te gusto o que sientes algo por mí—Dijo cruzándose de brazos con una sonrisa pícara.

—Oh vamos, no se crea tanto porque para mí no es muy importante.

—Pues tu cuerpo ayer no decía lo mismo.

—Fue.. una cosa del momento. Aparte, no se preocupe, no se volverá a repetir.—Dije molesta.

—Ya estoy deseando repetirlo.. quizás tenerte aquí, en mi escritorio. ¿No sería magnífico? Dios, sólo pensarlo me excita.

—Cerdo. Eso es lo que es. ¿Sabe? Hablar con usted no tiene caso. Me largo ahora.—Y así lo hice. Lo dejé ahí, con la palabra en la boca y me fui a comer con Slade.

Mi Belieber Favorita  TerminadaWhere stories live. Discover now