Primer capítulo.

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25 de octubre del 2016, las clases ya habían comenzado, estábamos por terminar la mitad del semestre, no había nada nuevo más de lo habitual.

- Alumnos hoy tendremos un compañero nuevo, por situaciones personales tuvo que cambiarse de ciudad y ahora cursara con nosotros, espero sean amables con él y lo ayuden en lo que necesite mientras se acostumbra al ambiente, por favor pase.— anunció el profesor antes de comenzar la clase.

Jimin no pudo evitar que se le formara una pequeña sonrisa al escuchar eso "¿Alumno nuevo? Tal vez tenga algo con que divertirme, espero sea una chica." Fue lo primero que pensó.

Yoongi entró al salón de clases con tranquilidad, no se veía como aquellos típicos alumnos a los cuales se le notaba los nervios desde 3 kilómetros de distancia. Tenía la piel tan pálida como la azúcar y el cabello teñido de color negro, se paró en frente del pizarrón y si tanto esfuerzo habló.

- Hola... Soy Yoongi. — Dijo fríamente mientras miraba lo que sería su nuevo salón.

-Muy bien, tome asiento en aquel lugar vacío. — el profesor apuntó al único mesabanco que estaba desocupado, el cual se encontraba a unas cuantas hileras del lugar de Jimin.

Aquel chico pálido sólo se dirigió al asiento al cual le indicaron, sin mirar alrededor ni dirigir ninguna mirada a nadie, como si realmente no existiera nadie más que no fuera él.

Jimin sólo se le quedó mirando disimuladamente, realmente no estaba lejos de su asiento por lo que no se le dificultó observarlo desde su lugar.

A él no se le complicaba deducir la personalidad de una persona, con tantos años de práctica, tenía un amplio conocimiento en las actitudes y acciones para saber qué tipo de personalidad tenían.

«¿Un chico? Realmente quería una chica, ellas son más vulnerables ante mí, aunque él se ve un poco diferente, en sus ojos se le puede notar un vacío, como si no tuviera sueños, ni nada que amar, su piel es demasiado blanca... me pregunto cómo se miraría su sangre correr a través de esa piel—sonrió agachando la mirada mientras pensaba eso—, pero... ¿Qué podría hacer con un chico?»

-Por cierto, Yoongi, júntese en clases con Jimin, él le podrá ayudar para que se pueda poner al corriente con los trabajos y si es que tiene dificultad con entender algún tema.

Yoongi sólo asintió y dirigió la mirada hacia donde se encontraba Jimin, sin más lo vio e hizo una mueca de disgusto.

Jimin se limitó a solo enfocar nuevamente su mirada a sus apuntes y pensar "¿Me acaba de hacer una mueca? Este tipo si tiene carácter, eso me gusta, dicen que los que aparentan ser fuertes son los más débiles ¿No? He estado esperando a conocer a alguien que pareciera un reto para mí, esto será divertido" –Sonrió con lo último que se le había venido a la mente.

Las horas de clases pasaron rápido, hasta que sonó el timbre que indicaba la hora del receso. Jimin tenía la intención de acercarse al chico nuevo, pero sus amigos se acercaron a él impidiéndole llevar a cabo su plan.

Aun así, pudo ver que Yoongi se encontraba en su asiento recostado, no tenía índices de querer socializar. A Jimin no le sorprendió su actitud, ya que desde un principio daba esa pinta de chico. Le resultaría más fácil manipular, pero primero tenía que romper esa barrera que Yoongi mantenía para tener todos lejos de él.

Regresaron de nuevo a las clases. Jimin estaba esperando la hora de la salida, ahí es donde se acercaría con Yoongi, ya había pensando en la forma correcta de acercarse, así que lo único que faltaba era esperar.

Sonó el timbre que marcaba la hora de salida, Jimin recogió sus cosas y con la mirada de un depredador mirando a su presa miró a Yoongi, cada persona que era mirada con aquellos ojos su destino no sería bueno, podría terminar en un psicólogo, mudarse de ciudad, o incluso acabar con la muerte. Cuando Jimin tenía ya fijado su víctima no iba a dejarla ir hasta terminar de jugar con aquel ratón atrapado en su laberinto.

Caminó hacía el asiento de aquel chico pálido, quien aún no había terminado de recoger sus cosas, como si no tuviera a alguien esperándolo en casa o algún pendiente que atender, Jimin lo sabía, ¿Cómo no? él era un experto en la observación y más si se trata de su próxima víctima

-Yoongi— puso su mano sobre su hombro, él se sobresaltó por aquella acción imprevista y sin dirigir su mirada a Jimin siguió guardando sus cosas.

- ¿Qué quieres?— contestó de mala gana.

- ¿Alguien te ha mostrado la ciudad? — preguntó Jimin con una sonrisa.

Cuando Yoongi iba a decir que lo dejara en paz, a su mente se le vinieron aquellas palabras que no podía olvidar "Prométeme que harás amigos"

-No...

- ¿Quieres que te la muestre? Hay muchos lugares muy bonitos. — sonrió Jimin viendo como Yoongi se levantaba de su asiento.

-Pues creo que no tengo otra opción. — se levantó de su asiento por completo sin mirar a Jimin, comenzando a caminar esperando que el contrario lo alcanzara.

Tras pronunciar aquellas palabras, ya se había introducido al laberinto del cual era casi imposible salir completo. Jimin solo se le podía ver con una cara de alegría, para algunos podría significar algo bueno, pero él no entraba en esa categoría.

«Muy bien Yoongi, veamos qué haré contigo.»


♠Este es mi primer fic que he hecho en toda mi vida jajaja, espero les guste, lo hice con mucho esfuerzo y amor arre <3 , si les ha gustado no se olviden de votar y comentar c: , se los agradecería mucho desde el kokoro, y que viva el Yoonmin arre♠

Editado el 28/03/18

 LOCO SIN DELIRIO ♠Yoonmin♠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora