Capítulo 23

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•Jimin•

Esperó a que Yoongi entrará al edificio, seguía teniendo el sentimiento de frustración por el hecho de que no le podía hacer nada. Pero confiaba en que cuando se recuperara del todo haría pagar a Yoongi como se debía.

Esperó un poco más, a pesar de que Yoongi ya había entrado hace unos minutos al edificio, tenía que mostrarle que ahora estaba más vigilado de lo que estaba antes, le resultó más complicado manejarlo de lo que esperaba. Seguro de que Yoongi ya estaba en su cuarto, debido a que podía verlo como se asomaba por la ventana para ver cuando se iba,  decidió irse después de unos cuántos minutos.

Fue a su casa, no podía quitar de su cabeza lo que ocurrió la noche anterior, el no poder acuchillar a Yoongi, necesitaba saber que más no podía hacer con la condición que tenía.

Llegó a su casa, se sentó en el sillón para meditar, ¿Qué es lo que había descubierto? Lo principal era que no podía acuchillar a Yoongi, por lo que tampoco hacerle un daño, pero, ¿Era sólo con Yoongi? Era una pregunta sin respuesta, y ¿Cómo lo descubriría? Tuvo la respuesta en un par de segundo.

Se levantó del sillón y se dirigió a su patio, se escuchaban los ladridos de sus perros por su llegada, tenía unos 7, no bajan ni subían de ese número. La gran parte de ellos eran de pequeño tamaño, se miraban en buenas condiciones, claro, no los iba a descuidar, si llegaba una visita, como sus padres, tenía que tener cuidado en que no sospecharan de que no los cuidaba debidamente.

Al verlos, recordó al perro que había tratado de matar unos segundos antes de quedar inconsciente, lo que lo hizo preguntarse si eso le había hecho caer, era una posibilidad, pero no tenía más fundamentos como para decir que era verdad.

Miró de nuevo a todos los perros, después de observarlos, se acercó a uno, el más viejo que tenía, 2 años de edad, el cual poseía un pelaje blanco y suave, parecía una nube. Lo agarró con su mano derecha sin ningún cuidado, escuchando como empezó a ladrar de dolor. Entró a su casa, cerró la puerta y fue directo al sótano, con un sólo motivo.

Bajó y fue por su estuche donde guardaba sus herramientas para tareas especiales, sujetó un cuchillo afilado y no tan grande, se puso de rodillas y sostuvo bien al perro, mientras más acercaba el cuchillo al cuello del animal más le empezaba a temblar la mano, tratando de que eso no fuera un impedimento lo acercó más rápido, hasta que pudo cortar una parte de él, el chillido del perro lo molestó, pronto brotó sangre roja de esa herida pequeña, ver ese color le hizo que el dolor de cabeza, que había comenzado desde que había tratado de acercar el cuchillo al cuello del animal, incrementara.

Soltó al perro por el dolor de cabeza que se hacía insoportable, cerró los ojos para evitar ver las gotas de sangre del animal, al parecer no era capaz de verlas, lanzó el cuchillo con fuerza sin importarle donde callera, estaba enojado por no saber cómo controlar su estado. Salió del sótano sin importarle dejar al perro abajo sin agua ni comida. Fue a la cocina a echarse agua fría, eso tranquilizaba el dolor de cabeza.

Ahora sabía que realmente no podía lastimar a nadie, ni ver sangre, era el común denominador de la causa del dolor de cabeza, al igual del porqué le temblaban las manos. Ya que conocía esto, sabía lo que tenía que evitar estos días para dejar reposar su cuerpo, así se podría recuperar con mayor rapidez.

Eran alrededor de las 3 p.m., el tiempo se le había ido volando. Tratando de sacar provecho a lo que le restaba del día, fue y encendió la computadora que se encontraba en el escritorio de la sala. Buscó el sitio web de las noticias, como ya se le había hecho costumbre, esperando encontrar un artículo dedicado a "A8", pero no lo encontró. Eso le daba un poco más de tiempo para no tener que preocuparse tanto de A8, ya que su estado no le daba mucho para poder estar tan pendiente de las cosas.

 LOCO SIN DELIRIO ♠Yoonmin♠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora