Capítulo 10

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Multimedia: Alan Walker - Diamond Heart ft. Sophia Somajo

Lo malo de salir de fiesta era tener que soportar la resaca al día siguiente, el dolor de cabeza insoportable y sentir la garganta seca

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Lo malo de salir de fiesta era tener que soportar la resaca al día siguiente, el dolor de cabeza insoportable y sentir la garganta seca. Las ojeras que adornan debajo de los ojos y las ganas de querer dormir todo el día. Caminé por todo mi cuarto en busca de mi celular, pero no lo encontraba. Sonaba y sonaba, pero no sabía dónde demonios estaba.

—¡Bingo! —grité al encontrarlo debajo de las almohadas.

Tenía dos llamadas perdidas de Arthur y un mensaje del mismo.

Arthur: Ya casi llego.

2:00 pm

Me había invitado a salir.

En la mañana, le conté a Anne lo que había ocurrido en la noche anterior, ella solo escuchó mas no opinó nada. Dijo que estaba feliz por mí, pero no engañaba a nadie, sabía que Arthur no le caía bien. Agarré el bolso que estaba en la mesita de noche y metí el teléfono. Salí del cuarto y bajé a la planta inferior.

—¿A dónde vas cariño? —inquirió papá desde la sala, al verme llegar.

Estaba sentado en un sofá individual, tenía un libro en su mano derecha y en la izquierda tenía los lentes, en la mesa de enfrente reposaba una taza de café.

—Con un amigo —respondí. Caminé y me senté en el mueble individual que estaba enfrente de él—. Vamos a dar un paseo.

Se quitó sus anteojos.

—¿Un paseo? —Asentí—. ¿Desde cuándo das paseos con chicos? —Colocó una mano sobre su pecho—. Aún eres mi bebita.

Solté una carcajada.

—Una bebita que ya tiene diecisiete, cariño —intervino mamá, entrando a la saca con un plato lleno de galletas y una taza de café.

—No me interesa si tiene cincuenta años, siempre va a ser mi bebita —respondió mirando a mamá y después a mí—. ¿De dónde conoces al chico?

—Del centro comercial.

No estaba diciendo toda la verdad, pero tampoco mentía. La primera vez que miré a Arthur fue en el centro comercial. Ni modo que le hubiera dicho que lo había conocido en una fiesta a las dos de la madrugada, donde había borrachos por doquier.

—¿Cómo se llama? —cuestionó.

—Arthur Jensen.

—¿Edad?

Miré a mamá en busca de ayuda. Aquello parecía un interrogatorio en vez de ser una charla normal con tus padres. Mamá solo alzó los hombros y sonrió.

—Veinte.

—Ujum...—Agarró una galleta del plato mientras me observaba.

Mamá soltó una carcajada y con una sonrisa de burla en sus labios dijo:

El recuerdo de un amor ©Where stories live. Discover now